"Si Henry recibe la pelota, hay que ir fuerte y arriesgar"
El gigante que asoma su cabeza huesuda sobre la defensa del Madrid naci¨® en Middlesbrough hace 25 a?os. Se llama Jonathan Woodgate y le dicen Woody. Y todos coinciden en que se trata de un central magn¨ªfico llamado a marcar una ¨¦poca. Pero se ha pasado la mitad de su carrera lesionado y debe rodar. Hoy, en el Bernab¨¦u, se medir¨¢ a Henry, uno de los delanteros m¨¢s temidos del mundo.
Pregunta. ?C¨®mo se siente de vuelta a la competici¨®n?
Respuesta: Contento. Pero se me hace dif¨ªcil ser titular dos veces por semana. Es duro. Ya lo comprob¨¦ cuando reaparec¨ª en noviembre y empec¨¦ a jugar un mont¨®n de partidos. Me romp¨ª. Tengo que ir partido a partido. En el futuro creo que podr¨¦ jugar tres por semana, pero ahora debo ser prudente. Por ejemplo, si juego el s¨¢bado, tambi¨¦n puedo jugar el mi¨¦rcoles sin problemas, pero no el s¨¢bado siguiente. No todav¨ªa.
"Cuando luchas por un bal¨®n a¨¦reo, es m¨¢s importante la fuerza interior que la estatura"
"Me gusta defender bien metido en el campo porque, si no, los centrocampistas sufren"
P. ?Recuerda la ¨²ltima vez que jug¨® en Highbury?
R. Fui un mont¨®n de veces con el Leeds, pero no puedo recordar la ¨²ltima. Tampoco recuerdo si fui con el Newcastle. Pero he hecho buenos partidos contra el Arsenal.
P. ?Recuerda si Henry le meti¨® alg¨²n gol?
R. Me ha hecho goles. No s¨¦ cu¨¢ntos.
P. ?C¨®mo se marca a un delantero como Henry?
R. No hay que encimarlo mucho. Hay que tener cuidado con subir demasiado a buscarlo al medio campo porque, si se gira, tiene mucha velocidad y con un autopase te mata. El caso es no pegarse demasiado, tenerlo a un metro m¨¢s o menos, de modo que, si se consigue girar, no te deje atr¨¢s inmediatamente y, si recibe la pelota..., ?bam! Ir fuerte y arriesgar. Si en ese momento pierdes, est¨¢s destruido. Todo es cuesti¨®n de timing.
P. Y, si se va, una patada.
R. No soy ese tipo de jugador.
P. ?Le pedir¨¢ su camiseta?
R. Ya la tengo. La compr¨¦ en una subasta ben¨¦fica.
P. ?Qu¨¦ le parecen los delanteros espa?oles?
R. Tienden a ser m¨¢s pillos que en Inglaterra. Son m¨¢s t¨¦cnicos tambi¨¦n. En Inglaterra, los jugadores de ¨¢rea son m¨¢s fuertes, m¨¢s poderosos.
P. Entonces, ?se le hace m¨¢s sencillo defender aqu¨ª?
R. No dir¨ªa eso. El juego ingl¨¦s es m¨¢s r¨¢pido. Aqu¨ª es m¨¢s t¨¦cnico. El equipo que ataca se pasa m¨¢s la pelota.
P. Pero, cuando le exigen fricci¨®n, para usted es m¨¢s f¨¢cil.
R. Por supuesto. Pero no tanto. Te encuentras mucha gente m¨¢s peque?a y en los c¨®rneres y en ese tipo de jugadas puedo tener cierta ventaja porque suelo ser mucho m¨¢s grande. De todas formas, ellos tienen fuerza suficiente. Cuando luchas por un bal¨®n a¨¦reo, es m¨¢s importante la fuerza interior y la determinaci¨®n que la estatura. Si est¨¢s determinado a ganar la pelota, la vas a ganar. Tambi¨¦n tiene que ver con la habilidad para coordinar el salto. Con timing. De nada me sirve ser alto si no ataco la pelota.
P. ?Esa habilidad para dominar el juego a¨¦reo la adquiri¨® o le viene de nacimiento?
R. Cuando estaba en el Leeds, ten¨ªa dos entrenadores, Eddie Gray y Paul Hart. Hart fue un buen defensa y juntos trabajamos mucho los cabezazos. Tambi¨¦n con el m¨¢nager, David O'Leary. Cuando me subi¨® al primer equipo, no era tan bueno por arriba, pero jugaba con David Wetherhall, Robert Molinaar y Lucas Radebe, que eran m¨¢s grandes que yo y capaces de hacer maravillas con una pelota cruzada. Eran incre¨ªbles. Hac¨ªamos sesiones para practicar el cabeceo y, cuando cargaban, se te ven¨ªan encima y... ?bam, bam, bam! Me aplastaban. O'Leary me obligaba a quedarme a hacer horas extras de cabeceo por las tardes. Eso me ayud¨® de verdad.
P. ?C¨®mo recuerda el sitio donde empez¨® a jugar?
R. Jug¨¢bamos con una pelota de tenis en un patio de recreo como cualquier otro, pero con la diferencia de que el suelo era de asfalto. Recuerdo que mi madre me compr¨® el ch¨¢ndal de la selecci¨®n inglesa y lo hice tiras en una entrada deslizante porque la pelotita se iba y hab¨ªa que pararlos. ?Uf! Qued¨¦ hecho una porquer¨ªa. Horroroso.
P. ?Siente atracci¨®n por hacer entradas?
R. Si eres un defensa, tienes que hacer entradas. Es parte del juego. ?O no? En el colegio era un centrocampista, pero adoraba defender.
P. Su estad¨ªstica de tarjetas amarillas en Inglaterra era baja. Pero aqu¨ª...
R. Ah, bien... ?Me han sacado tres amarillas y una roja, no es cierto? A Sergio Ramos le ha ido peor. ?A ¨¦l le han mostrado tres rojas! As¨ª que, de momento, no se puede decir que el m¨ªo es un problema de ajuste al estilo espa?ol.
P. ?C¨®mo quiere situar la defensa Juan Ram¨®n L¨®pez Caro?
R. Con este t¨¦cnico hacemos mucho m¨¢s trabajo de campo, de t¨¢ctica y con la pelota. El estilo de L¨®pez Caro es totalmente distinto al de [Vanderlei] Luxemburgo. Es parecido a Inglaterra, donde tienes que tirar la l¨ªnea hacia arriba siempre. A m¨ª me gusta defender bien metido en el campo porque, si no, los centrocampistas tienen que correr mucho m¨¢s y sufren. Si subimos, nos arriesgamos a que nos metan un bal¨®n a la espalda, pero creo que vale la pena. Pero as¨ª juntas m¨¢s a los jugadores y les implicas en el trabajo de equipo. Les obligas a trabajar para el compa?ero. En este sentido, L¨®pez Caro ha sido brillante. Es un gran motivador. Nos habla todo el tiempo.
P. ?Qu¨¦ lo diferencia de Luxemburgo?
R. M¨¢s entrenamiento. Sin un asomo de duda. No digo que con Luxemburgo no nos entren¨¢semos duro, pero es que ahora nos dejamos los cojones. Si por ejemplo jugamos el domingo, Caro, al d¨ªa siguiente, nos pone doble sesi¨®n. No es normal, pero no nos importa.
P. Cuando fich¨® por el Madrid, Bobby Robson dijo que estaba seguro de que no pasar¨ªa la revisi¨®n. ?C¨®mo lo logr¨®?
R. Yo sab¨ªa que la pasar¨ªa. Robson no estaba seguro porque me hab¨ªa roto el muslo y debi¨® de pensar que el Madrid no dar¨ªa el visto bueno. Pero me pasaron porque creyeron que mejorar¨ªa. Desafortunadamente, me romp¨ª de nuevo.
P. ?Cree que el Madrid firm¨® el contrato a sabiendas de que estaba lesionado y no lo condicion¨® a la revisi¨®n?
R. El Madrid podr¨ªa convalidar el contrato de todos modos, pero... pas¨¦ el examen.
P. En su espalda tiene un enorme tatuaje con una inscripci¨®n de 39 palabras: "Los momentos m¨¢s oscuros de nuestras vidas no deben ser enterrados y olvidados, sino convertirse en un recuerdo inspirador al que recurramos en busca de confirmaci¨®n de lo irrefrenable del esp¨ªritu humano y nuestra capacidad para superar lo intolerable". Le gustan las citas. ?Tiene alguna para darme?
R. S¨ª: "Esta vida no es un ensayo general".
P. ?En qui¨¦n se inspir¨® cuando era un ni?o?
R. En Gary Pallister. Fui seguidor del Middlesbrough y ¨¦l era mi h¨¦roe. Ese Pally... Era brillante. Enorme, bueno con la pelota, bueno por arriba, bueno en los cruces... Ganaba siempre.
P. Mientras se recuperaba de su lesi¨®n, sol¨ªa coger el coche y dar vueltas por Madrid. ?Qu¨¦ descubri¨®?
R. Descubr¨ª que la gente conduce como si estuviera absolutamente loca. ?Dios! Podr¨ªa haber chocado unas treinta veces. Son incre¨ªbles. Se pasan de largo los sem¨¢foros, se meten por cualquier parte, conducen r¨¢pido, usan el claxon... ?Qu¨¦ pasa! Incre¨ªble. Aqu¨ª las consecuencias importan una mierda. Pero en fin... Para volver pon¨ªa el GPS. As¨ª me aprend¨ª las calles.
P. Si no hubiese sido por el doctor Orava, aquel m¨¦dico que le oper¨® en Suecia, ?cree que todav¨ªa estar¨ªa recuper¨¢ndose?
R. ?Qui¨¦n sabe? Al parecer, ha sido importante porque estoy jugando. No me import¨® que tirara de bistur¨ª. Habr¨ªa hecho cualquier cosa por volver a jugar.
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