Caricias rehabilitadoras
El hospital psiqui¨¢trico penitenciario de Sevilla pone en marcha una terapia con perros para internos con carencias afectivas
Mois¨¦s, uno de los presos del hospital psiqui¨¢trico penitenciario de Sevilla, confiesa que est¨¢ emocionado con la aparici¨®n de Mora y Rubio. Aunque no de manera oficial, los dos perros que acaban de llegar al centro, macho y hembra, ya tienen nombre, adem¨¢s de hogar y cuidadores habituales.
Los dos ejemplares de Labrador, de tres y cuatro meses respectivamente, forman parte del programa terap¨¦utico para fomentar la afectividad de los reclusos que ha iniciado el equipo del centro con la ayuda de la Fundaci¨®n Afinity. Esta organizaci¨®n, adem¨¢s de exportar sus conocimientos, ha financiado gran parte del programa. La adquisici¨®n, la manutenci¨®n, los comederos y las instalaciones caninas han corrido de su cuenta.
Para la quincena de internos que formar¨¢n parte de este programa, los beneficios que pueden aportar dos simples perros son muchos. "Se trata de personas que han perdido capacidades cognitivas y afectivas. Muchos son psic¨®ticos o esquizofr¨¦nicos que se levantan cada ma?ana con apat¨ªa y a los que les cuesta integrarse. Al relacionarse con los perros, buscamos que la afectividad y la autoestima les permitan rehabilitar esa parte que est¨¢ deteriorada", explica Jos¨¦ Vidal, director del hospital.
Mientras Mois¨¦s acaricia al peque?o de color canela, Rubio, Antonio, otro de los internos, juega con Mora. "Cuando venimos por las ma?anas nosotros nos encargamos de limpiar los comederos y arreglar todo y Antonio sale a correr con los perros, le encanta", explica Modesto, otro de los recursos, sobre su compa?ero. "A estos animales les gusta jugar m¨¢s que nada", dice sonriente este ¨²ltimo.
Modesto lleva 15 a?os en el hospital y ha pasado por muchos de los programas del centro. "Esto antes era una escombrera, ahora es un bonito jard¨ªn. Lo hicimos nosotros. Porque aqu¨ª de lo que se trata es de pasar el tiempo lo m¨¢s entretenidos que sea posible", afirma.
De los m¨¢s de 160 pacientes que tiene el hospital el equipo de este programa, formado por un psiquiatra, un psic¨®logo, un m¨¦dico, un trabajador social y un adiestrador, seleccionar¨¢ a ocho para realizar labores de adiestramiento y cuidados y a otros siete u ocho para aplicarles la terapia afectiva. "Este tratamiento servir¨¢ para que se sientan m¨¢s seguros y se comuniquen m¨¢s, tanto entre ellos como con el personal del centro", aclara Luis S¨¢nchez, subdirector de tratamiento del centro.
Por ahora, en el jard¨ªn del hospital viven los dos cachorros. Pero los directores del programa no se oponen, en un principio, a que la familia canina crezca. "Depender¨¢ del funcionamiento de la terapia. Qui¨¦n sabe, si va bien, quiz¨¢ permitimos que se apareen y damos cr¨ªas a los internos cuando salgan", comenta S¨¢nchez.
Para que el tratamiento tenga ¨¦xito ser¨¢ fundamental el trabajo de adiestramiento de las mascotas. Manuel Rodr¨ªguez, de School Canin, se encargar¨¢ de esta tarea. "Los internos tendr¨¢n que ense?arles a andar con la correa y a sentarse cuando lo ordenen, entre otras cosas. As¨ª se sentir¨¢n ¨²tiles". Aunque todav¨ªa los perros son muy j¨®venes para obedecer a todo. "En ocho o nueve meses estar¨¢n listos", prev¨¦ el t¨¦cnico.
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