Ham¨¢s reivindica la lucha armada
El grupo integrista se niega a negociar con Israel en la apertura del nuevo Parlamento palestino
"No hemos aceptado ni aceptaremos que se cuestione la legitimidad de los acuerdos suscritos con Israel", afirm¨® ayer en la Mukata de Ramala el l¨ªder de Al Fatah y de la OLP, Mahmud Abbas. La hist¨®rica sesi¨®n inaugural del Parlamento palestino dominado por Ham¨¢s concluy¨® con un choque de trenes. Las estrategias frente a Israel pusieron en evidencia la divisi¨®n que separa al presidente de Ham¨¢s. Los integristas, que dirigir¨¢n el Gobierno, le contestaron: "Rechazamos el llamamiento para una lucha pac¨ªfica contra Israel", asegur¨® desde Gaza Sami Abu Zuhri, portavoz islamista.
A tenor de la determinaci¨®n del presidente, que promete que cumplir¨¢ el programa por el cual fue elegido en enero de 2005, las disputas venideras ser¨¢n de calado.
El despliegue policial y militar en la Mukata revelaba la trascendencia de la jornada. El Parlamento se constituy¨® en la sede de la presidencia y no en el edificio que acoge el Consejo Legislativo Palestino, mucho m¨¢s expuesto a cualquier desm¨¢n que hubieran podido idear los cabecillas de la pl¨¦yade de facciones armadas que pululan por los territorios ocupados.
En Gaza tambi¨¦n se reunieron para jurar sus nuevos cargos en un centro cultural en el coraz¨®n de la ciudad. Unidas por v¨ªdeo-conferencia, se respiraba solemnidad en ambas salas. En los uniformados y en los pol¨ªticos que pasadas las once de la ma?ana, y tras escuchar unos vers¨ªculos del Cor¨¢n, se aprestaban a escuchar al presidente. Ni Abbas, que pronunci¨® un discurso institucional sin menciones a su partido, ni Ham¨¢s, que fue citado por el mandatario en s¨®lo una ocasi¨®n, se salieron del gui¨®n. Abbas, conocido como Abu Mazen por sus conciudadanos, encarg¨® despu¨¦s de su alocuci¨®n la formaci¨®n del Gobierno al movimiento islamista. Dispone Ham¨¢s de cinco semanas para ejecutar la misi¨®n.
Todos son conscientes de que ha comenzado una era en Palestina. "Las elecciones han creado una nueva realidad pol¨ªtica", reconoci¨® Abbas. Lo que no significa que acepte el camino que los fundamentalistas se proponen emprender. "Continuaremos el proceso de negociaci¨®n. Es la ¨²nica elecci¨®n pol¨ªtica y estrat¨¦gica que permitir¨¢ recoger los frutos de d¨¦cadas de lucha y sacrificios", asegur¨® el veterano dirigente en su discurso inaugural de una legislatura que promete continuos encontronazos entre Al Fatah, el partido que ha liderado la lucha palestina durante medio siglo y que ahora s¨®lo cuenta con 45 diputados, y Ham¨¢s, que se hizo con 75 esca?os de los 132 esca?os de la C¨¢mara.
Respuesta inmediata
La respuesta del grupo islamista fue inmediata. "Hemos sido elegidos sobre una agenda pol¨ªtica diferente", contest¨® desde Gaza Ismail Haniya, casi con seguridad futuro primer ministro. El legislador y portavoz de Ham¨¢s, Sami Abu Zuhri, agreg¨®: "Enfatizamos otra vez nuestro derecho a la resistencia armada como un derecho de los palestinos a luchar contra la ocupaci¨®n". Abbas s¨®lo exigi¨® indirectamente, sin peticiones expl¨ªcitas de desarme ni de reconocimiento de Israel, que Ham¨¢s acepte los Acuerdos de Oslo de 1993, que crearon una autonom¨ªa que no ha satisfecho a los palestinos.
Sin duda coinciden Ham¨¢s -que ha perpetrado 60 atentados suicidas en la ¨²ltima d¨¦cada- y Al Fatah en el an¨¢lisis que Abbas expuso sobre la estrategia de Israel, que supone, a juicio de los presentes en la Mukata, "una seria amenaza a las posibilidades de alcanzar la paz". "La continuaci¨®n de la ocupaci¨®n y la expansi¨®n de los asentamientos, las ¨²ltimas medidas para aislar el valle del Jord¨¢n del resto de las tierras palestinas de Cisjordania, los controles militares, los asesinatos arbitrarios, el muro de separaci¨®n y las detenciones s¨®lo conducir¨¢n al odio, a la desesperaci¨®n y a la continuaci¨®n del conflicto". Discrepan radicalmente en los m¨¦todos para acabar con la ocupaci¨®n. Y tambi¨¦n sobre el final del camino. Abu Mazen lo expres¨® con nitidez: la vuelta a las fronteras de 1967, previas a la guerra de los Seis D¨ªas, ser¨¢ la culminaci¨®n del proceso para que Israel y el Estado palestino convivan en paz. Por supuesto, con Jerusal¨¦n como capital de su Estado. La Hoja de Ruta, patrocinada por el Cuarteto -EE UU, UE, Naciones Unidas y Rusia- es el veh¨ªculo. En cuanto al derecho al retorno de los refugiados, coment¨®: "Debe resolverse mediante un pacto justo".
Los islamistas no se cansan de repetir que la retirada israel¨ª a las fronteras anteriores a la guerra de junio de 1967 servir¨ªa para que la paz se afianzara durante muchos a?os. No eternamente. Nunca renunciar¨¢n, aseguran, a la recuperaci¨®n de toda Palestina. O dicho como est¨¢ escrito en su carta fundacional de 1988: a la destrucci¨®n del Estado jud¨ªo. Como tampoco ceden en su reivindicaci¨®n del derecho al retorno de los refugiados a los pueblos y ciudades -hoy en territorio israel¨ª- de los que fueron expulsados o de los que se fugaron presa del p¨¢nico.
Abbas, que pas¨® de puntillas sobre la corrupci¨®n que tanto da?o han causado a Al Fatah,salpic¨® su disertaci¨®n con continuas exigencias respecto al modelo de sociedad palestina. Un pa¨ªs que respete las libertades civiles; en el que la mujer no sufra discriminaci¨®n y en el que desaparezca el "caos" creado por las bandas armadas.
Elogio de Arafat
La alocuci¨®n de Mahmud Abbas, 47 minutos de firmeza en su defensa de la negociaci¨®n con el Estado sionista, aplaudido media docena de veces s¨®lo por sus partidarios, constituy¨® un repaso a la historia y logros de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y un elogio de la figura y obra de Yasir Arafat, enterrado a menos de 100 metros del edifico en el que disertaba su sucesor. Aludi¨® a la conferencia de Argel de 1988, en la que la OLP se comprometi¨® con las resoluciones 242 y 338 de la ONU y por ende con el reconocimiento del Estado de Israel; alab¨® la apertura del di¨¢logo con EE UU, "asunto tab¨² durante d¨¦cadas", y halag¨® los Acuerdos de Oslo que nacieron despu¨¦s de la Conferencia de Madrid.
Se encomend¨® a la amistad ¨¢rabe y a la influencia de la comunidad internacional; mencion¨® con admiraci¨®n al ex presidente estadounidense Jimmy Carter, encumbr¨® a Isaac Rabin y su apuesta por la negociaci¨®n.
Pero no olvid¨® a Ariel Sharon, sus decisiones unilaterales y su desprecio por los pactos que desembocaron en el apret¨®n de manos entre Rabin y Arafat el 13 de septiembre de 1993. "Emprendi¨®", dijo Abbas del primer ministro israel¨ª hospitalizado, "una batalla para destrozar sistem¨¢ticamente las instituciones del pueblo palestino. El racista muro de separaci¨®n fue levantado y redobl¨® la edificaci¨®n de asentamientos". Y concluy¨® con una sentencia que revela su desconfianza: "Seguiremos buscando las razones de la muerte de Arafat. No cerraremos este expediente hasta conocer la verdad".
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