Iglesia y Estado
Autor de un notable estudio sobre el Tercer Reich, publicado tres a?os antes en la misma casa editorial, Michael Burleigh se pregunta ahora por las relaciones conflictivas entre religi¨®n y pol¨ªtica entre 1789 y 1918, lo cual en buena medida significa indagar sobre los or¨ªgenes de los movimientos totalitarios en tanto que religiones pol¨ªticas. Se trata de estudiar los vaivenes, los obst¨¢culos y los retrocesos con los que tropieza el camino de secularizaci¨®n emprendido por las sociedades europeas -l¨¦ase eurooccidentales, sin Espa?a- desde el siglo XVIII hasta el apocalipsis guerrero que reintroduce el papel de la religi¨®n en los comportamientos colectivos, en las creencias y en la vida pol¨ªtica. Un excelente ensayo preliminar sit¨²a de paso al lector ante otra trayectoria, la de la elaboraci¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas de los conceptos que van a ser utilizados en el posterior an¨¢lisis.
PODER TERRENAL. Religi¨®n y pol¨ªtica en Europa. De la Revoluci¨®n Francesa a la Primera Guerra Mundial
Michael Burleigh
Traducci¨®n de Jos¨¦ Manuel ?lvarez Fl¨®rez
Taurus. Madrid, 2005
600 p¨¢ginas. 23,50 euros
El resultado es a un tiem-
po brillante y desigual. Burleigh ha elegido la forma de un relato muy fluido en el que se insertan an¨¢lisis espec¨ªficos, retratos de intelectuales y pol¨ªticos, e incluso an¨¦cdotas significativas y apuntes muy l¨²cidos de interpretaci¨®n sobre obras de arte, en la l¨ªnea de Starobinski. El estilo es ventajoso para el lector, pero tiene el inconveniente de prestarse a la formaci¨®n espont¨¢nea de bancos de niebla sobre aspectos que hubieran debido ser abordados. El primero, la relaci¨®n entre el estallido secularizador de la Revoluci¨®n Francesa y las formas de religiosidad, y de secularizaci¨®n progresiva, en las d¨¦cadas que la preceden. Los decisivos procesos de transferencia de sacralidad no merecen en consecuencia la atenci¨®n debida, aun cuando est¨¦ muy bien configurado el relato de los or¨ªgenes doctrinales y de la evoluci¨®n del conflicto Iglesia-Estado durante la Revoluci¨®n en Francia.
Curiosamente, en un li-
bro que arranca de ¨¦sta falta asimismo toda menci¨®n al papel determinante que la misma juega en la definici¨®n del modelo nacionalista que va a ser seguido o captado desde distintos ¨¢ngulos a lo largo del siglo XIX. Algo falta a una historia de los nacionalismos europeos sin el Vive la Nation! como punto de partida. Nuevamente, a modo de contrapartida, el relato sobre el despliegue del abanico de esos nacionalismos, desde el alem¨¢n al italiano o al polaco, es muy esclarecedor. Lo mismo que el cap¨ªtulo siguiente, donde Burleigh examina la floraci¨®n de distintas fes en el curso del 800, no sin lagunas, como las relativas a las dos principales corrientes obreras, marxismo y anarquismo. En una obra sobre el nexo religi¨®n-pol¨ªtica, Bakunin se merece mucho m¨¢s que unas referencias al hilo de Nechaev, en el marco del por otra parte excelente cap¨ªtulo s¨¦ptimo relativo a la sacralizaci¨®n de la violencia en la Rusia zarista. Luces y sombras hasta el final: el ¨²ltimo apartado, sobre la Gran Guerra, estudia muy bien el uso por los gobiernos de la sanci¨®n religiosa; mucho menos los mecanismos tras de los cuales va transform¨¢ndose entre 1914 y 1918 un patriotismo que pronto ser¨¢ utilizado por los movimientos fascistas.
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