Cheney, en el punto de mira
Cr¨ªticas contra el vicepresidente de EE UU por herir a un compa?ero de caza
"La CIA le asegur¨® a Cheney que Harry Whittington era en realidad un fais¨¢n", bromeaba ayer Jeff Nussbaum, que escribe los discursos de los dem¨®cratas. "?Cu¨¢ntos vicepresidentes hacen falta para disparar a un abogado tejano de 78 a?os?". S¨®lo uno, Dick Cheney. Bromas, bromas y m¨¢s bromas. En su programa en la cadena de televisi¨®n CBS, el humorista David Letterman dedicaba su lista de Top 10 a las excusas de Cheney por el accidente. En el puesto n¨²mero 1 estaba: "Cheney crey¨® que el tipo quer¨ªa jugar a los vaqueros homosexuales con ¨¦l", jugando con las palabras guy (tipo) y gay y con la pel¨ªcula Brokeback Mountain. Jay Leno, en la NBC, competencia de Letterman, informaba con seriedad: "La popularidad de Cheney ha subido al 92% despu¨¦s de que se haya conocido que tirote¨® a un abogado". Carcajadas.
Pasaron 14 horas hasta que se inform¨® del accidente, en el que fue alcanzado el abogado Whittington
El pasado s¨¢bado, a las 17.30, Dick Cheney, vicepresidente de EE UU, de 65 a?os, disparaba por accidente contra un amigo, Harry Whittington, abogado tejano de 78 a?os, mientras cazaban codornices en una finca de Tejas. Los perdigonazos provocaron heridas en cara, cuello y pecho a Whittington. Ayer por la noche las agencias informaron de que el herido acababa de sufrir un "leve ataque cardiaco", y de que los m¨¦dicos, tras practicarle un cateterismo, atribuyeron el episodio a que uno de los perdigones se le hab¨ªa "alojado en una zona del coraz¨®n". La oficina de Cheney manifest¨® despu¨¦s que el vicepresidente hab¨ªa telefoneado a Whittington para ofrecerle su ayuda, informa Reuters.
Pero la pol¨¦mica va m¨¢s all¨¢ de la calidad como cazador de Cheney o de que no asumiera una norma elemental en una cacer¨ªa, como escrib¨ªa ayer en el diario The Washington Post Stephen Hunter: "Respetar la l¨ªnea de fuego". Pero eso queda relegado a la insignificancia tras conocerse que el accidente tard¨® m¨¢s de 14 horas en darse a conocer, y no de forma oficial.
Una vez m¨¢s, los asuntos de Cheney aparecen oscuros. El servicio secreto que le acompa?aba inform¨® inmediatamente a la polic¨ªa local el d¨ªa de autos. Pasaba una hora cuando se informaba al presidente Bush: "Ha habido un accidente de caza en que est¨¢ implicado Cheney". No le dieron m¨¢s detalles. Tuvo que pasar otra media hora para que el sagaz Karl Rove matizara al mandatario que su mano derecha hab¨ªa disparado contra alguien.
El s¨¢bado, al caer la noche. se informa al portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan. Otras fuentes sit¨²an este hecho a primera hora del domingo. Y aqu¨ª comienza el disparate: Katharine Armstrong, anfitriona y propietaria del rancho tejano donde se desarroll¨® la cacer¨ªa, llam¨® a las 9.00 (hora de Tejas) al peri¨®dico local The Corpus Christi Caller-Times para informar. El rotativo duda. Se cuestiona la veracidad de lo contado por tel¨¦fono. Y llama a la oficina de prensa del vicepresidente. Afirmativo. "Cheney dispar¨® a Whittington". A las 13.30, la web de The Corpus Christi lanza la noticia.
El lunes por la ma?ana, los periodistas fund¨ªan a preguntas a McClellan. El portavoz sugiri¨® que ¨¦l habr¨ªa hecho la cosa de "otra manera". Y en los 41 minutos que dur¨® el encuentro con la prensa se agarr¨® a una explicaci¨®n: "Se trata de un accidente". Se escurri¨® cuando se le interrog¨® sobre si le parec¨ªa apropiado que el vicepresidente disparase contra alguien y fuera una testigo quien llamase a un peri¨®dico local. Ayer se supo que Cheney carec¨ªa de la documentaci¨®n apropiada para cazar. Le falta el sello de siete d¨®lares que otorga la licencia para abatir codornices.
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