Curro estaba all¨ª
Cuando la Administraci¨®n de Bush y Sharon presionaron en 2003 para despojar de todos sus poderes al entonces presidente de la Autoridad Palestina (AP), Yasir Arafat, y pas¨¢rselos al nuevo cargo de primer ministro, que iba a ocupar Mahmud Abbas (Abu Mazen), los europeos, y a su cabeza el enviado de la UE en Oriente Pr¨®ximo, Miguel ?ngel Moratinos (Curro, como le llaman afectuosamente muchos de los que le conocen, hoy ministro de Exteriores espa?ol) y el alto representante, Javier Solana, insistieron en que el jefe del No Estado conservara algunos resortes. Consiguieron dejar en sus manos el control sobre la mitad de las fuerzas de seguridad palestinas (que en parte ha formado y equipado la UE y que ahora Ham¨¢s reclama), la ¨²ltima palabra en las negociaciones con Israel, la red de gobernadores y la capacidad de disolver la Asamblea legislativa, adem¨¢s de mantener separada a la OLP como instancia provisional pero con poder muy real y dinero.
Gracias a esa insistencia y a la labor diplom¨¢tica europea de estos a?os, el hoy presidente Abbas, tambi¨¦n elegido democr¨¢ticamente hace unos meses, puede plantear una cohabitaci¨®n con un Gobierno nombrado por Ham¨¢s, el grupo integrista y violento que ha ganado las legislativas (con tres veces m¨¢s dinero que Al Fatah para la campa?a), y erigirse no s¨®lo en muro de contenci¨®n frente a la marea de los de las gorras verdes, sino tambi¨¦n en el interlocutor de la UE y otros para hablar con Ham¨¢s, al menos mientras se forma el nuevo ejecutivo palestino. Si en vez de formarse un equipo de t¨¦cnicos, entraran directamente en este Gobierno dirigentes de Ham¨¢s, podr¨ªan favorecer as¨ª a la derecha, al Likud de Netanyahu, en las elecciones de marzo en Israel, y frenar toda (escasa) posibilidad de di¨¢logo.
Ham¨¢s introduce en el conflicto un factor religioso que Arafat hab¨ªa intentado siempre mantener a raya. Cuando gobierne tendr¨¢ en sus manos el sistema educativo en los territorios ocupados, ocasi¨®n que previsiblemente no desaprovechar¨¢ para enraizar su doctrina. Pero la victoria de Ham¨¢s ha tenido algunos efectos positivos, para empezar que el grupo mantenga su tregua, lo que constituye un hecho muy importante, el ¨²nico esperanzador en todo caos. Adem¨¢s, los propios de Al Fatah est¨¢n poniendo al descubierto casos de corrupci¨®n, un mal end¨¦mico de toda la ANP. En el lado negativo, la Yihad Isl¨¢mica y algunos grupos armados de Al Fatah se han visto incitados a volver al terrorismo para recuperar credibilidad entre los suyos (y han sido ¨¦stos, mientras los de Ham¨¢s se manten¨ªan quietos, los que atacaron la legaci¨®n de la Comisi¨®n Europea en Gaza).
Incluso antes de las elecciones legislativas, cuando Ham¨¢s triunfaba en las municipales, EE UU, desde luego la Uni¨®n Europea, y hasta cierto punto Israel, se mostraba dispuesto a tratar con ellos en los ayuntamientos en proyectos concretos. La llamada comunidad internacional, y sobre todo la Uni¨®n Europea y Estados Unidos, cometer¨ªan un grave error si cortaran los fondos que daban a la ANP y a la OLP. Sin ellos, los palestinos se asfixiar¨¢n o quedar¨¢n en manos de Ir¨¢n -que va acumulando poder e influencia con los errores de EE UU y otros-, Damasco o incluso Caracas. Pese a la unidad formal de criterios -no se debe entregar dinero a gente que proclama el objetivo de acabar con Israel y practica el terrorismo- hay por debajo un desacuerdo al respecto entre europeos, adem¨¢s de con Rusia, cuyo presidente Putin invit¨® desde Madrid a Ham¨¢s a Mosc¨². Los fondos europeos bien usados pueden ser una palanca para evitar que Ham¨¢s rompa la tregua, entre en una v¨ªa m¨¢s razonable y salga Abbas fortalecido, siempre que no se vaya por derroteros corruptos.
Se abre una nueva etapa en la que la Hoja de Ruta ha quedado marchita, la madeja en Oriente Pr¨®ximo se complica por momentos y se afianza el unilateralismo israel¨ª que practic¨® Sharon. Una cuesti¨®n b¨¢sica es si se podr¨¢ reinventar alg¨²n tipo de proceso de paz sin que previamente medie una guerra civil entre palestinos. aortega@elpais.es
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