Patrimonio valenciano y bronca cultural
Cada d¨ªa parece m¨¢s evidente que la virtudes de la prudencia y de la mesura no impregnan las decisiones de buena parte de los actuales gobernantes valencianos. En ocasiones ocurre que la falta de prudencia y de mesura se ve agravada por la p¨¦rdida del sentido de la raz¨®n. Esa importante facultad del entendimiento humano, reivindicada desde la ¨¦poca de la Ilustraci¨®n como actitud cr¨ªtica y responsable para comprender y transformar el mundo; una facultad que en realidad hunde sus ra¨ªces en el mundo griego cl¨¢sico con S¨®crates, Plat¨®n, Arist¨®teles y tantos otros que explicaron por extenso el componente ¨¦tico del sentido de la raz¨®n. Sin el sentido de la raz¨®n ser¨ªamos incapaces de fundamentar nuestras decisiones desde un punto de vista ¨¦tico y racional; y es la raz¨®n la que nos permite superar el dominio de la tradicional fuerza del poder, de los prejuicios ideol¨®gicos, de los intereses espurios o de la aversi¨®n hacia gobiernos o pueblos vecinos.
"De momento, no sabemos qu¨¦ bienes culturales tenemos y qu¨¦ bienes no tenemos porque se han ido fuera"
Uno de los episodios m¨¢s esperp¨¦nticos de la vida pol¨ªtico-cultural valenciana de las dos ¨²ltimas semanas, y que con toda probabilidad seguir¨¢ trayendo cola en las pr¨®ximas, gira alrededor de la firme posici¨®n del Gobierno valenciano de reivindicar la devoluci¨®n de todos los bienes del patrimonio cultural de "origen valenciano" que se encuentran fuera de nuestro territorio; posici¨®n protagonizada y divulgada por el conseller de Cultura. Sin embargo, cu¨¢les sean esos bienes, d¨®nde est¨¢n, por qu¨¦ est¨¢n donde est¨¢n, c¨®mo se determina su origen valenciano, no lo sabe ni el conseller ni la direcci¨®n general de Patrimonio ni el president ni nadie, pues no existe el imprescindible cat¨¢logo que los identifique. ?Se trata pues de un mero brindis al sol? ?O es simplemente un desplante altivo de intenciones futuras ante el resto de Espa?a y ante el resto del mundo? ?O se trata m¨¢s bien de una simple bronca contra el Gobierno central y contra Catalu?a? Vayamos por partes.
Destaquemos primero que el conseller de Cultura y sus inmediatos predecesores no han hecho los deberes. En los once a?os que el PP gobierna en la Generalitat sus responsables no han sido capaces de confeccionar un cat¨¢logo de los bienes culturales que han salido fuera del territorio valenciano ni el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano que deber¨ªa incluir al anterior. Grave incumplimiento pues su propia Ley del Patrimonio Cultural Valenciano de 1998 establece como un objetivo fundamental la elaboraci¨®n de dicho Inventario, instrumento imprescindible para "el ¨¦xito de la pol¨ªtica de conservaci¨®n y fomento de esa riqueza cultural valenciana". Han pasado ocho a?os, y no tenemos inventario general, ni cat¨¢logo espec¨ªfico ni una pol¨ªtica solvente de conservaci¨®n, fomento y recuperaci¨®n de la riqueza cultural. De momento no sabemos -debido a la falta de diligencia del conseller- qu¨¦ bienes culturales tenemos y qu¨¦ bienes no tenemos porque se han ido fuera.
Por qu¨¦, entonces, tanta urgencia, tanto anuncio reivindicativo y tanto "do de pecho" en reclamar urbi et orbi lo que en realidad a¨²n no sabemos que hay que reclamar, ni c¨®mo reclamar, ni qu¨¦ derecho nos asiste para reclamar, ni cu¨¢ndo reclamar, excepto tres o cuatro bienes m¨ªticos que se airean como reclamo publicitario. La explicaci¨®n es sencilla: se trata ni m¨¢s ni menos que de un nuevo episodio de bronca cultural contra el Gobierno central, contra la ministra de Cultura en este caso, dentro del resentimiento del PP por la devoluci¨®n de algunos documentos expoliados a la Generalitat catalana, procedentes del ahora famoso Archivo de la Guerra Civil ubicado en Salamanca. La posici¨®n l¨®gica de la Generalitat deber¨ªa haber sido la de apoyar decididamente la devoluci¨®n de esos bienes culturales expoliados a los catalanes para abrir as¨ª un camino no conflictivo hacia actuaciones futuras. Pero no, la Generalitat se volc¨® sin reservas a favor de la "forzada unidad" del Archivo frente a cualquier otra raz¨®n y frente a las leg¨ªtimas pretensiones de retorno de esos bienes culturales a Catalu?a.
En el fragor de la batalla antigubernamental y anticatalana se perdi¨® hasta el m¨ªnimo sentido de la raz¨®n. En el mismo acto el conseller de Cultura proclamaba que la Generalitat se mantiene firme contra la dispersi¨®n de los archivos y museos nacionales y que la Generalitat se mantiene firme en reclamar la devoluci¨®n por el Gobierno de todos los bienes culturales valencianos que se pudieran encontrar en esos archivos y museos. Firme contra la dispersi¨®n y firme a favor de la dispersi¨®n. La firmeza -derivada del poder- sustituye a la raz¨®n. ?C¨®mo justificar ese dualismo mental? El conseller lo hace refiri¨¦ndose al precedente de la devoluci¨®n de los documentos expoliados a Catalu?a que ¨¦l mismo conden¨® de forma airada. Y para aumentar la bronca con el Ministerio de Cultura el senador ahora popular Jos¨¦ Mar¨ªa Chiquillo fue encargado de interpelar a la ministra -con argumentos id¨¦nticos- para que comenzara devolviendo ya del Archivo de la Corona de Arag¨®n el Llibre del Repartiment, que padece as¨ª una manipulaci¨®n m¨¢s como punta de lanza para la bronca pol¨ªtica.
Es preciso avanzar que la devoluci¨®n de los documentos expoliados no es un precedente para el Llibre del Repartiment. Son casos distintos. No ha habido robo, ni extorsi¨®n e incluso la Generalitat dif¨ªcilmente va a poder exhibir alg¨²n t¨ªtulo de propiedad.
Hagan primero sus deberes en la Consejer¨ªa sin empecinarse en tantas broncas y sin alardear de lo que carecen. Ultimen con seriedad y rigor -m¨¢s vale tarde que nunca- el Inventario de los bienes culturales valencianos incluyendo el famoso Llibre. Estudien bien los aspectos jur¨ªdicos de la constitucionalidad y legalidad vigente. Y as¨ª se podr¨¢ saber qu¨¦ se puede reclamar, qu¨¦ interesa reclamar y cu¨¢les son los procedimientos jur¨ªdicos, pol¨ªticos y privados adecuados.
Una ¨²ltima cuesti¨®n. El hecho de que este episodio haya estado presidido por la sinraz¨®n, por la bronca cultural y por la falta de prudencia y de mesura, perjudica la viabilidad de futuros intentos de recuperaci¨®n de patrimonio -y tambi¨¦n de intentos actuales como la Dama d'Elx-. La experiencia internacional de la Unesco y el propio sentido de la raz¨®n recomiendan que sea siempre a trav¨¦s de la cooperaci¨®n entre gobiernos y de la negociaci¨®n bilateral como se llegue a acuerdos entre las partes para la compleja recuperaci¨®n de los bienes del patrimonio cultural. Recomendaci¨®n exactamente contraria a c¨®mo ha actuado la Generalitat, que en lugar de hacer los deberes anuncian ahora estar organizando "alg¨²n tipo de acci¨®n" reivindicativa. Ya sabemos lo que eso quiere decir. Pero por esa v¨ªa s¨®lo conseguir¨¢n perjudicar m¨¢s y m¨¢s la recuperaci¨®n del patrimonio y auguro que van a cosechar un estrepitoso fracaso, con este Gobierno central y con cualquiera otro Gobierno sensato. No es f¨¢cil llevar a buen puerto unas negociaciones. Razones, prudencia y mesura es lo que se necesita. Y no la sinraz¨®n, la bronca y la manipulaci¨®n que nos ofrece la Generalitat.
Vicent Llombart es catedr¨¢tico en la Universidad de Valencia.
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