El despacho de Gil de Biedma
El edificio de Tabacos de Filipinas resucita como hotel de ambiente colonial
El dios alado Hermes y la diosa Fortuna al mando del tim¨®n, s¨ªmbolos del comercio, eran amuletos imprescindibles para los que se aventuraban a cruzar el charco y emprender negocios en las colonias. Las dos figuras aleg¨®ricas, que se levantan sobre la flamante puerta de entrada de la antigua sede de la Compa?¨ªa General de Tabacos de Filipinas, dan ahora la bienvenida a los clientes del hotel H1898 (La Rambla, 109), propiedad de N¨²?ez y Navarro, que abri¨® sus puertas en octubre.
El emblem¨¢tico edificio, adquirido por la empresa hotelera en 1998, fue construido en 1880 para Antonio L¨®pez y L¨®pez, marqu¨¦s de Comillas, como residencia familiar. Poco m¨¢s tarde se adapt¨® para acoger las oficinas de la compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea, propiedad del marqu¨¦s. En 1929, tras impulsar la creaci¨®n de Tabacos de Filipinas, Antonio L¨®pez y L¨®pez convirti¨® el inmueble en la sede oficial de la tabacalera.
Se habilitar¨¢ una biblioteca dedicada al poeta con sus obras y las de la Generaci¨®n del 50
La reforma del edificio ha durado dos a?os y se ha respetado escrupulosamente la fachada neocl¨¢sica de piedra de Montju?c. De los 13.600 metros cuadrados que ocupa, tan s¨®lo 1.200 corresponden a la estructura original. La fachada de La Rambla con la original puerta giratoria, el vest¨ªbulo de m¨¢rmol con sus columnas de piedra y los despachos de los altos cargos de la compa?¨ªa tabacalera, cada uno con su chimenea y revestidos con maderas nobles tra¨ªdas de ?frica, han sido rehabilitados y rescatados de forma impecable.
Uno de estos despachos, hoy salones de reuni¨®n para ejecutivos y congresistas, lo ocup¨® en su d¨ªa el poeta Jaime Gil de Biedma. El personal del hotel desconoce cu¨¢l de ellos es, pero todos suponen que se trata del que est¨¢ situado en el extremo opuesto al que ocupaba el ¨²ltimo presidente de la tabacalera, Manuel Meler, recientemente fallecido.
Burgu¨¦s, ejecutivo y comunista, Gil de Biedma dedic¨® gran parte de su vida a Tabacos de Filipinas, de cuya c¨²pula directiva form¨® parte desde 1955 hasta poco antes de su muerte, en 1990. No pocos de sus versos se fraguaron en su despacho con vistas a La Rambla.
Muy cerca de la oficina de Gil de Biedma se habilitar¨¢ pr¨®ximamente una biblioteca dedicada al poeta, que albergar¨¢ sus obras y las de sus colegas de la Generaci¨®n del 50 vinculados a Barcelona, como Juan Mars¨¦, Ana Mar¨ªa Moix y ?ngel Gonz¨¢lez. Y para recordar al hu¨¦sped el estrecho v¨ªnculo del edificio con el tabaco, la biblioteca ofrecer¨¢ cigarrillos y puros selectos a la carta. Ser¨¢ la ¨²nica zona donde est¨¦ permitido fumar.
Aparte de la estructura conservada, el resto, de nueva construcci¨®n, refleja el esplendor colonial que caracteriz¨® una ¨¦poca con la utilizaci¨®n de maderas nobles, cuero, mimbre y m¨¢rmol. La decoraci¨®n interior, que juega con rayas blancas y negras, aspas y dados, crea un ambiente c¨¢lido al que contribuyen comod¨ªsimos sillones de cuero. El hotel tiene 169 habitaciones y har¨¢ hoy su primer completo con el congreso de telefon¨ªa m¨®vil 3GSM.
Las suites m¨¢s lujosas, a 1.500 euros la noche, gozan de terrazas particulares con piscina. Y desde el exterior de la 501 se puede tocar el campanario de la iglesia de Betlem y disfrutar de una vista impresionante de la ciudad. Mientras, tal como escribi¨® el poeta que pas¨® m¨¢s de media vida en la sede de la tabacalera, "ir¨¢n amonton¨¢ndose las flores cortadas, en los puestos de Las Ramblas, y silbar¨¢n los p¨¢jaros -cabrones- desde los pl¨¢tanos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.