Un virus en plena ebullici¨®n
En los dos ¨²ltimos a?os el H5N1 se ha extendido por tres continentes y ha ampliado su repertorio de v¨ªctimas
En enero de 2005, las bases de datos de los cient¨ªficos s¨®lo conten¨ªan la informaci¨®n gen¨®mica de siete virus de la gripe, todos ellos de la cepa H3N2 responsable de la gripe humana convencional desde hace cerca de 40 a?os. En s¨®lo un a?o, los investigadores han a?adido los genomas de otros 500 virus de la gripe, y casi todos son de la cepa H5N1, el virus aviar que se ha propagado desde el sureste asi¨¢tico hasta Turqu¨ªa, Nigeria y media Europa.
Los cient¨ªficos tienen el m¨¢ximo inter¨¦s en saber c¨®mo evoluciona el genoma del H5N1, y en comparar esos cambios gen¨¦ticos con los que experimentaron otros tres famosos virus de la gripe aviar: los que causaron la gripe espa?ola de 1918 y las otras dos pandemias del siglo XX (1957 y 1968).
El H5N1 se aisl¨® por primera vez en 1996, en muestras de gansos recogidas en la provincia de Cant¨®n, en el sur de China, pero no se hizo famoso hasta el a?o siguiente, cuando sus primeros saltos conocidos de las aves al ser humano mataron a seis personas en Hong Kong.
El H5N1 que mat¨® a dos de aquellas v¨ªctimas no era exactamente igual que el original. Hab¨ªa sufrido una mutaci¨®n (E627K) en uno de sus genes, y ahora llevaba all¨ª una letra que siempre llevan los virus de la gripe humana convencional, pero nunca los virus aviares, con una notable excepci¨®n: el virus aviar que caus¨® la gripe espa?ola de 1918.
"Esa mutaci¨®n permite la replica-ci¨®n del virus en c¨¦lulas de mam¨ªfero, sin perder la capacidad de hacerlo en las de ave", explica Juan Ort¨ªn, del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa.
Pero el virus que entretanto segu¨ªa extendi¨¦ndose entre las aves dom¨¦sticas del sur de China no llevaba esa mutaci¨®n. Como los afectados de Hong Kong no pod¨ªan contagiar a otras personas, esa versi¨®n mutante del virus se qued¨® en un callej¨®n sin salida.
La propagaci¨®n del virus entre los pollos asi¨¢ticos fue discreta hasta finales de 2003, cuando comenz¨® el m¨¢s grave episodio de gripe aviar registrado en la historia, en el que todav¨ªa estamos inmersos. El H5N1 se propag¨® a una velocidad sin precedentes por el resto de China, Vietnam, Tailandia, Indonesia y otros pa¨ªses de la regi¨®n. La propagaci¨®n se debi¨® tanto al comercio de pollos como a las aves migratorias, y forz¨® a sacrificar 140 millones de pollos en el sureste asi¨¢tico, donde el H5N1 se ha hecho end¨¦mico en las aves.
Cada nueva ola parti¨® de Cant¨®n, pero el virus evoluciona r¨¢pido, y ya hay distintas cepas de H5N1 que se han hecho end¨¦micas en cada zona del sureste asi¨¢tico. La mutaci¨®n E627K reapareci¨® en las infrecuentes v¨ªctimas humanas de los brotes de Vietnam y Tailandia en 2004, pero no en las aves.
Hasta mayo de 2005, cuando el H5N1 irrumpi¨® en el lago Qunghai, en el oeste de China, matando a cerca de 6.000 aves acu¨¢ticas. Los cient¨ªficos chinos secuenciaron el genoma v¨ªrico de 19 de aquellas aves, y "casi todos los virus ten¨ªan la mutaci¨®n E627K", explica el investigador de la Universidad de Hong Kong Yi Guan, coordinador de los an¨¢lisis gen¨®micos del H5N1 en China.
De ese lago procede la variante de H5N1 que se ha propagado fuera de Asia con las aves migratorias. Por tanto, los virus de Turqu¨ªa, Nigeria y los que llegan ahora a Europa llevan la mutaci¨®n. Tambi¨¦n llevan otra segunda mutaci¨®n relevante para la adaptaci¨®n a mam¨ªferos.
Estos cambios gen¨¦ticos pueden tener relaci¨®n con la ampliaci¨®n del repertorio de especies susceptibles de infecci¨®n por el H5N1: cerdos, gatos, leopardos y tigres, adem¨¢s de personas. Pero esa conexi¨®n no se puede considerar probada, seg¨²n subraya Adolfo Garc¨ªa-Sastre, un investigador del Mount Sinai de Nueva York que intervino en la reconstrucci¨®n del virus de la gripe espa?ola de 1918.
Los virus de la gripe aviar evolucionan en las aves m¨¢s deprisa de lo que se cre¨ªa, y hay evidencias de que su genoma se adapta muy r¨¢pido a las distintas especies de p¨¢jaros. En cada especie, los ocho genes del virus no son un surtido azaroso, sino una combinaci¨®n exacta cuyos detalles revelan un preciso ensamblaje de finos ajustes. Del mismo modo que un virus de la gripe aviar y otro de la gripe humana com¨²n pueden intercambiar genes si coinciden en el mismo hu¨¦sped, dos virus aviares distintos tambi¨¦n lo pueden hacer.
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