El teatro de La Fenice suspende dos obras por el recorte de fondos p¨²blicos
'I quatro rusteghi', una comedia de Carlo Goldoni, vuelve a Venecia despu¨¦s de 16 a?os
Las cuentas en rojo han obligado al teatro de La Fenice, en Venecia, a suspender dos obras l¨ªricas previstas para este a?o, reducir un 10% el salario de los artistas y ahorrar al m¨¢ximo en las escenograf¨ªas. Todo ello, con tal de garantizar la supervivencia del teatro, amenazado tras el recorte de los fondos p¨²blicos. Este a?o ha visto reducido su presupuesto en tres millones de euros no asignados por el Fondo ?nico para el Espect¨¢culo (FUS), la partida que el Estado destina a actividades musicales y teatrales. Pese a todo, ha llegado un poco de optimismo con la afluencia de p¨²blico atra¨ªdo por la comedia de Carlo Goldoni I quatro rusteghi, que se presenta hasta hoy.
La estaci¨®n l¨ªrica del presente a?o en el teatro de La Fenice ha sido programada con bistur¨ª: ha quedado fuera Il crociato in Egitto, de Giacomo Meryerber, inicialmente en cartelera para el mes de marzo, pero que no estar¨¢ en el escenario veneciano hasta enero de 2007. Salta tambi¨¦n la tradicional obra que abre la estaci¨®n l¨ªrica en oto?o. El panorama en La Fenice es poco interesante y en el aire se respira un ambiente de incertidumbre. "El futuro del teatro es dif¨ªcil. No tenemos certezas ni hacemos previsiones a largo plazo. El programa de 2007 no es nada seguro", comenta el director de mercadotecnia, Cristiano Chiarot.
El director art¨ªstico de La Fenice, el maestro Sergio Segalini, manifiesta su preocupaci¨®n por la frialdad con que la clase pol¨ªtica ha tratado el tema. "En Italia, los pol¨ªticos consideran la cultura una cosa marginal. La cultura ha hecho la identidad italiana. Nuestra identidad es Tiepolo, Raffaello, pero tambi¨¦n Verdi, Puccini, Rossini... El haber eliminado Il crociato in Egitto es una tragedia para La Fenice. Se cancel¨® porque la puesta en escena cuesta alrededor de 500.000 euros", se lamenta.
El maestro Segalini advierte del peligro de desmotivaci¨®n espiritual y disciplinaria entre los artistas. "En junio se cierra la temporada l¨ªrica y se retoma en enero. Pasar¨¢n seis meses en los cuales los artistas estar¨¢n casi inactivos. Un artista necesita practicar con la orquesta, no en su casa, solo. La armon¨ªa y la calidad se alcanzan trabajando en equipo. Hoy, en las escuelas de canto se inscriben un gran n¨²mero de chinos, japoneses y coreanos. Los italianos son cada vez menos. ?sta es una se?al muy peligrosa".
La preocupaci¨®n por la calidad inquieta tambi¨¦n al veterano director t¨¦cnico, Giuseppe Morassi. "Ha cambiado la forma de preparar las escenograf¨ªas. Nos hemos visto obligados a buscar propuestas con precios menores y trabajar con menos gente. Hace 10 a?os, las pruebas y el montaje de una obra duraban un mes; hoy lo hacemos en una semana, como en una f¨¢brica".
A la disminuci¨®n de tres millones de euros para este a?o, no asignados por el FUS, se suma el d¨¦ficit de otros tantos millones de 2005. Para recomponer el presupuesto se han aplicado medidas dr¨¢sticas. "Hemos reducido en dos millones los costos del personal; en 2,3 los de producci¨®n y en 1,5 otros gastos", comenta Chiarot. Aun as¨ª, el dinero no alcanza, pues s¨®lo para 2006 son necesarios 31 millones. "La l¨ªrica es cara, lo cual no quiere decir que seamos incapaces de administrar los recursos. El problema fundamental es que en Italia no existen incentivos fiscales para quienes contribuyen a mantener viva la l¨ªrica", a?ade Chiarot.
En auxilio de La Fenice han acudido el municipio de Venecia y la regi¨®n v¨¦neta, que han contribuido con 3,2 millones. Pero a cambio de la cooperaci¨®n econ¨®mica la regi¨®n v¨¦neta ha propuesto que La Fenice y La Arena de Verona compartan vestuario, t¨¦cnicos, talleres escenogr¨¢ficos, orquesta y coro, entre otros. El maestro Segalini lo considera absurdo. "No se pueden unir dos identidades diferentes. La Arena produce l¨ªrica para la masa, para turistas de bajo nivel cultural; La Fenice, en cambio, es un teatro l¨ªrico, no es un circo. Esta uni¨®n forzada es como un matrimonio condenado al divorcio".
En tiempos de guerra a la cultura, la iron¨ªa de Carlo Goldoni adquiere actualidad. La comedia del autor veneciano I quatro rusteghi, con m¨²sica de Ermano Wolf-Ferrari, vuelve a La Fenice despu¨¦s de 16 a?os. Se ha exhibido desde el pasado d¨ªa 22 y sus representaciones concluyen hoy. De esta forma, La Fenice se adelant¨® a las celebraciones del centenario del nacimiento de Goldoni, que se realizar¨¢n en 2007.
Ambientada en el atardecer de una Venecia republicana (1762), la comedia de Goldoni retrata a los personajes r¨²sticos de la ¨¦poca: los inmigrantes de origen humilde que hacen fortuna en la ciudad de los canales y las g¨®ndolas pero que jam¨¢s se integran en la cultura veneciana. Son tambi¨¦n r¨²sticos los ricos que nunca alcanzan las libertades de los burgueses y, por ello, viven en un eterno conflicto. Los ricos goldonianos son pol¨ªticamente correctos: pasan el tiempo en familia, encerrados en sus casas, y se alejan de toda actividad art¨ªstica. Tal parece que los r¨²sticos no han abandonado Venecia, comenta Segalini. "Hoy, a la clase pol¨ªtica italiana le satisface que Italia pierda su cultura, su identidad, porque as¨ª la puede controlar mejor", advierte.
Babelia
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