Piterman, en la picota

Al t¨¦rmino del Consejo de Diputados, se le pregunt¨® al Diputado General de ?lava, Ram¨®n Rabanera, del PP, si le gustar¨ªa que Dimitri Piterman se fuera del Alav¨¦s. Rabanera se lo pens¨® y contest¨®: "La cuesti¨®n es que ¨¦l quiera irse". Mientras tanto, mientras Piterman se lo piensa, Rabanera le anunci¨® malos tiempos: "Piterman tiene que reflexionar de una vez porque est¨¢ dando una imagen mal¨ªsima del Alav¨¦s y de la sociedad alavesa". Siguiente mensaje. La Diputaci¨®n concede al club una ayuda anual de un mill¨®n de euros a cambio de publicidad en la camiseta y de actos promocionales. Un convenio que finalizar¨¢ en 2007 y que, con Piterman de por medio, la Diputaci¨®n no tiene intenci¨®n de renovar. "Ahora no se puede actuar porque se cumple lo establecido, pero seremos escrupulosos", afirm¨® Rabanera. Para renovar el acuerdo, algo improbable, la Diputaci¨®n exige a Piterman "transparencia y otras formas m¨¢s democr¨¢ticas". El m¨¢ximo accionista no est¨¢ por la labor.

Varias pe?as del equipo albiazul han anunciado una protesta simb¨®lica contra el presidente de la entidad que consistir¨¢ en llegar diez minutos tarde al pr¨®ximo partido frente al Racing. As¨ª quieren mostrar su contrariedad por las formas de Piterman, que da a entender que el club es suyo y que, por lo tanto, hace con ¨¦l lo que quiere.

A sabiendas de lo que ocurr¨ªa en las instituciones y en la calle, Piterman sali¨® por su calle particular. En una conferencia de prensa al t¨¦rmino del entrenamiento de su equipo, arremeti¨® contra quienes le critican, contra los periodistas que discrepan e incluso contra el ex t¨¦cnico Jos¨¦ Manuel Esnal, Man¨¦, ahora entrenador del Levante. Pero Piterman fue m¨¢s lejos. Quienes se acercan a su banquillo para criticarle son "unos subnormales y unos borrachos", dijo. A quienes le anuncian el boicot en el pr¨®ximo partido les dedic¨® tambi¨¦n algunas sentencias: "Todos aquellos que van a protestar se mueven por ciertos intereses, ya que no son socios o accionistas del club, sino s¨®lo abonados que pagan una media de 250 euros al a?o por presenciar los partidos del equipo", afirm¨®. A Piterman, sin embargo, se le cierra el c¨ªrculo. Se ha enfrentado al Ayuntamiento, a la Diputaci¨®n, a los medios de comunicaci¨®n, a los jugadores, mercenarios seg¨²n ¨¦l; a los entrenadores, utilleros de su criterio, y a la afici¨®n. Ya no le quedan m¨¢s enemigos.