Papeles a remolque
Sum¨¢ndose al carro de la devoluci¨®n al Gobierno catal¨¢n de los papeles del Archivo General de la Guerra Civil Espa?ola de Salamanca, el Consejo de Gobierno vasco expres¨® en su sesi¨®n de 14 de febrero pasado una demanda similar. Y para reforzar la misma, sincronizadamente, mand¨® por delante una semana antes a su senador nacionalista Francisco Maqueda para litigar con la ministra de Cultura en una pregunta parlamentaria. No anduvo fina la se?ora Calvo en su respuesta. La legitimidad de origen del Gobierno vasco presidido por Aguirre no es distinta de la de la Generalitat catalana, por mucho que ¨¦sta funcionara desde 1932. Las Cortes que aprobaron el Estatuto Vasco un 1 de octubre de 1936 eran las leg¨ªtimas Cortes de la Rep¨²blica, y ¨¦se y no otro es el principio de legitimidad del Estatuto y de su Gobierno consiguiente. Es m¨¢s, no se acierta a ver la diferencia de legitimidades de los posteriores gobiernos en el exilio, el espa?ol, el vasco o el catal¨¢n. La r¨¦plica de la consejera de Cultura del Gobierno vasco, Miren Azkarate, fue tan f¨¢cil como contundente. Lo dif¨ªcil era errar el tiro.
El Gobierno vasco tiene la misma legitimidad para recibir los originales de Salamanca que la Generalitat catalana
La ministra termin¨® su di¨¢logo con el senador Maqueda con una afirmaci¨®n: "A los vascos, al igual que al resto de los espa?oles, les ser¨¢n devueltos aquellos documentos una vez acrediten que son suyos". Y lo har¨¢n, a?adi¨®, "siguiendo el procedimiento que se establezca y a trav¨¦s de las comunidades aut¨®nomas". Una soluci¨®n que se antoja compleja. ?Por qu¨¦? Porque est¨¢ pensando en que solo existen "papeles vascos" de particulares, y no de un gobierno que reclama su devoluci¨®n con arreglo al criterio con el que se trataron los documentos de la Generalitat catalana. Item plus: uno de los problemas de la "devoluci¨®n catalana" es que los papeles que han viajado a Sant Cugat no son s¨®lo los de la Generalitat sino tambi¨¦n los de muchos particulares y muchas organizaciones, no precisamente gubernamentales. As¨ª, no es de extra?ar la denuncia hecha, por ejemplo, por la CNT, ahora obligada a reclamar sus papeles a la Generalitat, de la que puede acabar recibiendo una copia del original. ?Qu¨¦ iron¨ªa! La legitimidad territorial, encarnada en sus gobiernos, parece ser hoy en Espa?a la ¨²nica existente: de un plumazo nos vamos cargando los derechos de organizaciones pol¨ªticas y sindicales y de los particulares. Un error que no deber¨ªa reproducirse en un supuesto de devoluci¨®n de "papeles vascos".
?Qu¨¦ "papeles vascos"? Ten¨ªa raz¨®n la ministra cuando advirti¨® que, a diferencia de Catalu?a, el grueso de papeles del Gobierno vasco de entonces y de despu¨¦s, del exilio, no est¨¢ en Salamanca, sino en una instituci¨®n privada, el Archivo del Nacionalismo de Artea, propiedad de la Fundaci¨®n Sabino Arana del PNV. A?ado: y que los "papeles vascos" de Salamanca ya est¨¢n en microfilm en Bergara, en el Centro de Patrimonio Documental de Euskadi Irargi, dependiente del Gobierno vasco. A diferencia de Catalu?a, que lleva d¨¦cadas dando pasos efectivos para la consolidaci¨®n de instrumentos culturales b¨¢sicos, como puede ser un archivo hist¨®rico, aqu¨ª nuestro Gobierno reclama originales a otro gobierno cuando no cuenta con una instituci¨®n de archivo p¨²blica que respalde su petici¨®n. Lleva un cuarto de siglo gobernando y sigue pidi¨¦ndose y no haciendo un archivo para llevar ¨¦sos y otros papeles. Y entre los otros cuento los producidos despu¨¦s de veinticinco a?os de actual gobierno e instituciones vascas, que en su mayor¨ªa deber¨ªan estar ya formando parte de un archivo hist¨®rico. O, por ejemplo, reclama con dramatismo lo de Salamanca mientras deja hace solo un lustro que un magn¨ªfico archivo sobre la guerra civil en el Pa¨ªs Vasco, el fondo Huarte de J¨¢uregui, fue adquirido por un precio m¨¢s que asequible por el Centro de Estudios Vascos de Reno (Nevada, Estados Unidos), sin observarse su disputa por parte de nuestro Gobierno. No se trataba de una biblia protestante en euskera. Ser¨¢ eso.
Los "papeles vascos" de Salamanca expresan una vez m¨¢s la realidad de nuestro peque?o pa¨ªs y del gobierno de nuestro peque?o pa¨ªs: son m¨¢s capaces para la reclamaci¨®n que para la obra propia. Tiene el Gobierno vasco, entiendo, la misma legitimidad para recibir los originales de Salamanca que la Generalitat catalana. Pero va a remolque de ella, una vez m¨¢s. No tiene un archivo como el de Sant Cugat para decirle al Gobierno espa?ol que los papeles de Salamanca van a estar aqu¨ª tan bien custodiados y utilizados como all¨¢. Y ¨¦sta no es cuesti¨®n balad¨ª, sino que expresa lo profundo de su pol¨ªtica: le interesa m¨¢s seguir viviendo de la explotaci¨®n del fuero, de la demanda, que trabajando en su casa y con lo que puede el huevo, un archivo y una pol¨ªtica cultural de compras sensata y coherente, en este caso. Reclama derechos pero infrautiliza sus muchas competencias. Se mueve mejor reclamando lo que no tiene que poniendo en activo lo que disfruta. Es, en definitiva, la recurrente e ineficaz pr¨¢ctica pol¨ªtica de la melancol¨ªa.
No es condici¨®n "sine qua non" el tener un archivo p¨²blico que pueda recibir ese nombre para poder reclamar los papeles de Salamanca. La legitimidad de la demanda y las incapacidades pol¨ªticas son dos cosas distintas. Pero una pol¨ªtica coherente al respecto de la historia y de la memoria en el Pa¨ªs Vasco, con instrumentos culturales para su desarrollo, proporcionar¨ªan la seguridad a la ciudadan¨ªa vasca de que no es un nuevo lloriqueo partidista del nacionalismo, con m¨¢s intenci¨®n propagand¨ªstico-pol¨ªtica que otra cosa, sino que se trata de una leg¨ªtima demanda de unos documentos pertenecientes a una instituci¨®n de todos los vascos. En ese momento, habr¨ªa que pedir con el mismo entusiasmo a Salamanca y a Artea.
Antonio Rivera es catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la UPV y parlamentario socialista vasco.
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