V¨ªctimas ignoradas
El domingo 12 de febrero examin¨¦ con expectaci¨®n la primera entrega "La Transici¨®n" del coleccionable editado por EL PA?S. Me llamo Evang¨¦lica Barroso Chaparro, y mi familia pertenece a la Asociaci¨®n de V¨ªctimas y Familiares de V¨ªctimas del 3 de marzo de 1976. Sentimos indignaci¨®n al ver que ni se menciona la tragedia vivida por esta ciudad el 3 de marzo de 1976. Nos resulta triste y desesperanzador que su peri¨®dico siga silenciando lo ocurrido hace 30 a?os en Vitoria.
A continuaci¨®n me dirijo a sus lectores: durante las huelgas generales de aquel invierno en Vitoria, unos 4.000 obreros se hallaban reunidos pac¨ªficamente para celebrar una asamblea en la iglesia de San Francisco de As¨ªs del barrio de Zaramaga y otro tantos por las inmediaciones. La Polic¨ªa Armada hab¨ªa esperado a que el templo se llenara para gasearlo, recibi¨¦ndolos medio asfixiados en la huida despavorida con r¨¢fagas de metralleta.
Cinco trabajadores fueron asesinados y m¨¢s de cien heridos, la mayor¨ªa de bala, que a¨²n hoy sufren secuelas f¨ªsicas y psicol¨®gicas. Mi querido hermano fue asesinado de un tiro en la cabeza. Como estudiante y obrero viv¨ªa sensibilizado por el acontecer social de la Espa?a predemocr¨¢tica y conoc¨ªa de primera mano las necesidades que pasaban las familias obreras en huelga desde hac¨ªa meses. Por todo ello, aquel 3 de marzo, ¨¦l tambi¨¦n fue a la asamblea que iba a celebrarse en la iglesia de San Francisco.
Me encaro con la c¨²pula directiva del peri¨®dico EL PA?S. ?Hasta cu¨¢ndo van a contribuir a la ocultaci¨®n de la verdad? ?No les da verg¨¹enza? Y no me refiero s¨®lo a la deontolog¨ªa profesional. A este volumen de La Transici¨®n le falta una imagen del multitudinario funeral del 5 de marzo. A esa despedida contenida y silenciosa acudieron cerca de 100.000 personas, y fue la manifestaci¨®n m¨¢s numerosa de la Dictadura y de la Transici¨®n.
Clamaremos a los cuatro vientos la verdad y exigiremos justicia por encima de este pacto de silencio que convinieron entre s¨ª el Estado y los llamados padres de la Constituci¨®n. Y atiendan: mi hermano dio la vida por la consecuci¨®n de los derechos civiles, humanos, democr¨¢ticos y la justicia social.
Emocionada les digo que merecen ser reconocidos, duele otra muestra de indiferencia m¨¢s. No se pierdan el documental Llu¨ªs Llach: una voz contra el olvido. Gracias.
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