La huella espa?ola se borra en Marruecos
Ese d¨ªa todav¨ªa no ha llegado". Said Jatabi, de 70 a?os, el ¨²nico hijo var¨®n a¨²n con vida de Abdelkrim, el l¨ªder independentista rife?o que tanto guerre¨® con los espa?oles, tuerce el gesto cuando se le pregunta por qu¨¦ los restos mortales de su padre no han sido a¨²n trasladados a Marruecos desde El Cairo, donde muri¨® exiliado hace 43 a?os. Su respuesta demuestra que en el Rif, que junto con el resto de Marruecos accedi¨® a la independencia hace ahora medio siglo, algunas heridas no acaban de cicatrizar.
"El necio error de Franco consist¨ªa en creer que la zona espa?ola escapar¨ªa a la independencia lograda en el resto del imperio cherifiano", escribi¨® Indalecio Prieto en su libro Convulsiones de Espa?a. El general¨ªsimo foment¨® la secesi¨®n o, por lo menos, mantener a la colonia espa?ola alejada de las sacudidas del Marruecos franc¨¦s, pero Par¨ªs le coloc¨® ante el hecho consumado y "Franco no tuvo m¨¢s opci¨®n que mostrarse caballeroso y generoso", afirma el investigador franc¨¦s Ignace Dalle en su libro Les trois rois.
Con la independencia, algunas infraestructuras, como el ferrocarril de Ceuta a Tetu¨¢n, fueron desmanteladas. Espa?oles y marroqu¨ªes pugnaban por los ra¨ªles y vagones
"La responsabilidad primordial de nuestro subdesarrollo no incumbe a Espa?a, sino a Marruecos", recalca Said Jatabi, hijo del m¨ªtico l¨ªder rife?o Abdelkrim
Mohamed VI marc¨® enseguida distancias con su padre, Hassan II, y se apresur¨® en viajar al norte, donde impulsa proyectos de desarrollo y rehabilitaci¨®n
Ceuta y Melilla son las aut¨¦nticas capitales econ¨®micas del norte. El contrabando genera unos 400.000 "empleos basura", pero desalienta la inversi¨®n
"El cierre casi herm¨¦tico al que est¨¢n sometidas esas ciudades hace que s¨®lo emanen de ellas efluvios t¨®xicos hacia el norte", se queja Benhima
Pol¨ªticos y empresarios ceut¨ªes urgen a Exteriores a negociar con Rabat la obtenci¨®n de una frontera comercial para poder exportar a Marruecos
Espa?a concedi¨® la independencia a la franja norte de Marruecos el 7 de abril de 1956, exactamente 37 d¨ªas despu¨¦s de que lo hiciese Francia. "Todo el mundo so?aba con la independencia, est¨¢bamos muy alegres", recuerda Mehdi Benouna, de 89 a?os, hijo de uno de los l¨ªderes nacionalistas de Tetu¨¢n, la capital de lo que fue, durante cuatro largas d¨¦cadas, el protectorado espa?ol. Con una extensi¨®n de 30.000 kil¨®metros cuadrados, esa zona coincid¨ªa b¨¢sicamente con la costa mediterr¨¢nea y las monta?as del Rif, donde hoy viven unos seis millones de personas.
Pese al j¨²bilo en las calles de Tetu¨¢n, los espa?oles no dejaron mal recuerdo. "A diferencia de los franceses, se mezclaban con los marroqu¨ªes, eran los vecinos con los que se intercambiaban visitas", afirma Abdelmejid Benjeloun, autor de media docena de libros sobre el Marruecos septentrional. "Dec¨ªamos en ¨¢rabe dialectal que estaban hazah; es decir, tan pelaos como nosotros", a?ade. Hace un cuarto de siglo apenas hab¨ªa diferencia entre el nivel de vida a ambos lados del estrecho de Gibraltar.
Acaso por eso, porque Espa?a era menos pr¨®spera que Francia y contaba con menos medios para desarrollar esa sexta parte de Marruecos que le atribuy¨® el tratado hispano-franc¨¦s de 1912, el Rif acusaba en 1956 un fuerte retraso con relaci¨®n al ¨¢rea de Casablanca, donde a¨²n hoy d¨ªa se genera el 45% del PIB del reino alau¨ª.
Ferrocarril desmantelado
Para colmo, algunas infraestructuras, como el ferrocarril de Ceuta a Tetu¨¢n, fueron desmanteladas tras la proclamaci¨®n de independencia. "Espa?oles y marroqu¨ªes se peleaban para quedarse ra¨ªles y vagones de un tren que hab¨ªa dejado de circular", recuerda Abdessalam Amrani, de 94 a?os, antiguo empleado de la compa?¨ªa ferroviaria. Aunque est¨¢n en ruinas, a¨²n subsisten algunas estaciones.
Aquello fue una minucia comparado con los problemas que se cern¨ªan sobre esos rife?os que se las promet¨ªan muy felices con la reci¨¦n ganada independencia. "Empez¨® lo que podr¨ªamos llamar la invasi¨®n del norte por el sur", afirma Abdelkader Chaoui, escritor originario de Xaouen ahora afincado en Madrid. "De Rabat o Casablanca llegaban funcionarios educados en franc¨¦s para ocupar los puestos dejados vacantes por los espa?oles, cuya lengua desaparec¨ªa en la Administraci¨®n", a?ade. M¨¢s tarde sucedi¨® otro tanto en la educaci¨®n.
El castellano -la lingua franca del norte, porque los rife?os no sol¨ªan hablar ¨¢rabe y a¨²n menos franc¨¦s- qued¨® postergado; la guerra de Argelia impidi¨® a los braceros trabajar del otro lado de la frontera, y, para m¨¢s inri, las autoridades marroqu¨ªes intentaron erradicar el cultivo del hach¨ªs. Descontento, el Rif se sublev¨® en 1958, y Mulay Hassan, el futuro Hassan II, fue el encargado de aplastar la rebeli¨®n secundado por el temible general Mohamed Oufkir. La represi¨®n fue brutal.
Tras su entronizaci¨®n, Hassan II continu¨® pasando factura a los rife?os por haber desafiado al trono. "Cre¨ªa que no ¨¦ramos sujetos leales", se?ala Mehdi Benouna. "Por eso, en sus 36 a?os de reinado nunca visit¨® oficialmente la zona", a?ade, aunque en una ocasi¨®n estuvo en T¨¢nger -que nunca form¨® legalmente parte del protectorado- para embarcar hacia T¨²nez. Apenas hubo inversi¨®n p¨²blica en el antiguo protectorado. La regi¨®n qued¨® a¨²n m¨¢s marginada.
Said Jatabi recalca: "La responsabilidad primordial por nuestro subdesarrollo no incumbe a Espa?a, sino a Marruecos". "No olvidemos que, pese a todas sus limitaciones, la Espa?a de Franco propuls¨® a Marruecos hacia una cierta modernidad sobre todo en lo concerniente a la sanidad, con campa?as de vacunaci¨®n y lucha contra enfermedades t¨ªpicas del subdesarrollo", insiste por su parte Abdelmejid Benjeloun. Hoy d¨ªa no hay un solo hospital oncol¨®gico en el norte.
Cuando accedi¨® al trono, en 1999, Mohamed VI marc¨® r¨¢pidamente distancias con su padre en ¨¦ste como en tantos otros ¨¢mbitos. Su primer viaje oficial lo hizo, en el oto?o de ese mismo a?o, al norte, y desde entonces pronuncia siempre el discurso del trono -el m¨¢s importante del a?o- desde T¨¢nger. Pasa adem¨¢s sus vacaciones veraniegas entre esa ciudad, Tetu¨¢n y una mansi¨®n familiar cerca de Ceuta.
Tambi¨¦n recorre la zona en pleno invierno. Mientras el presidente espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, visitaba Ceuta hace tres semanas, Mohamed VI inauguraba proyectos de desarrollo y de rehabilitaci¨®n urbana justo del otro lado de la frontera, en Castillejos, Rinc¨®n, Xaouen y T¨¢nger. La mayor obra de infraestructura de sus casi siete a?os de reinado es T¨¢nger-Med, el nuevo puerto en construcci¨®n, situado m¨¢s cerca de Ceuta que de la ciudad cuyo nombre lleva. El soberano mima el noroeste de Marruecos pero, probablemente por falta de medios, desatiende el noreste -Alhucemas y Nador-, que sigue sumido en el olvido.
"Aquella visita real al norte supuso el principio de la reconciliaci¨®n" entre la monarqu¨ªa y el Rif, sostiene el hijo de Abdelkrim. "A partir de entonces dejamos de ser considerados como ac¨¦rrimos enemigos", agrega. Pero la herida abierta por Hassan II no acaba todav¨ªa de cerrarse. Acaso por eso, porque la figura del hist¨®rico l¨ªder rife?o no ocupa a¨²n un lugar suficientemente destacado en Marruecos, Jatabi prefiere que siga enterrado en Egipto.
La lentitud de la cicatrizaci¨®n la ilustra, por ejemplo, el informe final de la Instancia Equidad y Reconciliaci¨®n, un organismo creado en 2004 por el monarca para investigar y tratar de reparar los abusos cometidos durante los llamados a?os de plomo, que coinciden, b¨¢sicamente, con el reinado de Hassan II. Su labor sobre la represi¨®n en el Rif ha sido escasa en comparaci¨®n con otras regiones, seg¨²n denunciaron el mes pasado las tres principales ONG marroqu¨ªes de derechos humanos.
M¨¢s categ¨®ricas, varias asociaciones locales agrupadas en el Comit¨¦ de la Declaraci¨®n del Rif prometieron hace tres semanas en Alhucemas "dinamizar la lucha para que no se cierre la investigaci¨®n sobre las graves violaciones de los derechos humanos" en la regi¨®n. "Lo que aqu¨ª pas¨® no guarda relaci¨®n con el resto del pa¨ªs", subraya un joven militante. "El escarmiento fue colectivo: hubo pueblos arrasados, propiedades quemadas, mujeres violadas, y mis antepasados fueron bombardeados con napalm".
La aspiraci¨®n a una reparaci¨®n por los sufrimientos pasados apenas est¨¢ te?ida, por ahora, de ese nacionalismo rife?o que tantas derrotas infligi¨® al ej¨¦rcito espa?ol. Acaso la manifestaci¨®n del 1 de mayo en Alhucemas, en la que un pu?ado de j¨®venes corea esl¨®ganes antimarroqu¨ªes, llame a enga?o. Las ¨¦lites ans¨ªan, en cambio, una autonom¨ªa como la que Rabat est¨¢ preparando para el S¨¢hara Occidental. "La prolongada marginalizaci¨®n s¨ª ha reforzado el sentimiento de pertenencia a una cultura espec¨ªfica que deber¨ªa quedar reconocida mediante una autonom¨ªa", apunta el escritor Chaoui.
Medio siglo despu¨¦s de la independencia, el Rif sigue siendo diferente del resto de Marruecos, y no s¨®lo por su exigencia de desagravio. Est¨¢ m¨¢s densamente poblado (125 habitantes por kil¨®metros cuadrado); su crecimiento demogr¨¢fico es m¨¢s alto (2% anual); su poblaci¨®n es m¨¢s joven (el 50% tiene menos de 15 a?os); es m¨¢s paup¨¦rrimo, aunque la econom¨ªa sumergida mitiga la pobreza, y, sobre todo, es m¨¢s rural. El 65% de los rife?os vive en el campo, 20 puntos m¨¢s que la media marroqu¨ª.
No es que est¨¦n m¨¢s apegados a la tierra, es que la tierra es m¨¢s rentable. El 27% de su superficie agr¨ªcola (unas 134.000 hect¨¢reas) est¨¢ dedicado al cultivo de hach¨ªs, del que Marruecos es el primer exportador del mundo, seg¨²n el informe que public¨® en 2004 la agencia antidroga de la ONU.
La venta de la materia prima proporciona unos ingresos anuales de 214 millones de d¨®lares a 96.000 familias de agricultores (unas 800.000 personas). De los 12.000 millones de d¨®lares que genera el tr¨¢fico de esta droga, un tercio se queda tambi¨¦n en manos marroqu¨ªes.
Fascinaci¨®n por Espa?a
El Rif es tambi¨¦n singular porque, a diferencia del centro y del sur de Marruecos, tiene la vista puesta en Espa?a y no en Francia. La fascinaci¨®n por Espa?a ha crecido, a pesar del declive de la lengua espa?ola. Acaso sea porque los hazah (pelaos) de hace medio siglo viven ahora en lo que a sus ojos es un El Dorado. Casi id¨¦ntica a la marroqu¨ª en 1956, la renta per c¨¢pita espa?ola la cuadriplicaba ya en 1970. Hoy d¨ªa la multiplica por 15. "El norte reitera que es pobre porque se compara con Espa?a, no con Marruecos", resalta Driss Behima, hasta el mi¨¦rcoles director de la Agencia del Norte, que impulsa el desarrollo de esa zona.
Erradicado de la Administraci¨®n, de los medios de comunicaci¨®n y, en buena medida, de la ense?anza, el castellano se mantuvo hasta hace algo m¨¢s de una d¨¦cada gracias a las televisiones espa?olas, m¨¢s amenas que las sopor¨ªficas cadenas p¨²blicas marroqu¨ªes. Generaciones enteras de j¨®venes rife?os aprendieron la lengua de Cervantes con Vamos a la cama o Verano azul, de Televisi¨®n Espa?ola.
Nadie en Espa?a se ha preocupado de averiguar cu¨¢l es la penetraci¨®n de los medios audiovisuales espa?oles en el norte de Marruecos. S¨ª lo hizo en 2004 la consultora tunecina Sigma Conseil, que opera en todo el Magreb. El resultado es descorazonador. A principios de los a?os noventa, el 40% de los norte?os segu¨ªa los canales espa?oles, pero ese porcentaje cay¨® al 15% y se concentra en los partidos de f¨²tbol.
En las cafer¨ªas de Alhucemas o de Nador, la televisi¨®n de referencia es ahora Al Yazira o alguna otra cadena ¨¢rabe v¨ªa sat¨¦lite. En radio, el panorama es a¨²n peor; como en el resto de Marruecos, el Rif urbano sintoniza mayoritariamente M¨¦di 1 y Sawa, la primera emisora p¨²blica francesa, y la segunda, norteamericana.
No son las ondas ni la ayuda al desarrollo -el 86% de los proyectos de la cooperaci¨®n espa?ola se concentra en el norte- los que preservan la antigua potencia colonial. Son, por sorprendente que parezca, lo que los marroqu¨ªes llaman los enclaves ocupados. Melilla, con 65.000 habitantes, y Ceuta, con 75.000, son las aut¨¦nticas capitales econ¨®micas del norte. La preponderancia de esta ¨²ltima est¨¢, sin embargo, amenazada por el resurgir de T¨¢nger con su nuevo puerto.
Un dato ilustra el peso de las ciudades aut¨®nomas. La C¨¢mara de Comercio Americana de Casablanca calcula que el contrabando genera 400.000 "empleos basura", de los que 45.000 son directos y corresponden a los porteadores que sacan a diario mercanc¨ªas, con frecuencia falsificaciones, de Ceuta y Melilla.
Esas exportaciones irregulares ascienden a unos mil millones de euros anuales, seg¨²n Luis Carreira, consejero ceut¨ª de Econom¨ªa. Las estimaciones marroqu¨ªes oscilan entre 1.300 y 1.500 millones de euros, el equivalente de las ventas espa?olas a China y a Hong Kong.
El dinero de la droga transita, en parte, por los bancos de Marruecos, cuya deficiente reglamentaci¨®n en materia de blanqueo permite dormir tranquilos a los narcos. Los dep¨®sitos de Nador, una ciudad de 120.000 habitantes, equivalen a los de Casablanca, con cerca de cinco millones. Pero los traficantes apenas invierten en su propio pa¨ªs. Intentan sacar a flote su dinero en Espa?a sorteando una legislaci¨®n adversa.
Fue en Melilla donde la polic¨ªa desmantel¨®, en noviembre, la mayor trama de blanqueo, cuyos tent¨¢culos se extend¨ªan a Ceuta y M¨¢laga. En el curso de la Operaci¨®n Saco descubri¨® que, atendiendo ¨®rdenes dadas desde el Rif, se hab¨ªan lavado al menos 350 millones de euros. Las autoridades marroqu¨ªes sostienen que narcotr¨¢fico, contrabando y emigraci¨®n clandestina est¨¢n estrechamente vinculados.
Efluvios t¨®xicos
"El cierre casi herm¨¦tico al que est¨¢n sometidas esas ciudades hace que s¨®lo emanen de ellas efluvios t¨®xicos", se lamenta Benhima. Aunque ¨¦l no da el paso, otros funcionarios en la Administraci¨®n marroqu¨ª abogan con discreci¨®n por cambiar la relaci¨®n de Ceuta y Melilla con su entorno sin por eso renunciar a la reivindicaci¨®n de soberan¨ªa. "De lo contrario veremos que las poderosas mafias locales se adue?ar¨¢n de las nuevas oportunidades de negocio, empezando por el puerto de T¨¢nger-Med", advierte un ex alto cargo que conoce bien la zona.
En la corte real, donde se ejerce de verdad el poder, hay un aut¨¦ntico empe?o por colocar el norte al mismo nivel que las ¨¢reas m¨¢s pr¨®speras. Existe tambi¨¦n el convencimiento que, desde la independencia, nunca hubo en Espa?a un Gobierno tan sensible a los intereses de Marruecos como el actual.
Por eso, una propuesta espa?ola para redefinir la relaci¨®n de las ciudades aut¨®nomas con el antiguo protectorado, para que en lugar de contaminar sirvan de puntos de apoyo a su desarrollo -como lo fue Hong Kong para Shenzhen y Dongguang-, ser¨ªa, como m¨ªnimo, estudiada con atenci¨®n, indica una fuente cercana a palacio. A Rabat no ha llegado propuesta alguna.
La patronal ceut¨ª pidi¨® en oto?o a la diplomacia espa?ola que abra negociaciones con Rabat para que la ciudad goce de una frontera comercial a trav¨¦s de la cual pueda exportar legalmente a Marruecos, algo imposible hoy d¨ªa. El presidente ceut¨ª, Juan Jes¨²s Vivas, se lo reiter¨® a Rodr¨ªguez Zapatero durante su visita, pero en el Ministerio de Exteriores aseguran no haber recibido tal solicitud.
La desaparici¨®n en 2010 de aranceles entre Marruecos y la Uni¨®n Europea y la apertura de T¨¢nger-Med, que competir¨¢ con Ceuta, amenaza, te¨®ricamente, al contrabando, el motor econ¨®mico de ambas ciudades. De ah¨ª la urgencia de disponer de una frontera comercial y de buscar fuentes alternativas de riqueza.
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