Oligorda
Uno. Oli. Pee Wee Herman no muri¨® sepultado bajo las ruinas de un cine porno. Pee Wee, ni?o eterno, perverso polimorfo, inventor delirante, vive en Valencia y es dos. O tres: los Hermanos Oligor m¨¢s el Primo Oligor. Vivi¨® (vivieron) en un s¨®tano durante a?os, tendiendo telara?as de alambre, como Oliveira al final de Rayuela, y reinventando todos los juguetes que hab¨ªan perdido o les hab¨ªan quitado. ?C¨®mo he tardado tanto tiempo en descubrir a los Hermanos Oligor? Respuesta: porque soy idiota. Un idiota que, excusa, no tiene tiempo de papar tantas moscas irisadas. Tena Busquets fue la primera que me habl¨® de ellos y les llev¨® a su Festival de Olot, en Wikingolandia. Victor Molina convirti¨® la cueva en carpa y la levant¨® en el Festival de T¨ªteres de Barcelona, que entonces dirig¨ªa. No fui, no pude verles entonces. Javier Vallejo volvi¨® a hablarme de ellos y le/me dije: ya los pillar¨¦, no tengo tiempo, llego tarde, llego tarde. Hasta aqu¨ª los agradecimientos retroactivos.
Sobre Las tribulaciones de Virginia, de los Hermanos Oligor, y Gorda, de Neil LaBute
Han pasado tres a?os y al fin he entrado en la carpa/cueva, en la sala Pradillo. Por los pelos: ¨²ltima funci¨®n. S¨ª, Las tribulaciones de Virginia, uno de los espect¨¢culos m¨¢s bellos, m¨¢s puros que he visto en mi vida, ya no est¨¢ en Madrid. Pero sigue viajando, as¨ª que les exhorto a que no hagan como yo: en cuanto vean el cartel anunciador no duden en zambullirse en esas aguas amni¨®ticas, m¨¢gicas y turbulentas, como un lago con tantas capas de colores como aquel Arc-en-ciel que s¨®lo Tennessee Williams sab¨ªa preparar, combinando jarabes y licores en estratos perfectos. Dense prisa, porque la carpa de los Oligor s¨®lo admite a 48 fieles. A la entrada, el Primo Oligor invita a despojarse de abrigos y cargas adultas. En el centro de la carpa, bajo una bombilla t¨ªmida, recibe Jomy Oligor. Jomy es Pee Wee y es Buster enamorado de su novia, que es una verdadera vaca, y es un Pierrot absolutamente lunar, y era tonto y lo que ha visto le ha convertido en dos tontos, o sea, en los Oligor Brothers: el otro hermano es invisible, casi un amigo imaginario. Cocteau le hubiera dibujado a Jomy unas alas rosadas, como a Fif¨ª LaPlume, y Lorca le hubiera puesto piso con piano y lagartos, porque Las tribulaciones de Virginia es verdader¨ªsimo Teatro Bajo la Arena.
A Virginia y Valent¨ªn, su torpe amante, les pasa lo que a casi todo el mundo. Virginia quiere ser bailarina, pero cae una y otra vez porque su elefante pesa demasiado. Valent¨ªn ama y da vueltas en c¨ªrculo con su fueraborda en un cubo de playa bajo la blanqu¨ªsima luna de Alabama, hasta que comienza a ahogarse y hay que salvarle. La magia se esfuma, pero puede recuperarse, con un poco de az¨²car en la p¨ªldora, con much¨ªsimo empe?o. Jomy Pee Wee LaPlume se pinta la cara de luz blanca y no canta In dreams/I walk/with you porque no hace falta: est¨¢ m¨¢s claro que el agua de luna. Habla, con una espontaneidad y una verdad desarmantes, de casitas perdidas, amores dif¨ªciles, paseos son¨¢mbulos por las discotecas heladas del mundo exterior, y todos le creemos: aqu¨ª hay mucho humor pero poca broma. En la carpa/cueva de los Oligor tiemblan los mu?ecos autom¨¢ticos, y la luna de Alabama r¨ªe y llora seg¨²n se la mire, y una sirena sin sexo pedalea al otro lado, entre oleajes de cart¨®n azul. Una tanguera invisible susurra su himno ("Alma, si tanto te han herido /por qu¨¦ /te niegas el olvido...") aureolada de pompas de jab¨®n casi f¨²nebre, y confetti aterido. ?No hay salida? S¨ª, Jomy tiene la llave: basta con un certero disparo en el centro del coraz¨®n de hojalata para que todo vuelva a moverse, para que los alambres se tensen y vuelvan las fosf¨®ricas luces de aquella feria antigua, donde el fantasma se enamor¨® de do?a Juanita. Un disparo contra el malvado as de pic y una estrella fugaz rasga el cielo tapiado, y de pronto nieva sobre Madrid, y la nieve vuelve a oler a pel¨ªcula en blanco y negro, con las farolas coloreadas de anilina, una a una, como por un monje zen.
Dos. Gorda. El Alc¨¢zar no es el teatro m¨¢s adecuado para esta comedia: demasiados puntocom siguen contaminando el aire. Y el ozonopino de Neil LaBute es muy ¨¢cido para el p¨²blico habitual. Tamzin Townsend ha dirigido Gorda (Fat pig, 2004), me imagino que por encargo. Encargo equivocado, a mi juicio: Some girls, del mismo LaBute, hubiera sido una bicicleta mucho m¨¢s veloz y segura para Luis Merlo, que aqu¨ª se la juega interpretando un contratipo o, mejor, un pobre tipo: un aplauso para ¨¦l. Y otro para Tete Delgado, que pisa las tablas por vez primera, con poder¨ªo y luz y mucho talento. El verdadero sobrepeso est¨¢ en la comedia, lineal, repetitiva incluso con los muchos tajos que le han pegado. En Gorda, LaBute vuelve atr¨¢s, al viejo esquema, sin complejidades: los hombres tienen una edad mental de diez a?os (por eso son tan idiotas), y las mujeres de doce (por eso son tan pesadas).
Ella piensa: Soy gorda ?y qu¨¦? ?l me quiere. ?l piensa: Es gorda ?y qu¨¦? Yo la quiero. Bueno, me parece. El falso amigo dice: No puedo creer que est¨¦s con esa gorda. La ex novia dice lo mismo, y a?ade: Y no conmigo. I?aki Miram¨®n es el amigo: eficaz, pero con una comicidad de recursos antiguos. Lidia Oton es la ex novia, r¨ªgidamente bitchy desde el comienzo. Expuesto el conflicto, las l¨ªneas dram¨¢ticas se convierten en carriles inamovibles, y Tamzin Townsend no puede hacer el ¨¢ngel en esas paralelas. Ella: ?Y si no me quiere? He de atraparle. El amigo: Has de librarte de ella, no te conviene. La ex novia: Ha de librarse de ella, he de reatraparle. Y el pobre tipo, bajo el peso de una idiocia y una cobard¨ªa inveros¨ªmil.
Bueno, se lo pueden imaginar.
Hay risas, hay aplausos, el Alc¨¢zar estaba lleno, pero ni es el producto adecuado para ese teatro, ni es, insisto, una buena comedia de LaBute: un sketch alargado, un montaje con aislados momentos de verdad y demasiado ali?o innecesario (las proyecciones, las cancioncillas pijodance de Mercedes Ferrer). Y la canci¨®n secreta pero audible de Tamzin Townsend: "Yo he hecho lo que he podido / Fortuna lo que ha querido".
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