Uganda celebra hoy las primeras elecciones democr¨¢ticas en 20 a?os

Yoweri Museveni, el jefe guerrillero que se hizo con el poder en Uganda hace 20 a?os y fracas¨® despu¨¦s en su anhelo de convertirse en un referente pol¨ªtico africano de la talla moral de Nelson Mandela, se enfrenta hoy a sus primeras elecciones presidenciales multipartidistas. A diferencia de las otras citas con las urnas, Museveni compite esta vez con un candidato que podr¨ªa derrotarle, su ex m¨¦dico personal, Kizza Besigye, convertido desde su ruptura hace seis a?os en su principal y m¨¢s implacable opositor.

El presidente Museveni, de 61 a?os, siempre fue el favorito de los organismos internacionales (FMI y Banco Mundial) y de los donantes (EE UU y UE). Por ello, le gusta cultivar su aureola de l¨ªder pausado, de padre de la patria y de icono africano. La guerra civil en el este de la vecina Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo -que desde 1996 ha causado la muerte de m¨¢s de 3,5 millones de personas y en la que sus tropas se aplicaron en el saqueo- dinamit¨® su imagen de l¨ªder honesto. Varios de sus generales y familiares se lucraron con el oro, los diamantes y el mineral coltan procedentes de Congo, seg¨²n un informe de Naciones Unidas.

La irrupci¨®n de su ex amigo y ex m¨¦dico en la campa?a ha trastocado sus planes en unos comicios que se presentaban pl¨¢cidos. Algunas encuestas, como la publicada esta semana por la revista Weekly Observer, le dan ventaja en tres de las cinco regiones. No obstante, no hay sondeos fiables.

Las esperanzas de Besigye residen en evitar que Museveni supere el 50% de los votos en las elecciones de hoy y forzar una segunda vuelta. En ella podr¨ªa movilizar el descontento general contra un r¨¦gimen que tras 20 a?os de poder s¨®lo puede vender ciertos ¨¦xitos en la lucha contra el sida.

El presidente no parece dispuesto a dejarse sorprender y en el cierre de campa?a, el martes en Kampala, advirti¨®: "El Estado est¨¢ preparado para encargarse de los que promueven la violencia". Su rival, que ha alternado los actos electorales con sus visitas a los tribunales, sabe a qu¨¦ se refiere: han sido varios los incidentes entre sus seguidores y la polic¨ªa y ¨¦l fue encarcelado nada m¨¢s pisar el pa¨ªs el a?o pasado, tras cuatro a?os de exilio, acusado de traici¨®n, terrorismo y violaci¨®n. Fue liberado el 2 de enero ante la presi¨®n internacional.

Las promesas de Besigye son acabar con la corrupci¨®n, instaurar una democracia e impulsar una econom¨ªa estancada. Son ideas cocinadas por sus asesores, que le impusieron un cambio radical tras sus primeros discursos, en los que alertaba del peligro de un regreso a los a?os de la guerra civil que nadie quiere recordar en Uganda. Museveni promete crear puestos de trabajo y acabar con la guerra del norte, un conflicto de baja intensidad que ha provocado m¨¢s de 150.000 muertos y el desplazamiento de casi dos millones de personas en 20 a?os. La guerra ha sido un virus corruptor en un r¨¦gimen en declive. Algunos de sus generales han hecho mucho dinero en esa guerra contra el Ej¨¦rcito de Resistencia del Se?or, una guerrilla-secta que dice guiarse por los Diez Mandamientos pero que en estos a?os ha secuestrado a m¨¢s de 30.000 ni?os, seg¨²n Unicef.

El tel¨®n de Aquiles de estos primeros comicios multipartidistas es claro: m¨¢s que generar un debate o dar soluciones, son ante todo un duelo personal entre dos ex amigos que se odian y que han cambiado la espada por la urna.