Juicio en Lleida contra cuatro personas acusadas de propagar la peste porcina en 2001
El Juzgado de lo Penal n¨²mero 1 de Lleida inici¨® ayer la vista oral en la que se han de determinar las responsabilidades penales por el brote de peste porcina cl¨¢sica que se declar¨® en la primavera de 2001 en diferentes zonas de la provincia. La epidemia oblig¨® a sacrificar m¨¢s de 80.000 cerdos y las administraciones tuvieron que desembolsar 7,4 millones de euros para indemnizar a los granjeros afectados. Los acusados son Josep Golano Fornells y Joan Francesc Mayol Font, gerente y veterinario de Piensos Yack, de Agramunt (Urgell), y Josep Miquel Gatnau Casa?¨¦ y Ramon Grau Calvet, gerente y veterinario de Piensos Gatnau, de Mollerussa (Pla d'Urgell). El fiscal les acusa de propagar de forma intencionada la peste porcina en 2001, en concreto de un delito de da?os doloso y, alternativamente, de un delito de da?os por imprudencia grave, y solicita para cada uno de los cuatro encausados la pena de un a?o y medio de prisi¨®n, el mismo tiempo de inhabilitaci¨®n profesional y una multa de 144.000 euros.
Tambi¨¦n se les reclama una indemnizaci¨®n de 7,4 millones de euros, cantidad que subsidiariamente pagar¨¢n las empresas respectivas en caso de que el tribunal les declare culpables.
Aplazamiento
El juicio deber¨ªa haberse celebrado en mayo, pero fue suspendido porque el juez instructor se olvid¨® de fijar la responsabilidad civil subsidiaria de las dos empresas ganaderas acusadas, Piensos Gatnau y Piensos Yak. Si este error no hubiera sido subsanado, el caso hubiera quedado impune econ¨®micamente.
El fiscal basa su acusaci¨®n de intencionalidad en el hecho de que los cuatro encausados ocultaron que en sus granjas hab¨ªa animales que se sospechaba que padec¨ªan la enfermedad y los responsables no lo pusieron en conocimiento de las autoridades sanitarias como era su obligaci¨®n, puesto que la peste porcina es una epidemia de declaraci¨®n obligatoria.
Tanto los empresarios como los veterinarios imputados negaron ayer todas las acusaciones y, a preguntas del fiscal, defendieron su actuaci¨®n durante las semanas que precedieron a la declaraci¨®n oficial de la peste, el 15 de junio de 2001, aunque reconocieron que en esa ¨¦poca se registr¨® una elevada mortandad de animales en muchas granjas y que los s¨ªntomas que presentaban no se correspond¨ªan con los que son propios de la peste. "Lo comunicamos al Departamento de Agricultura cuando tuvimos la primera sospecha", se?al¨® ayer Gatnau.
Francesc Sapena, abogado de Piensos Gatnau, considera exagerada la acusaci¨®n de da?os intencionados, sobre todo teniendo en cuenta que los ganaderos son los principales interesados en no ocultar la enfermedad por el simple hecho de que la Administraci¨®n indemniza por los animales que son sacrificados y no por los que mueren en las explotaciones.
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