Vuelo 544: rumbo a la juerga de Palma
Los alemanes ya no tienen que esperar al verano para irse de juerga en Mallorca desde que, el pasado oto?o, la compa?¨ªa a¨¦rea Condor lanz¨® su oferta Discoshuttle: por 99 euros, incluye vuelo de ida y vuelta a Palma por una noche, la entrada a la discoteca y una copa. Sin hotel. El shuttle (servicio lanzadera) despega un s¨¢bado al mes alternando los aeropuertos de M¨²nich y Francfort. El ¨²ltimo parti¨® la semana pasada con 48 juerguistas a bordo.
16.00
16.00. M¨²nich. En la cafeter¨ªa junto a la puerta de embarque hay dos j¨®venes bebiendo cerveza y fumando sin parar. Son Josua y Madden
7.30. En el aeropuerto, Josua y Madden prosiguen su celebraci¨®n de cumplea?os con un ron con lima. Madden tiene que trabajar esta noche a las nueve
. Aeropuerto de M¨²nich. En la cafeter¨ªa junto a la puerta de embarque hay dos chavales bebiendo cerveza y fumando sin parar. Son Josua y Madden, una pareja de amigos de la ciudad de Ansbach, a 200 kil¨®metros de M¨²nich. Madden acaba de cumplir 23 a?os, y su amigo Josua, de 25, le ha regalado este viaje. "El mejor regalo de cumplea?os que me han hecho nunca. ?Con diferencia!". Van a Mallorca en busca de "buen ambiente y cerveza".
17.00.
Van llegando los otros pasajeros del vuelo 544. Entre los viajeros se distinguen algunos grupos y parejas sospechosamente acicalados. Jasmina, de 21 a?os, hija de padre bosnio y madre montenegrina, se ha dejado esta tarde medio bote de gomina para que su tup¨¦ dure hasta el vuelo de regreso. La acompa?a su amigo Massimo, hijo de inmigrantes italianos. Los dos viven en Germering, una ciudad dormitorio de 39.000 habitantes a 16 kil¨®metros de M¨²nich. Jasmina disfruta pensando en la vuelta al trabajo el lunes. "Los compa?eros siempre te preguntan qu¨¦ has hecho el fin de semana, y t¨² llegas un d¨ªa y dices: 'Pues estuve en Mallorca'. Es guay, ?no?".
17.45
. El vuelo 544 despega del aeropuerto Franz Josef Strauss, de M¨²nich.
Durante la espera, a Josua y Madden les dio tiempo de liquidarse al menos cinco ca?as cada uno. Dicen que llevan bebiendo desde las nueve de la ma?ana. La noche promete.
20.00.
Aterrizaje en Son Sant Joan. Una azafata re¨²ne al grupo, que viaja sin equipaje. El contingente de 38 plazas que Condor reserv¨® para el Discoshuttle se agot¨®. Otras 10 plazas se sortearon en una radio local. Thomas e Ilona elevan considerablemente la media de edad de la pandilla disco-lanzadera. Thomas tiene 50 a?os; Ilona, 48. "Venimos buscando una buena cena y una noche agradable y distinta", a?ade. Son los ¨²nicos del grupo que han reservado, por su cuenta, una habitaci¨®n de hotel, mientras que los dem¨¢s tienen previsto aguantar a pelo.
20.30
. Un autob¨²s lleva a los marchosos alemanes del aeropuerto a la discoteca Tito's, en el paseo mar¨ªtimo de Palma. En el camino, el grupo formado por Andr¨¦, Frank, Michael, Lolita y Christoph, de Crailsheim (a 100 kil¨®metros de Stuttgart), cantan como si estuvieran en un estadio de f¨²tbol mientras se van pasando una botella de pl¨¢stico con una mezcla casera de licor de hierbas y Red Bull. "Corto, pero intensivo", resume Andr¨¦, de 26 a?os, su expectativa del viaje a la isla balear.
22.30
. Tito's ya ha abierto. La cola para entrar es de al menos diez metros. Los discolanzados entran sin hacer cola y reciben una pulsera roja de papel con la que pueden moverse libremente por las zonas reservadas del local, y un vale para una copa.
2.00
. "Aqu¨ª podemos salirnos de madre", dice Andr¨¦. "En Crailsheim me conocen", lamenta. Junto a ¨¦l est¨¢ Markus, un rubio larguirucho de 24 a?os que vino con tres amigos. Markus encontr¨® la oferta Discoshuttle cuando buscaba en Internet un vuelo a Hamburgo. "Esto era m¨¢s barato", dice sonriente.
2.30
. Los cincuentones Thomas e Ilona dan cuenta de una deliciosa cena. Despu¨¦s de tomarse una copa y un buen bailoteo de Ilona, emprenden rumbo al hotel.
3.00
. Una pandilla de yuppies muniqueses fuman puros apoltronados en sillones con aire de sibaritas. Stefan trabaja en una agencia de publicidad y es suficientemente mayor para no querer revelar su edad.
Dice que es demasiado viejo para este local. Cualquiera es demasiado viejo para este local. Las chicas que se retocan el r¨ªmel en el ba?o apenas llegan a la mayor¨ªa de edad.
Tres chicas con zapatos de tac¨®n de aguja dos tallas demasiado grandes y tangas dos tallas demasiado peque?os bailan en una especie de jaulas de acero mientras los visitantes alemanes les hacen con el m¨®vil fotos que circular¨¢n el lunes por oficinas y empresas de toda Baviera.
3.30
. Una gog¨® y dos musculosos en tanga interpretan un numerito er¨®tico. Cuando el tanga de la chica vuela, una cubitera llena de agua con hielo cae sobre su cuerpo desnudo. Cualquiera en su situaci¨®n le hubiese dado un rodillazo a cada uno a la altura del tanga. Pero ella es una profesional y saluda a su p¨²blico sin que se le chafe el peinado.
Steffi, de 18 a?os, tiene un peinado casi tan imposible como el de la stripper, pero es m¨¢s recatada. Vino con su amiga Melly, de 20. Como muchos otros, dio con la oferta del Discoshuttle cuando buscaba vacaciones en Internet. "Es un poco corto, pero vale la pena", dice.
3.45.
Jasmina no ha parado de bailar desde que lleg¨®. Su tup¨¦ aguanta cual muro de contenci¨®n. Los gog¨®s masculinos se acercan a la barra Discoshuttle, esta vez con pantalones vaqueros, pero a pecho descubierto.
Steffi y Melly los acechan sin dar cr¨¦dito a sus ojos. "?Son maricas?", preguntan.
5.00
. La canci¨®n We will rock you, de Queen, desata a los alemanes definitivamente y eleva de sus asientos hasta a los m¨¢s aburridos. Los de Crailsheim vuelven de comerse un bocata de salami. Michael dice que este local es decepcionante. "Falta acci¨®n", explica, y asegura que en su ciudad hay m¨¢s juerga que aqu¨ª. Josua y Madden deben de opinar lo mismo, porque no se han dejado ver por aqu¨ª en toda la noche.
5.30
. Jasmina, incombustible cual conejito de Duracell, baila y baila sobre sus tacones de ocho cent¨ªmetros.
6.00
. Tito's da la noche por terminada. En la puerta espera el autob¨²s que devolver¨¢ a los juerguistas, unos en mejor estado que otros, al aeropuerto. Josua y Madden reaparecen entre v¨ªtores de los ocupantes del autob¨²s. Traen el pelo mojado. Dicen que se han ba?ado en el mar. Los term¨®metros en la calle marcan siete grados.
Empiezan a sonar los primeros ronquidos. La noche ha sido larga, pero la ma?ana promete ser a¨²n m¨¢s dura: la mayor¨ªa no llegar¨¢ a casa hasta el mediod¨ªa.
7.30
. En el aeropuerto, Josua y Madden prosiguen su celebraci¨®n de cumplea?os con un ron con lima. Madden tiene que trabajar esta noche a las nueve.
8.00
. Jasmina se sienta al fin y se quita sus botas puntiagudas de tac¨®n.
Est¨¢ decepcionada con sus compa?eros de viaje. "Hemos estado toda la noche juntos, bailando y divirti¨¦ndonos, ?y ahora ni nos hablan! ?Es t¨ªpico alem¨¢n!", dice bajando discretamente la voz.
8.30.
En la sala de embarque, Madden y Josua son los ¨²nicos que consiguen mantener el ¨¢nimo. Su ruidosa exclamaci¨®n al ver por la ventana que ya ha amanecido sorprende a los dem¨¢s pasajeros del vuelo 543, que ya estaban un poco mosqueados de ver a tanto alem¨¢n alcoholizado roncando en los asientos.
11.30
. Aterrizaje en M¨²nich. Sigue nevando. El tup¨¦ de Jasmina se mantiene tieso, aunque algo desmejorado.
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