La larga batalla legal contra las empresas
La batalla legal de la Junta de Andaluc¨ªa contra las empresas tabacaleras empez¨® en febrero de 2001, cuando present¨® una demanda contra seis compa?¨ªas por el coste econ¨®mico que sufre el Servicio Andaluz de Salud (SAS) como consecuencia de las enfermedades relacionadas con el tabaco. Una estimaci¨®n inicial elev¨® a 300 millones de euros al a?o el gasto que el Gobierno andaluz destina para hacer frente a estas enfermedades.
La Administraci¨®n auton¨®mica fue la primera en tomar una decisi¨®n de este tipo en la Uni¨®n Europa. El precedente fue la decisi¨®n del ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton de llevar a las empresas tabacaleras a los tribunales durante su mandato presidencial.
La demanda del Gobierno andaluz ha estado m¨¢s de cuatro a?os en la jurisdicci¨®n civil, pero recientemente, a principios del pasado mes de febrero, la Audiencia Provincial de Madrid ha estimado que la jurisdicci¨®n que debe abordar este asunto es la contencioso-administrativa.
El Gobierno andaluz ha mostrado su disposici¨®n a seguir con el pleito y ya ha anunciado que recurrir¨¢ a esta v¨ªa puesto que la Audiencia de Madrid no se pronunci¨® sobre el fondo de la cuesti¨®n.
En ese recurso, la Junta plantear¨¢ que se act¨²e contra seis tabacaleras (British American Tobacco Espa?a, Philip Morris Spain, JT International Iberia, Cita Tabacos de Canarias y Tabacos Canary Islands) y el Estado espa?ol. El motivo de la inclusi¨®n del Estado en el recurso es que ¨¦ste particip¨® hasta 1998 en la comercializaci¨®n del tabaco a trav¨¦s de la antigua empresa p¨²blica Tabacalera, que ahora se llama Altadis.
En la demanda inicial, la Junta reclamaba 1,77 millones de euros por el gasto ocasionado por 135 pacientes. En total, el Gobierno andaluz dispone de las historias cl¨ªnicas de 300 pacientes andaluces diagnosticados de infarto de miocardio, c¨¢ncer de pulm¨®n y enfermedad pulmonar obstructiva cr¨®nica, enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco.
En la demanda, la Junta incluy¨® unos an¨¢lisis realizados sobre la composici¨®n del tabaco que ponen de relieve que los cigarrillos incluyen sustancias, como el amoniaco, que no son declaradas por las empresas del sector. El objetivo de estas sustancias es aumentar la adicci¨®n del fumador al tabaco.
Adem¨¢s, hay en marcha un nuevo estudio cient¨ªfico sobre otras 20 marcas de tabaco (cinco de ellas baratas) para averiguar su composici¨®n.
Un fen¨®meno que la Administraci¨®n auton¨®mica quiere analizar con lupa es precisamente el de las marcas baratas de tabaco, que est¨¢n haciendo furor, sobre todo, entre los m¨¢s j¨®venes. La consejera de Salud, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, ha afirmado que la decisi¨®n de las compa?¨ªas de sacar marcas baratas (1,5 euros, aproximadamente) "es, sin duda, una estrategia agresiva por parte de la propia industria tabaquera que tiene un p¨²blico muy claro, la poblaci¨®n joven, la m¨¢s vulnerable".
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