La incertidumbre, tema dominante de la Bienal de Arte Moderno de Nueva York
Un centenar de artistas exhiben 250 obras en la 'Noche americana' del Whitney Museum
Fran?ois Truffaut reflexionaba en 1973 sobre el mundo del artificio en el cine en su pel¨ªcula La noche americana. No es una casualidad que, tres d¨¦cadas m¨¢s tarde, la Bienal del Whitney 2006, que hoy se inaugura en el Whitney Museum de Nueva York, utilice ese t¨ªtulo, en su traducci¨®n inglesa, Day for night, para definir el esp¨ªritu de incertidumbre que impregna la obra de los m¨¢s de 100 artistas estadounidenses o afincados en EE UU que exponen all¨ª hasta el 28 de mayo. En total, unas 250 obras, con las que se ha intentado buscar el artificio en la cultura estadounidense.
Noche americana -t¨ªtulo de la bienal- es una t¨¦cnica cinematogr¨¢fica que consiste en filmar escenas durante el d¨ªa utilizando filtros y cerrando el objetivo de tal manera que parezca que es de noche. Y en un mundo en el que los soldados en Irak disparan balas reales desde sus tanques con simuladores virtuales; en el que los pol¨ªticos inventan abiertamente excusas para justificar las guerras; en el que novelistas como Jonathan Fray son descubiertos publicando memorias ficticias, y donde lo que m¨¢s triunfa en televisi¨®n son programas que estiran la realidad hasta sus ¨²ltimas consecuencias, el mundo del arte contempor¨¢neo no pod¨ªa permanecer ajeno a la reflexi¨®n en torno a las identidades y a las falsas realidades. "La lente que hemos utilizado para esta bienal trata de capturar el artificio en la cultura estadounidense en toda su complejidad", explicaban Chrissie Iles y Philippe Vergne, los comisarios de una muestra que no se limita al arte joven sino que incluye creadores de todas las generaciones vivas.
La reflexi¨®n en torno a lo real y lo ficticio, unido al sentimiento antib¨¦lico que desprenden parte de las obras exhibidas son el marco en el que se mueven los creadores del siglo XXI. "En muchos de los estudios que visitamos encontramos elementos antib¨¦licos. Es un sentimiento muy fuerte, un sentimiento de rabia, de descorazonamiento y melancol¨ªa, la sensaci¨®n de que todo est¨¢ colapsando", explican los comisarios, que han viajado a lo largo de un a?o en busca de los creadores que mejor representaran la realidad del arte contempor¨¢neo estadounidense. De ah¨ª que las alusiones a la guerra de Irak sean constantes en una exposici¨®n en la que Richard Serra muestra, por ejemplo, una de sus obras, con el lema "Stop Bush", y en la que se recibe al visitante con la Torre de la paz del escultor Mark di Suvero y Rirkrit Tiravanija, una estructura de metal de 15 metros instalada en el patio del museo y de la que cuelgan centenares de paneles cuadrados sobre los que artistas de todo el mundo han pintado sus mensajes antib¨¦licos.
La incertidumbre que provoca en el ser humano el estar rodeado de realidades que lo parecen pero no lo son se traduce a nivel art¨ªstico en toda una variante de exploraciones visuales con fuerte contenido cr¨ªtico que a veces se desarrollan al margen de la propia identidad del artista. Es sorprendente la cantidad de creadores que han optado por tomar personalidades ficticias o han renunciado a su nombre para integrarse en organizaciones colectivas. ?se es el esp¨ªritu que anima a grupos como Otabenga Jones & Associates, o Bernadette Corporation, autores de un libro sobre otro artista ficticio, Reena Spaulings, que a su vez tambi¨¦n expone unas instalaciones bajo el t¨ªtulo de Awnings.
A la artista Sturtevant la bienal le ha ofrecido una habitaci¨®n entera, y ha decidido tomar algunas de las obras m¨¢s c¨¦lebres de Marcel Duchamp (El urinario y Rueda de bicicleta entre otras) y ocupar toda una sala alegando que, "aunque se trata de duchamps falsos, la realidad brutal es que no son copias sino obras conceptualmente m¨ªas y, por tanto, reales". La frontera entre lo verdadero y lo falso tambi¨¦n se difumina en las necrol¨®gicas gigantes que firma Adam McEwen, que imitan a las de The New York Times y en las que se mata a personajes como Bill Clinton o Nicole Kidman.
Babelia
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