Como ni?os y ni?as
Si la oposici¨®n se empe?a en que la presidenta emplea m¨¢s tiempo en luchar contra Zapatero, su ilustre vecino, que en gobernar Madrid, es porque no ha sabido valorar a¨²n lo que significa que ante el d¨ªa de hoy, fiesta de los enamorados, Aguirre haya optado porque se pueda fumar en los centros de trabajo madrile?os; y Moncloa lo es, y en muchas celebraciones y conmemoraciones, que en Moncloa no faltan. Aguirre quiere darle facilidades a Zapatero para que no le falte el cigarrillo a la hora de celebrar los triunfos del Bar?a o festejar pactos, ya sea con Carod, con Mas, con los que ella se tema o con ella misma.
As¨ª que los enemigos del tabaco pueden colegir f¨¢cilmente que la culpa de lo que supone para ellos una contrariedad la tiene el afecto de Aguirre por Zapatero, o s¨®lo Zapatero, como no deber¨ªan haber dudado. Aunque tambi¨¦n Aguirre lo haga por su partido: no quiere volver a pasar por el rid¨ªculo de que el PP tenga que llevar al parlamento un pitillo del presidente como un asunto de Estado. Y, adem¨¢s, ya que la sede nacional del PP aqu¨ª est¨¢, y por ahora no hay proyecto de traslado a Catalu?a, permite as¨ª a Rajoy fumarse un purito por si su abstinencia incrementara el delirio en su sof¨¢. La presidenta pudo habernos aclarado todo esto de haber acudido a la presentaci¨®n de la Ley de Capitalidad, pero no fue, y tal vez no hubiera podido explicarse por temor a que Aznar se enterara y le mandara a Acebes a llamarla al encerado y a tirarle de las orejas. As¨ª que decidi¨® faltar al trabajo por el que le pagamos y se fug¨® de farra partidista, a pasear a Rajoy en el Metro para espantarle el trauma de los helic¨®pteros.
Pasear a Rajoy en tiempos de tanta tribulaci¨®n puede ser en pol¨ªtica algo parecido a lo que supondr¨ªa en el mundo de la empresa la necesidad de un empleado del com¨²n de atender a un familiar convaleciente; por menos que eso consigue cualquier asalariado permiso por unas horas. Pero esto no supuso que despreciara a los madrile?os, como con mala baba dijo Simancas, ni que nos quiera menos que a Rajoy, y no s¨®lo porque tal voluntad no hubiera en ella, sino porque ser¨ªa est¨²pido que la servidora a la que pagamos ose despreciar a los que la sustentan.
Bien es verdad que como empleadores somos muy indulgentes en Madrid, de otra manera no se entiende que faltando tanto a su trabajo por motivos particulares no le exijamos descuentos en su salario. Pero me niego a creer que Aguirre sea arisca con Zapatero, aunque diera a entender lo que seguramente no quer¨ªa: que le hizo un feo al presidente de su Naci¨®n, "una realidad jur¨ªdica, hist¨®rica y emocional muy antigua y muy necesaria", seg¨²n dijo nuestro alcalde en su ausencia. A ella no le gana a patriota Ruiz-Gallard¨®n: as¨ª que si no por el presidente, s¨ª por la Naci¨®n, no har¨¢ nunca un feo a quien la representa. El feo estar¨ªa cantado, no obstante, si se atiende al argumento banal de que estaba harta de fotos con el presidente, por m¨¢s que uno comprenda la resistencia que tiene, tan discreta y modesta como es, a hacerse notar. Pero por mucho que los mal pensados no descarten que por exceso de autoestima pudiera haberse sentido demasiado modelo para tal se?or o, lo que ser¨ªa m¨¢s ins¨®lito en una persona de buen gusto, que tuvo un arrebato de mal educada, creo que s¨®lo quiso recordarnos que su cuerpo es suyo y lo exhibe con quien le da la gana.
Otra cosa es que, desde el punto de vista estrictamente laboral, que es el que nos interesa a los que le pagamos, ¨¦sa le pareciera a ella una tarea ingrata y pasara de sus obligaciones, porque aunque todo trabajo tenga su cruz es dif¨ªcil explicar a los recogedores de basura de Madrid la cruz de la presidenta. Tampoco es f¨¢cil explicarles el infantilismo de los pol¨ªticos espa?oles, que hasta en el Reino Unido ha sido detectado, como informaba una lectora de este peri¨®dico, porque eso ser¨ªa tener a la presidenta por una ni?a y no es c¨¢ndida ni inocente. Tampoco es un ni?o su vicepresidente Gonz¨¢lez, que s¨ª estuvo en la presentaci¨®n de la Ley y se doli¨® tant¨ªsimo de que Zapatero no le hubiera saludado. Pero al final pas¨® lo que me tem¨ªa: que el mal educado fue Zapatero y que al no saludar al representante sustituto despreci¨®, ¨¦l s¨ª, a los madrile?os. As¨ª que, ya ven: todo esto dar¨ªa para unas risas, si esas risas al cabo no nos salieran tan caras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- VII Legislatura CAM
- Relaciones Gobierno central
- Gobierno Comunidad Madrid
- Decretos auton¨®micos
- Ley antitabaco
- Legislaci¨®n espa?ola
- Restricciones tabaco
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Parlamentos auton¨®micos
- Tabaquismo
- Actividad legislativa
- Restricciones consumo
- Adicciones
- Tabaco
- Parlamento
- Gobierno auton¨®mico
- Madrid
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Consumo
- Enfermedades
- Medicina
- Comunidad de Madrid
- Administraci¨®n auton¨®mica