Supers¨®nico Tau
El equipo vitoriano logra su quinto t¨ªtulo ante un Pamesa que tard¨® demasiado en meterse en el partido
El Tau se fue de Madrid con la Copa bajo el brazo despu¨¦s de negociar la ¨²ltima embestida de un Pamesa que lleg¨® demasiado tarde a la cita. El Tau lo hab¨ªa barrido en tres cuartas partes del partido, de tal manera que el equipo valenciano hubiera necesitado de casi un milagro, como el que se dio en el loco ¨²ltimo minuto de la final de la pasada Liga que gan¨® el Real Madrid. No se produjo. Lleg¨® a situarse el Pamesa a cinco puntos, pero ya con la lengua fuera, ya demasiado al final, ya cuando al Tau le bastaba con una peque?a raci¨®n de control. Era el premio a la efectividad y contundencia del juego supers¨®nico con el que se hizo irresistible para un Pamesa que durante demasiados minutos hab¨ªa estado fuera del partido, sin ninguna perspectiva. Los a?os consolidan el proyecto de un equipo, el Tau, que ha estado en cuatro finales de manera consecutiva durante los dos ¨²ltimos a?os, Liga, Euroliga, Supercopa y Copa. Los dos ¨²ltimos los ha ganado desplegando un juego contundente, intenso, sin bajar un ¨¢pice de intensidad y calidad pese a que durante el verano perdi¨® el concurso de Macijauskas, Calder¨®n e Ivanovic.
PAMESA 80 - TAU 85
Pamesa Valencia: Avdalovic (6), Stepp (0), Yebra (5), Dikudis (27) y Garc¨¦s (5) -cinco inicial-; Miralles (6), Timinskas (11), Harrington (18), Sklavos (3) y Luengo (0).
Tau Vitoria: Prigioni (3), Hansen (11), Jacobsen (19), Scola (19), Splitter (6) -cinco inicial-; Erdogan (20), David (2), Vidal (0) y Ukic (6).
?rbitros: Arteaga, Amor¨®s y P¨¦rez Pizarro. Excluyeron por personales a Hansen (m. 38), Jacobsen (m. 39) y Timinskas (m. 40).
Unos 13.400 espectadores en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Prigioni fue elegido MVP del partido.
4? CUARTO
3? CUARTO
2? CUARTO
1? CUARTO
8-29
23-20
21-17
28-19
Prigioni, elegido el mejor, bati¨® el r¨¦cord hist¨®rico de asistencias en el torneo: 15
El Pamesa hab¨ªa cuajado dos estupendos partidos camino de la final. Su seriedad, su forma concienzuda de preparar cada cita, de medir cada posesi¨®n, de aplicar ligeros ajustes para evitar dos errores seguidos se conjugaba con las buenas sensaciones que transmit¨ªan varios de sus jugadores. Pero empez¨® la final y dio la sensaci¨®n de que la camiseta naranja la vistieran unos juveniles. Era el v¨¦rtigo de ponerse frente a un rival que arranc¨® como una locomotora.
Plet¨®rico, certero, r¨¢pido, listo. El Tau no perdonaba una y estableci¨® la mayor diferencia en un cuarto en la Copa (29-8) desde que hace seis a?os empezaron a disputarse los partidos divididos en cuatro periodos de diez minutos. Prigioni, el mejor del partido, autor de 15 asistencias (r¨¦cord hist¨®rico), hizo danzar a su equipo al son que le interesaba, casi siempre con acciones muy tensadas, con mucho nervio. Los movimientos sin bal¨®n de sus compa?eros abrieron muchos espacios. Hansen y Jacbosen los aprovecharon para colar triples. En el otro lado suced¨ªa todo lo contrario. Splitter y Scola no dejaban un mil¨ªmetro por donde pudieran aproximarse al aro Garc¨¦s y Dikudis y los jugadores exteriores del Pamesa no encontraron forma de sacar jugo a su quehacer.
A medida que la ventaja aumentaba hasta l¨ªmites impropios de una final, el Pamesa iba encogi¨¦ndose. Decididamente fuera del partido que le propon¨ªa el Tau, incurri¨® en errores que no se le hab¨ªan visto los d¨ªas precedentes. Algunos sonrojantes, como las dos veces que agot¨® los 24 segundos de posesi¨®n sin siquiera haber iniciado el movimiento previo al lanzamiento. Tambi¨¦n perdi¨® otro par de balones en el saque de fondo despu¨¦s de canasta.
Ricard Casas, el t¨¦cnico, intent¨® incidir en el calamitoso curso de los acontecimientos a base de cambios. Pero no se trataba de una cuesti¨®n puntual. Avdalovic estaba fuera de onda, Garc¨¦s no adquir¨ªa presencia en el juego y Dikudis se hund¨ªa entre los brazos de Scola y Spliter. La irrupci¨®n de Harrington le dio alg¨²n s¨ªntoma de vida al Pamesa, pero necesitaba much¨ªsimo m¨¢s para revertir un partido que se le hab¨ªa torcido de tal manera. El problema era morrocotudo para el Pamesa. Mejor¨® tras el descanso. Dikudis maniobr¨® mucho mejor y Harrington mantuvo su buen nivel.
El problema es que el Tau no baj¨® el pist¨®n casi hasta el final. Rebaj¨® las diferencias el Pamesa (41-55) pero Scola ten¨ªa el d¨ªa, igual que Jacobsen, que llev¨® por la calle de la amargura tanto a Yebra como a Timinskas. Sin embargo en el ¨²ltimo cuarto, el lituano encontr¨® por fin aro, lo que a?adido a la soltura de Dikudis y a una defensa en zona, cambi¨® el rumbo del partido. El Tau perdi¨® facilidad anotadora y control del ritmo de juego. El turco Erdogan, que se movi¨® como una anguila y con un instinto implacable a la hora de recoger rebotes y manejar la pelota, pas¨® a ser la ¨²nica arma ofensiva frente a la defensa del Pamesa.
Se estrech¨® la diferencia hasta siete puntos (67-74) cuando todav¨ªa faltaban m¨¢s de tres minutos y medio para el final. La remontada era posible. M¨¢s a¨²n cuando la presi¨®n del Pamesa empez¨® a pesar en el ¨¢nimo de los jugadores del Tau, que perdieron algunos balones de forma tonta. Tuvieron que hacer frente a una situaci¨®n comprometida, cuando su ventaja se redujo a cinco puntos (74-79). Faltaban 52 segundos y Prigioni perdi¨® el bal¨®n. Pero una bandeja de Advalovic que dej¨® el bal¨®n rodando por el hierro y un intento de tres puntos de Timinskas que hizo agua certificaron la imposibilidad de arrebatarle el t¨ªtulo al Tau, el quinto que logra en la Copa.
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