Del 'pink team' al mundo rosa
La sociedad alavesa se moviliza contra Piterman ante el descr¨¦dito del Alav¨¦s, un club que hace cinco a?os caus¨® sensaci¨®n en Europa
Cuatro mil quinientos aficionados protagonizaron ayer la marcha de protesta contra Dimitri Piterman convocada por las pe?as del Alav¨¦s. Una hora antes del partido y, tras la pancarta con el lema "Alav¨¦s gara, Dimitry kanpora" ("Somos el Alav¨¦s, fuera Dimitri)", la hinchada parti¨® de la plaza de la Virgen Blanca para llegar minutos antes del comienzo del encuentro al campo de Mendizorroza.
No hubo aplausos para el equipo durante el calentamiento ni cuando salt¨® al c¨¦sped. Para el Racing, s¨ª. En las gradas, los m¨¢s de mil seguidores racinguistas eran mayor¨ªa. Mientras tanto, los componentes de la marcha y la gran mayor¨ªa de aficionados alavesistas aguardaban al minuto 10. A las 17.10 m¨¢s de 8.000 personas acced¨ªan al grader¨ªo al grito de Dimitry kanpora, el estribillo m¨¢s repetido.
No consta d¨®nde aprendi¨® a jugar al f¨²tbol el ex pertiguista estadounidense de origen ucraniano Dimtri Piterman, que lleg¨® a Espa?a para los Juegos de Barcelona, en los que no compiti¨®, y se convirti¨® en gestor de clubes. Lo que consta es que Vitoria se ha rebelado en una operaci¨®n que no se produjo hace dos a?os cuando el ex presidente Gonzalo Ant¨®n sac¨® a la venta las acciones que pose¨ªa. La sociedad no respondi¨®, con el equipo en Segunda, y Piterman se hizo con el 51% del accionariado.
"En 2001 ¨¦ramos la admiraci¨®n de Europa y cinco a?os despu¨¦s somos el hazmerre¨ªr de Espa?a", dice un seguidor alavesista. En 2001, el Alav¨¦s alcanz¨® la final de la UEFA, disputada en Dortmund, contra el Liverpool, en un partido memorable, tras una trayectoria intachable y con un ejemplo de civismo entre dos aficiones tan desiguales en n¨²mero y tradici¨®n.
Ahora, el Alav¨¦s se ha convertido en un vivero de noticias estramb¨®ticas y genera un ambiente irrespirable. Piterman ha impuesto la ley del silencio a futbolistas y empleados (ambas cosas vienen a ser lo mismo), se ha enfrentado a las instituciones que apoyan la entidad, ha insultado a los socios, ha destituido, por celos o capricho, a tres entrenadores, se ha desnudado en las p¨¢ginas de una revista posando en el banquillo del Alav¨¦s y ha aparecido en los medios para transmitir una imagen friqui del conjunto albiazul. "Hemos pasado de ser el Pink team
[apodo que se utiliz¨® en 2001 por la indumentaria rosa del equipo] a ser un equipo del mundo rosa, dice el mismo interlocutor. "A Piterman s¨®lo le falta enfadarse con el patrocinador", a?aden.
El empresario, que no respondi¨® a la petici¨®n de entrevista de este peri¨®dico, s¨®lo atiende a tres ideas b¨¢sicas: "12.000 personas no pueden gobernar un club"
[dec¨ªa recientemente en un comunicado pidiendo excusas por sus excesos], "cualquier jugador con un par de entrenamientos puede jugar en Primera" y "ning¨²n entrenador me va a decir como tiene que jugar el equipo". De momento, Piterman tiene un club a su medida. Nada m¨¢s llegar, destituy¨® a los consejeros que quedaban y los actuales son empleados que cobran de la entidad. Cada cual tiene su funci¨®n. A las comidas oficiales no es extra?o que acuda la secretaria del vicepresidente en representaci¨®n del club.
Sentimiento Albiazul, que tiene como imagen a Jes¨²s Mar¨ªa D¨ªaz de Cerio ve clara su misi¨®n: "Que se sienta inc¨®modo y se marche". No se puede aspirar a m¨¢s. Su dominio del accionariado le permite todo el margen de maniobra.
?Y los futbolistas? No pueden hablar y su grado de implicaci¨®n con el problema pertenece al ¨¢mbito privado. Por Mendizorroza han pasado esta temporada no menos de 30, muchos de ellos desconocidos. El pasado domingo, en el Bernab¨¦u, decidieron coger la sart¨¦n por el mango. El equipo jug¨® la primera mitad al modo de Piterman: resultado 3-0. Tras el descanso, los futbolistas se reunieron en corrillos y, al parecer, decidieron autoorganizarse al modo que hab¨ªa implantado Oliva, el t¨¦cnico destituido. El equipo mejor¨®. Por un momento, asom¨® el esp¨ªritu del Pink team y de aquel equipo que hizo de la tortilla tras los entrenamientos algo m¨¢s un argumento culinario.
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