Impagable
Tan acostumbrado est¨¢ ya el o¨ªdo a los recursos sint¨¦ticos o el¨¦ctricos o electr¨®nicos de la m¨²sica actual, que cuando el veterano Daniel Viglietti se arranc¨® en esa sabia mezcla de poes¨ªa y canto que ¨¦l practica hace ya m¨¢s de 40 a?os a los acordes de su guitarra espa?ola, un sonido que ven¨ªa suavemente del pasado ungi¨® el silencio en la sala. Los espectadores, respetuosos, ni fumaban, ni hablaban.
Un sonido que ven¨ªa de lejos en el tiempo, pero que volv¨ªa a renacer, a estallar pleno de expresi¨®n, como si el tiempo pudiera ser, por una vez, gentil con los humanos. Una m¨²sica suave en la que los folclores uruguayos, argentinos, bolivianos o chilenos abrazan apasionadamente la palabra de los poetas Rafael Alberti, C¨¦sar Vallejo, Oliverio Girondo, Nicol¨¢s Guill¨¦n o An¨ªbal Sampayo. Se enroscan alrededor de la obra cantada de Atahualpa Yupanqui o Alfredo Citarrosa...
Daniel Viglietti
Daniel Viglietti (voz y guitarra). Sala Clamores. Madrid, 14 de febrero.
Con la voz dura y profunda de quien, aparte del tabaco, hubo de lidiar con la represi¨®n, la desigualdad social e, incluso, la c¨¢rcel, Viglietti, ya camino de los 70 a?os, deambul¨® con paso firme y seguro a trav¨¦s de las verdades tal y como ¨¦l, y muchos como ¨¦l, las contemplan. No importa las vueltas que haya dado este mundo, ni los callejones sin salida en los que se encuentra actualmente la izquierda transformadora.
Para Viglietti, el Che o Camilo Torres siguen siendo s¨ªmbolos de liberaci¨®n y la palabra revoluci¨®n no es malsonante, ni da miedo a quien nada tiene que temer. Fue una actuaci¨®n francamente impagable en la que se goz¨® de maravillas sonoras como la Chacarera de la piedras, Las agujas de un reloj, la emblem¨¢tica A desalambrar o esa incre¨ªble Milonga de andar lejos, en la que la amargura de la realidad se termina dulcificando con el b¨¢lsamo de la esperanza.
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