Empezar desde cero
La primera 'top model' con repercusi¨®n internacional; una periodista, directora de la revista femenina m¨¢s antigua, y la due?a de una tienda que se expresa con la ropa vanguardista que vende. Tres pioneras de la moda que no s¨®lo estaban all¨ª al principio, sino que siguen en primera l¨ªnea de sus disciplinas.
Los comienzos no son f¨¢ciles para nadie. Menos cuando no existen modelos que imitar. As¨ª fue al principio para Judit Masc¨®, la periodista Covadonga O'Shea y Rosa Orrantia, propietaria de una tienda bilba¨ªna de dise?os de vanguardia. Son las historias de tres pioneras de la moda espa?ola cuando ¨¦sta ni siquiera exist¨ªa.
Judit Masc¨®: "Era la ¨²nica espa?ola en Mil¨¢n y no lo pas¨¦ bien"
Antes que nada fue burbuja de Freixenet. En cierta ocasi¨®n mir¨® a c¨¢mara en un anuncio de helados y, con su mejor sonrisa, exclam¨®: "?Delicioso sabor a fresa!". Era una "chavala alta, con buena planta, rubia y de pelo largo", aspirante a modelo desde que un d¨ªa un fot¨®grafo, cuyo estudio estaba al lado de su casa en Barcelona, le dijo que pod¨ªa valer para esto. "Mis padres, que eran maestros, hicieron todo lo posible por quit¨¢rmelo de la cabeza. Cuando vieron que el inter¨¦s era verdadero no tuvieron m¨¢s remedio que apuntarme a una academia, con la condici¨®n de que no dejase mis estudios", recuerda. El trato funcion¨® hasta segundo de turismo, cuando se fue a Mil¨¢n a probar suerte y entonces s¨ª que se sinti¨® como una pionera. Casi al estilo de los del Lejano Oeste. "Estaba sola, viviendo en pensiones, todo el d¨ªa de un lado a otro en transporte p¨²blico, con unas bambas puestas y los tacones en el bolso. Entonces no exist¨ªa el grupillo de modelos espa?olas que luego se cre¨® en las grandes capitales de la moda. Era la ¨²nica y no lo pas¨¦ muy bien", reconoce. Pronto empezaron a llegar las portadas: Elle, Marie Claire?, y el fot¨®grafo alem¨¢n Hans Feuer se encaprich¨® de ella. "Al poco ten¨ªa un book bastante impresionante". No tard¨® en llegar la llamada. La revista deportiva estadounidense Sports Illustrated quer¨ªa contar con ella, sin hacerle ninguna prueba, para un especial de biquinis. Masc¨® fue una de las 13 modelos que aparecieron en 1990 en el reportaje La belleza y la playa. No s¨®lo eso: su cuerpo, enfundado en un biquini amarillo al sol del Caribe, fue admirado por 40 millones de lectores en la portada de la revista. "De pronto me convert¨ª en una celebridad en Estados Unidos. Viaj¨¦ en limusina, ocup¨¦ una suite que acababa de abandonar Michael Jackson, aparec¨ª en Good Morning, America? Se hizo una enorme monta?a de aquello sin yo enterarme muy bien c¨®mo".
"Cuando aparec¨ª en la portada de 'Sports Illustrated' me convert¨ª en una celebridad en Estados Unidos sin yo siquiera propon¨¦rmelo", cuenta Judit Masc¨®
Aqu¨¦l fue el comienzo de sus a?os dorados -Nueva York, entre 1990 y 1993-, que coincidieron con los de la eclosi¨®n de las top models, justo antes de que el grunge proclamara que la "belleza maravillosa y perfecta" era cosa del pasado. "Siempre recuerdo la primera vez que vi a Kate Moss en una prueba. ?Me pareci¨® tan poca cosa!". El cambio en el signo de los tiempos le permiti¨® tomarse las cosas con m¨¢s calma. "Y pasar algo m¨¢s de tiempo en casa, que entre los 17 y los 23 a?os no me vieron el pelo". Desde entonces, el trabajo en Espa?a nunca le ha faltado, ni siquiera cuando decidi¨® ser madre. "Todos me hablaban de que mi cuerpo se iba a deformar. Luego result¨® que todo fue mejor al nacer mi primera hija. Modelo de profesi¨®n, guapa y joven madre que trabaja. ?Me convert¨ª en la mujer perfecta sin yo saberlo!", cuenta entre risas. Lejos de pensar en el final de su carrera, a sus 36 a?os y embarazada de su cuarta hija, ya cuenta con una autobiograf¨ªa (El libro de Judit Masc¨®) y acaba de cumplir una de sus metas profesionales: ser imagen de una marca de cosm¨¦ticos (Natura Biss¨¦). "No tengo miedo a envejecer. Creo que lo importante es tener siempre un aspecto adecuado a la edad de uno. ?Qui¨¦n sabe? ?Igual acabo de abuela anunciando unos canelones en la tele!".
Covadonga O'Shea: "He sido testigo de la evoluci¨®n de la moda"
En la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra no abundaban las chicas a finales de los a?os sesenta. A Covadonga O'Shea, nacida en Getxo (Vizcaya), le dec¨ªan siempre que, en el mejor de los casos, acabar¨ªa llevando "la p¨¢gina dedicada a la mujer" de cualquier peri¨®dico. A ella -proyecto de reportera de guerra, y estudiante adem¨¢s de la carrera de Filosof¨ªa y Letras- no le hac¨ªa mucha gracia escuchar aquello de sus compa?eros. "?Y f¨ªjate!", exclama entre risas, "?he dirigido una revista femenina durante 27 a?os!". Cuando, reci¨¦n terminada la carrera, empez¨® como subdirectora en Telva -la publicaci¨®n de su clase m¨¢s antigua de Espa?a y tambi¨¦n la m¨¢s vendida-, la plantilla la formaban seis personas que trabajaban en una reducida Redacci¨®n situada en un "peque?o piso" del centro de Madrid.
"La moda en este pa¨ªs por aquel entonces se limitaba casi, casi a Elio Berhanyer y Pertegaz", recuerda. Las sesiones de fotos de los primeros n¨²meros estaban frecuentemente protagonizadas por amigas suyas y ten¨ªan escenarios como la plaza Mayor o la Casa de Campo de Madrid, una ciudad apartada de los circuitos del vestir. "Me considero un testigo del nacimiento, evoluci¨®n y desarrollo de la moda en Espa?a como un reflejo de la sociedad en la que vivimos", admite. Sobre todo desde que en 1970 se convirti¨® en directora de Telva. "Una revista dirigida a una mujer actual, que quiere saber qu¨¦ es lo que se lleva, pero no s¨®lo de ropa. Tambi¨¦n en la vida social, con respecto a los hijos? Con una l¨ªnea de apuesta decidida por los valores", explica sentada en una de las dependencias del Instituto Superior de Empresas de Moda (www.isem.ws), del que es directora desde que en 1997 abandon¨® la gesti¨®n directa de Telva llevada por "la necesidad de hacer otras cosas". ?stas consistieron en crear la Fundaci¨®n Tecnomoda, cuya actividad m¨¢s visible es la organizaci¨®n de un m¨¢ster de un a?o en gesti¨®n de empresas de moda. "Con ¨¦l pretendemos aportar al sector una serie de profesionales que sean capaces de unir el talento con la gesti¨®n empresarial", explica. "Que est¨¦n ah¨ª para convencer a los dise?adores de que su trabajo no se limita a crear ropa que quede bien en una foto o una pasarela, sino que tiene que venderse".
Rosa Orrantia: "Vend¨ªamos marcas con las que nadie se atrev¨ªa"
Cuando vio por primera vez el local de Persuade -la tienda que abri¨® ahora hace un a?o- le cost¨® creer que a¨²n quedasen espacios as¨ª en pleno centro de Bilbao. Un antiguo almac¨¦n de loza de 500 metros cuadrados y dos plantas que nadie en el barrio recordaba abierto desde las inundaciones de la ciudad en 1983. "El sitio que necesitaba para desarrollar un nuevo concepto de tienda que andaba buscando", explica. Un "esp¨ªritu diferente, menos herm¨¦tico" del de su anterior negocio, Tarte, una tienda de "ropa de creadores" que funcion¨® como una isla de vanguardia y originalidad desde que Rosa la abri¨® en 1985 junto a su antigua socia, Itziar Elejalde, y sin m¨¢s experiencia previa que haber ayudado a "amigas con m¨¢s dinero" a comprar en Londres. "A¨²n recuerdo el d¨ªa de apertura como uno de los peores de mi vida", cuenta a sus 53 a?os. "Lleg¨® una se?ora que me pregunt¨®: '?Tienes algo para m¨ª?'. ?C¨®mo voy a saberlo?, pens¨¦. Siempre he cre¨ªdo en dejar a los otros que decidan por s¨ª mismos".
Superado el estreno, la filosof¨ªa de Tarte consigui¨® que Bilbao se conociese en los c¨ªrculos de la moda europea m¨¢s vanguardista mucho antes de que nadie oyese hablar del efecto Guggenheim. A base de confiar en su instinto y en los "dise?adores con algo que decir, que entiendan la ropa como un lenguaje con el que expresar algo para un p¨²blico que tambi¨¦n est¨¢ buscando expresarse". Primero fue Sybilla. Luego, Issey Miyake o Comme des Gar?ons. Desde su segunda temporada, Martin Margiela, o, ya en Persuade, Wendy & Jim. Veinte rompedores a?os en una ciudad que en asuntos de vestir se jacta de ser m¨¢s bien cl¨¢sica. "Vend¨ªamos marcas que no ten¨ªa nadie; no porque tuvi¨¦semos exclusivas, sino porque nadie se atrev¨ªa con ellas. Siempre hemos tenido m¨¢s prestigio como compradoras en el extranjero que aqu¨ª en Espa?a. Eso me hace sentir que hay una verdad en esto".
En Persuade, su nueva aventura, que mereci¨® una columna en el diario brit¨¢nico The Daily Telegraph, se ha atrevido con la ropa de hombre y ha dado prioridad a los muebles. De ellos se encarga su socio Paul, con especial atenci¨®n a las antig¨¹edades chinas, otra de sus pasiones. "?Es tanta la fascinaci¨®n que me produce China! Siempre estoy recomendando a la gente que vaya y la conozca por s¨ª misma", a?ade.
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