Bunbury, del circo al zen
Mil conciertos, 4,5 millones de discos. De repente, crisis y 'espantada'. ?Qu¨¦ pasa por la cabeza de un m¨²sico de ¨¦xito para decidir 'desaparecer'? Enrique Bunbury ha decidido hablar. Cuenta su cansancio y necesidad de vivir sin exponerse en un escenario.
El 26 de agosto del a?o pasado salta la noticia. Breve, misteriosa y rotunda: Bunbury cancela la gira por cansancio y disuelve su banda, El Hurac¨¢n Ambulante, grupo con el que emprendi¨® carrera en solitario hace ocho a?os tras dejar H¨¦roes del Silencio. Enrique Bunbury ya hab¨ªa anulado sus conciertos en Latinoam¨¦rica, pero nadie esperaba un final tan abrupto. Esa tarde de verano, en el concierto en Zuera (Zaragoza), en su tierra, hab¨ªa interpretado ya cinco canciones de su espect¨¢culo El viaje a ninguna parte. Pero en el sexto tema se detiene, se marcha, cancela tambi¨¦n la cita del d¨ªa siguiente en Cambrils (Tarragona). Lo deja todo? Desaparece. El artista de los 4,5 millones de discos (m¨¢s de tres con H¨¦roes del Silencio, m¨¢s de uno en solitario) y los mil conciertos se disolv¨ªa? No quiso dar explicaciones en p¨²blico, salvo un breve comunicado que alud¨ªa a su agotamiento? Y hasta hoy.
"Llev¨¢bamos m¨¢s de cien conciertos y estaba cansado de repetir una serie de patrones. Se hab¨ªa agotado un ciclo"
"Aceptamos como libertad v¨¢lida una libertad de consumo, elegir la marca de coche o m¨®vil. Eso me atormenta"
"Igual es cuesti¨®n de ritmo, y no de diluirme. Me gustar¨ªa hacer m¨¢s cosas para dentro y menos para fuera"
?Qu¨¦ pas¨®?
En agosto, lo que pas¨® fue que no pude hacer el ¨²ltimo concierto de la gira por circunstancias f¨ªsicas, por una semana muy mala: un gripazo incre¨ªble, no pude cumplir con mis ¨²ltimos compromisos. Me quedaban dos conciertos, en Zaragoza y Cambrils, que me interesaban mucho, pero no los pude hacer. Un accidente laboral. Pero tambi¨¦n hay que entender que se cerraba una etapa, desmantelaba la banda, que se cerraba un periodo de ocho a?os.
?Hab¨ªa problemas en la banda?
No, no. El ¨²nico problema estaba en mi cabeza, con una serie de ambiciones y necesidades que espero plasmar en alg¨²n momento en pr¨®ximos discos. Para eso necesitaba cerrar una etapa. Llevaba casi dos a?os de gira con El viaje a ninguna parte; hab¨ªamos hecho m¨¢s de cien conciertos, que se a?ad¨ªan a otras giras y a otras giras, en total a unos mil conciertos en mi carrera? Y estaba agotado. Adem¨¢s, en ese momento ya estaba muy cansado de repetir una serie de patrones, ve¨ªa muy claramente que se hab¨ªa agotado un ciclo.
?Qu¨¦ hace ahora?
Estoy de vacaciones. Para m¨ª, descansar es cambiar de actividad. Pero s¨ª tengo claro que no me voy a subir a un escenario en mucho tiempo.
?Qu¨¦ es mucho tiempo?
Mucho tiempo es m¨¢s que bastante. Un tiempo indefinido, pero bastante largo.
Enrique Bunbury naci¨® el 11 de agosto de 1967, en Zaragoza, como Enrique Ortiz de Land¨¢zuri Izardui. Es un chico p¨¢lido y delgado. Tiene ya una edad, pero sigue guardando la imagen de un chico joven; de ese chico que se transforma y crece en las fotos y en los escenarios, que ha coqueteado en sus espect¨¢culos con el circo y el cabar¨¦, con el freak show, como se llama su disco de 2005, y en sus temas, con las rancheras, los tangos, los boleros. Un chico p¨¢lido que viste de negro; pantalones ajustados, u?as pintadas de negro, pelo alborotado. A pesar de su aspecto relajado por su etapa de descanso, algo en lo r¨ªgido de su cara, en su estado nervioso de alerta y en el enfoque fijo de su mirada deja traslucir que Bunbury sigue absorto en sus tormentos interiores.
Fiel a su reivindicaci¨®n de la importancia del viaje sin destino conocido?
Creo que el mundo de la m¨²sica es mucho m¨¢s que los patrones que nos quieren inculcar los motores de la industria. Hay partes muy emocionantes, que son el origen de todo este mundo, como componer canciones. Hay muchas otras cosas que me apetece hacer en estos pr¨®ximos a?os que no tienen nada que ver con subir a un escenario.
Huy¨® del Bunbury p¨²blico.
Yo creo que hay una cosa que me acab¨® molestando de tantos conciertos, y es que estaba en una etapa muy creativa de composici¨®n, haciendo much¨ªsimas canciones, y la obligaci¨®n de subir al escenario romp¨ªa ese ritmo. Me empezaba a ver con una obligaci¨®n funcionarial que me acab¨® molestando.
Desapareci¨®. ?Ad¨®nde fue?
Lo primero que hice fue irme a Cuba. Me alquil¨¦ un piso y estuve viviendo all¨ª una temporada larga. Quise volver a la vida normal, a la vida m¨¢s habitual de cualquier persona, de un hombre en paro: me levantaba, iba a la compra? Cosas que hac¨ªa mucho tiempo que no pod¨ªa hacer.
?Por qu¨¦ Cuba?
Latinoam¨¦rica es un continente que me emociona, que me hace recordar muchas cosas de una Espa?a que veo perdida cada vez m¨¢s definitivamente.
?Qu¨¦ cosas?
Voy a terminar el discurso mejor, porque si no, si no? No me puedo centrar? ?Qu¨¦ estaba diciendo?
Disculpe la interrupci¨®n.
?Qu¨¦ estaba diciendo?
Lo de llevar una vida normal?
No, no era eso, era otra cosa?
Y en este momento de peque?o desajuste, de tonto nerviosismo, en el que se muestra inquietantemente descentrado, es cuando se nota que esa intensidad emocional que proyecta tiene sus abismos interiores, abismos con sus cimas que son seguramente las que han permitido a este chico t¨ªmido, sensible y espiritual mover masas en sus mil conciertos. "En fin, que me gusta mucho Latinoam¨¦rica. Es el ¨²ltimo reducto para la esperanza. Europa cada vez imita m¨¢s los peores errores de EE UU, y en Latinoam¨¦rica a¨²n hay espacio para corregir esos grandes errores; hay espacio para la solidaridad, para la vida en comunidad, para determinados aspectos del esp¨ªritu humano que hemos perdido por nuestra ambici¨®n econ¨®mica y del neoliberalismo en que vivimos. Y Cuba, dentro de esos patrones, me parece un lugar excepcional para observar".
?Se retir¨® a componer?
All¨ª no compuse ni una sola canci¨®n. Ni me llev¨¦ guitarra. Quer¨ªa observar c¨®mo se vive la m¨²sica en la cotidianidad. Y eso se vive mucho en Cuba. Ves la m¨²sica por la calle, en cualquier bar. Aqu¨ª, sin embargo, impera eso que tanto gusta a los neoliberales de prohibir las cosas, de prohibir a los m¨²sicos ambulantes. Creo que en Inglaterra quer¨ªan incluso examinar a los m¨²sicos que tocan en el metro? Anglosajones ten¨ªan que ser. Aqu¨ª estamos perdiendo la normalidad de la vida cotidiana del m¨²sico. Hay una presi¨®n exagerada hacia la m¨²sica. No lo tengo muy claro, pero quiz¨¢ sea la salida volver a tocar en sitios de 50 o 100 personas; volver a la m¨ªnima expresi¨®n del m¨²sico sentado con su guitarra, su voz, sus canciones, sus textos, una cerveza?
?Puede un m¨²sico vivir sin subir a un gran escenario?
Un m¨²sico no s¨®lo vive de sus actuaciones. Tengo como 300 canciones. M¨¢s en el caj¨®n que grabadas. Mi nueva etapa pasa por canciones nuevas; quiero que, conceptual y filos¨®ficamente, lo que me espera sea muy distinto.
Usted siempre ha sido bastante libre?
Freak show era en el fondo una reflexi¨®n en torno a la libertad. Y ah¨ª, en el filme, hay un comentario de Nacho Vegas que me gusta mucho, que dice que al final la libertad que nos ofrecen a d¨ªa de hoy consiste en elegir el tel¨¦fono m¨®vil, si es de una marca u otra; elegir qu¨¦ fondo de pantalla, qu¨¦ melod¨ªa. Al final, nuestra parcela de libertad es elegir la marca de un coche, de un m¨®vil; aceptamos como libertad v¨¢lida una libertad de consumo, que no es una libertad aut¨¦ntica. Y eso es lo que a m¨ª me preocupa, el concepto que me atormenta.
Qued¨¢ndose en el mundo desarrollado y capitalista, qued¨¢ndose en Espa?a, ?se puede uno abstraer de todo eso, vivir de otra manera?
Puedes conseguirlo viviendo en cualquier lado. En realidad, las cosas que podemos cambiar son muy sencillas, pertenecen a nuestro contexto cercano; no creo que podamos cambiar el mundo, pero s¨ª nuestro peque?o entorno: hacer felices a las personas que nos rodean -intentarlo por lo menos-, cuidar nuestros peque?os placeres, hacer nuestro enfoque vital m¨¢s a nuestra imagen y semejanza. Es en esa parcela peque?a donde podemos ejercer nuestra libertad, ir mucho m¨¢s all¨¢ del consumo. Yo no quiero cambiar el mundo de la m¨²sica, pero s¨ª puedo cambiar mi m¨²sica para hacerla m¨¢s a la imagen y semejanza de lo que tengo en mis sue?os. ?sa es la ambici¨®n que me queda.
?Est¨¢ a gusto con su peque?o entorno?
Empiezo a estar m¨¢s a gusto que nunca, quiz¨¢ porque trabajo menos. El domingo me voy a vivir a un pueblo de C¨¢diz.
La pr¨®xima semana, su discogr¨¢fica saca un recopilatorio con temas de sus 10 a?os en solitario, 'Canciones 1996-2006'. ?Cu¨¢les son sus imprescindibles?
Infinito es una de mis favoritas. Y S¨¢came de aqu¨ª. Y Lady blue; cuando la escucho no me gusta tanto, pero s¨ª cuando la canto.
La infidelidad visita a menudo sus letras. ?Se siente muy tocado por ella, en lo profesional y lo personal?
?S¨ª? ?Sale mucho? No s¨¦. Bueno, en El viaje a ninguna parte hay m¨¢s, porque es un disco tocado por circunstancias concretas.
?Se acababa de separar?
Un a?o antes? Pero s¨ª, siempre me han gustado mucho las canciones de desamor, la canci¨®n latinoamericana; los tangos, las rancheras, los boleros son g¨¦neros de desamor en s¨ª mismos. Es una tem¨¢tica que me gusta, temas que puede entender cualquier persona, tenga las circunstancias que tenga; es una de esas parcelas que prueban que al final los seres humanos no somos tan diferentes en las cosas que importan.
?C¨®mo es ahora su entorno vital?
Mi entorno vital ahora es muuy bonito.
?Est¨¢ enamorado?
Siempre hay que estar enamorado.
A veces no se consigue.
Lo que pasa es que a veces no te enamoras de la persona correcta? Me ha venido muy bien volver a vivir de forma normal despu¨¦s de tanto tiempo en el escenario; volver a tener contacto con la realidad, con mis gatos?
Usted nunca llev¨® muy bien la obligaci¨®n de entregarse a largas promociones.
La promoci¨®n mal vista y mal entendida, concebida en cantidad en vez de en calidad, se convierte en algo carente de sentido, donde s¨®lo importa que haya una presencia en los medios, pero no que haya un contenido. Y llega un momento en que yo no siento que sea ¨²til, creo que ni siquiera sirve para vender discos. Repites, y repites, y repites el mismo contenido. Cuando un artista se prodiga demasiado acaba en la superficie. Te vas por las ramas y hablas muy poco de la ra¨ªz de las cosas.
Ha tenido problemas con la prensa?
Me molestaba mucho que de una entrevista extensa s¨®lo entresacaran los tacos, las barbaridades, esas boutades que a veces todos decimos, titulares sin contextualizar. Tampoco creo que haya dicho muchas burradas, pero las han dejado tan peladas que han quedado en estupideces.
?Sigue mucho los peri¨®dicos?
Me gustaba mucho leer prensa, peri¨®dicos de distinto signo. Ahora cada vez me aburren m¨¢s, y los pol¨ªticos tambi¨¦n, porque llevan una temporadita?
?C¨®mo ve Espa?a?, ?muy crispada?
Yo esa crispaci¨®n no la noto en la calle. Uno de los grandes problemas aqu¨ª es la bipolarizaci¨®n, el blanco y el negro, cuando la mayor¨ªa de la gente, excepto pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n, vivimos en lugares intermedios.
?Y el planeta en la 'era Bush'?
Siempre he sido muy antiimperialista, y aqu¨ª ahora se empieza a ver como una tontada d¨¦mod¨¦e de la transici¨®n. En Latinoam¨¦rica se ve de forma muy diferente. Estados Unidos sigue siendo un poder que pesa de forma colonialista sobre ellos. Y no medimos a Estados Unidos por el mismo rasero que al resto de pa¨ªses del mundo. Todo el mundo anda ahora alarmado con el desarrollo nuclear de Ir¨¢n, pero ?por qu¨¦ no recordamos continuamente en titulares cu¨¢l es el pa¨ªs del mundo con m¨¢s armas de destrucci¨®n masiva? La respuesta la sabemos todos: Estados Unidos. ?Con qu¨¦ autoridad moral puede reprender a los dem¨¢s?
?C¨®mo ve Latinoam¨¦rica con l¨ªderes en el poder como Evo Morales, Hugo Ch¨¢vez, Lula?
Lo de Evo Morales me gusta, puede ser muy interesante. Con Ch¨¢vez y Castro, obviamente, soy razonablemente cr¨ªtico. Pero mirando Latinoam¨¦rica desde dentro, desde sus chabolas y analfabetismo, desde su pobreza, nuestra posici¨®n neoliberal es muy irresponsable. En Latinoam¨¦rica falta por hacer un trabajo de base muy importante, que es lo que hizo Castro al principio; pero ahora a lo mejor deber¨ªa ya abandonar, ya hizo su labor. Hay que construir una base, y a partir de ah¨ª que cualquiera pueda mostrar sus ideolog¨ªas; pero nin-g¨²n partido neoliberal que ha subido al poder ha trabajado en eso en Latinoam¨¦rica, ha trabajado m¨¢s de cara a las empresas o al enriquecimiento de unos pocos. Es lo urgente, todo lo dem¨¢s es irresponsable; es cr¨ªtica desde el mando a distancia.
?Qu¨¦ canciones le emocionan ahora?
Estoy muy metido en el folclor norteamericano, el blues, el country, el folk. Es lo que m¨¢s escucho. No s¨¦ si me acabar¨¢ influyendo mucho. Lo que m¨¢s me importa es lo que quiero decir en una canci¨®n, el texto; una canci¨®n no me interesa si no tiene contenido.
?Lo ¨²ltimo que ha escrito?
Unas canciones que vienen de mis ¨²ltimos momentos en la gira con El Hurac¨¢n Ambulante. Est¨¢n m¨¢s cerca de contar una historia ajena a m¨ª. No quer¨ªa hablar de m¨ª mismo. Ahora estoy intentando contar historias a trav¨¦s de otros personajes. Me encantar¨ªa trabajar m¨¢s en esa l¨ªnea, con otras voces.
?Cu¨¢ndo vuelve ese nuevo Bunbury?
Hay un proyecto intermedio, con Nacho Vegas y Carlos Ann, a¨²n sin nombre, aunque entramos a grabar ya, y espero que salga a lo largo de este a?o. Es un proyecto entre tres personas con un punto com¨²n, algo que nos preocupa mucho a los tres: los textos. Carlos Ann ha quedado el m¨¢s cabaretero. Yo he quedado como el m¨¢s beatleniano, entre beatle y soul. Y Nacho Vegas ha quedado el m¨¢s country. Tambi¨¦n hay una obsesi¨®n com¨²n con Johnny Cash, con el story teller, el contador de historias.
?Qu¨¦ m¨²sica escucha ¨²ltimamente?
Estoy escuchando mucho a Paul Mc Cartney. Lo reivindico mucho, porque creo que se le ha maltratado mucho y muy injustamente. Nadie duda de su talento, pero todos nos hemos metido un poco con ¨¦l, tach¨¢ndole de blando; recomiendo mucho su ¨²ltimo disco, Chaos & creation in the backyard. Me gusta mucho ahora Lucinda Williams, cantante fant¨¢stica de country-rock. Me interesa mucho el disco de Nine Horses. Y Townes van Zandt.
?De qu¨¦ tiene m¨¢s su vida?, ?de ranchera o tango, de cabar¨¦ o circo?
Yo ahora? Es que estoy en una etapa muy zen. Tambi¨¦n quiz¨¢ tiene que ver mucho con mi idolatr¨ªa por Leonard Cohen, que se ha metido en un monasterio, que es algo que no descarto. Tambi¨¦n eso depende, y lo dice ¨¦l: de encontrar a una persona, un monje, un maestro que te introduce, al que sigues. A m¨ª la reclusi¨®n me gusta mucho. Y Oriente me interesa much¨ªsimo.
Mucha gente sigue teniendo de usted esa imagen barroca del 'freak show'.
Claro, es que hay muchas cosas que la gente ve en m¨ª de las que me estoy desprendiendo; lo del cabar¨¦, el circo, los freaks y todo eso para m¨ª es una etapa cerrada totalmente. No creo que vuelva a sacar en mi m¨²sica ni que vuelva a aparecer en mi vida.
?Abandona las grandes pasiones?
[Silencio]. Estoy dedic¨¢ndome m¨¢s a las peque?as pasiones.
?Pero se puede ser muy creativo sin grandes pasiones?
Creo que no [silencio largo]. Empiezo una etapa en la que me voy a acercar m¨¢s a un cierto minimalismo. Quiz¨¢ est¨¦ hablando de m¨¢s, pero quiz¨¢ es hora de ir despidi¨¦ndome, de hacer las cosas con m¨¢s pausa e ir desapareciendo; como que ya me quedan unas poquitas cosas por hacer dentro de la m¨²sica porque me parece un mundo muy hostil.
?Concibe su vida sin m¨²sica?
S¨ª, totalmente, puedo o¨ªr la m¨²sica de los dem¨¢s. Y hay muchas cosas que me gustan de la vida y son muy sencillas. No s¨¦, la contemplaci¨®n siempre es una opci¨®n. De hecho, creo que todo acto creativo proviene de la contemplaci¨®n.
?Ese punto de viaje a la parte esencial ha estado siempre ah¨ª dentro o ha brotado ahora de repente?
Las ganas de ir a otro ritmo estaban? Igual es s¨®lo cuesti¨®n de ritmo, y no de diluirme totalmente en el espacio. Un ritmo m¨¢s personal. Me gustar¨ªa hacer m¨¢s cosas para dentro y menos para fuera. Es ese m¨ªnimo formato de un m¨²sico en un club: t¨², tu silla y tu guitarra [silencio]. Cuando me preguntaba al principio qu¨¦ pas¨® en agosto? La primera pregunta que me hizo? La respuesta es que me pesaba mucho la mochila. Y la he vaciado de piedras.
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