Una pintura convulsa
Lo que m¨¢s sorprende en la trayectoria de Juan Barjola (Badajoz, 1919-Madrid, 2004), y lo que m¨¢s evidente se hace en el contexto de una exposici¨®n retrospectiva como ¨¦sta, es la manifiesta naturalidad con que ha ido transitando a trav¨¦s de las m¨¢s diversas instancias estil¨ªsticas, la enorme habilidad con que ha venido apropi¨¢ndose de los m¨¢s dispares puntos de referencia y lugares germinales de la pintura, adapt¨¢ndolos y traduci¨¦ndolos siempre en unos t¨¦rminos que han acabado por resultar inconfundiblemente suyos.
Elementos m¨¢s o menos poscubistas y composiciones semiabstractas dominaron su obra durante los a?os cincuenta. A partir de 1964 (en la Ni?a m¨®rbida reconoce Guillermo Solana un punto de inflexi¨®n) comenzaron a aparecer personajes de aire siniestro en espacios inquietantes, indefinidos, en el marco de una nueva figuraci¨®n de atm¨®sfera on¨ªrica o surrealizante y, por lo dem¨¢s, vagamente baconiana. Por entonces tambi¨¦n aparecen los perros (un motivo recurrente) y las numerosas tauromaquias, junto a crueles escenas de guerra y de violencia (a veces basadas en dram¨¢ticas fotograf¨ªas de prensa) e im¨¢genes de gentes arrabaleras o marginales, por lo general ubicadas en espacios tan rigurosamente compartimentados y divididos como patentemente descoyuntados.
JUAN BARJOLA
Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)
Guillem de Castro, 118. Valencia
Hasta el 19 de marzo
Desde los inicios de la d¨¦cada de los ochenta hasta su muerte, la obra de Barjola se reafirm¨® en aquella direcci¨®n neoexpresionista (o "expresivista") en la que siempre quiso moverse (y que en estos a?os recordaba tanto a Saura como a De Kooning). Se trata de una pintura de apariencia exasperada, en donde los retratos monstruosos de mujeres se suceden al ritmo de los cr¨¢neos de toro muerto. Los cr¨ªticos han subrayado en Barjola su "mirada tr¨¢gica" derivada de su experiencia de la guerra civil y de la triste posguerra. En su amplia e inteligente introducci¨®n al cat¨¢logo, Ant¨®n Pati?o insiste en la pasi¨®n de Barjola por el paroxismo del gesto pict¨®rico, pero tambi¨¦n en su inter¨¦s por la activaci¨®n del espacio, como el fondo entre extra?o e irreal en donde debe intervenir ese gesto. En conjunto, lo que nos muestra esta exposici¨®n (que no se preve¨ªa p¨®stuma) es el enorme m¨¦rito y la sabidur¨ªa de un artista capaz de hallar un camino para la pintura all¨ª donde parec¨ªa que apenas lo hab¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.