Cecilia Bartoli acerca al Real la brillantez de su 'Opera proibita'

Pese a ser la reina de la bravura, de la variedad de colores en la voz -"un cantante debe ser como un pintor", asegura-, de la catarsis de la emoci¨®n barroca, Cecilia Bartoli confiesa que lo que m¨¢s le emociona sentir en un teatro es "el silencio". Ese momento en que el p¨²blico queda sin habla, como en una liturgia, es lo que desea provocar hoy en el Teatro Real con su recital, tras 15 a?os de ausencia en Madrid.

Su regreso se vive como un aut¨¦ntico acontecimiento. La ¨²ltima vez que cant¨® en Espa?a fue en 1991, tanto en el teatro de la Zarzuela como en el Liceo. Pero Bartoli por fin ha regresado. Y lo hace en plena madurez, en el mejor momento de su carrera, cuando est¨¢ considerada la mejor mezzosoprano del mundo en su repertorio, que abarca sobre todo el belcantismo, lo mozartiano y el barroco.

Con arias barrocas precisamente se presenta la cantante romana en el Real. Piezas de su ¨²ltimo disco, Opera proibita, dedicado a H?ndel, Caldara y Scarlatti, que re¨²ne la m¨²sica prohibida en Roma por el Vaticano a principios del siglo XVIII. Un disco que, para Bartoli, es un tributo a Roma, su ciudad: "En Roma, el barroco y la m¨²sica se fusionan con la ciudad y de esa uni¨®n ha surgido Opera proibita", afirm¨® ayer Bartoli en el Real justo antes de ir a comer a la Moncloa con el presidente Rodr¨ªguez Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa.

Va a probar con este recital el nuevo teatro y piensa volver. "Es un teatro que se ajusta a su forma de concebir el canto, muy ¨ªntima, as¨ª que luego trataremos futuros proyectos", dec¨ªa Antonio Moral, director art¨ªstico del Real, que acompa?¨® a la cantante.

Despu¨¦s de Madrid, Bartoli visitar¨¢ Valencia (d¨ªa 19), Barcelona (23), Pamplona (25) y Bilbao (28), en una gira pausada. Se toma las cosas con calma: "Hay que dejar descansar la voz y volver a sentir ganas de cantar. La vida es corta y hay que disfrutarla, hoy las carreras empiezan tarde y terminan pronto, ?por qu¨¦ ser¨¢?", dec¨ªa ayer la cantante.

"?C¨®mo se lleva que digan que es la n¨²mero 1 del mundo?", le preguntaba alguien. Cecilia Bartoli miraba y hac¨ªa muecas: "Bueno, lo acepto", contest¨®. "?Qu¨¦ puedo decir? Para m¨ª no hay primera, segunda ni tercera. Pero que lo digan me da energ¨ªa, me ayuda a seguir", contestaba en un fant¨¢stico "espaliano", bien asentado en sus d¨ªas de clases flamencas. "Pod¨ªa haber sido una gran bailaora, pero el destino me hizo cantante", explicaba ayer.

No le va a faltar trabajo en el a?o Mozart, que ella abri¨® en enero pasado en Salzburgo con Riccardo Muti, pero la que es una de las int¨¦rpretes de referencia del compositor teme que con tanta celebraci¨®n acabemos todos hasta el gorro. "Para el a?o Mozart nada de pasteles Mozart, ni leche Mozart, ni dedales con la cara de Mozart. Su m¨²sica y punto".