El ¨²ltimo can¨®dromo podr¨ªa reconvertirse en equipamiento deportivo
Vecinos del Congr¨¦s quieren que el distrito compre la instalaci¨®n para usos del barrio
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Jaume ten¨ªa una cuadra de galgos de carreras hace 10 a?os. Sus perros compet¨ªan en el can¨®dromo Meridiana de Barcelona. ?l y otros tertulianos sentados en un bar de la calle de Riera de Horta, justo frente a la instalaci¨®n que cerr¨® el pasado 22 de febrero, sab¨ªan que la vida del can¨®dromo no pod¨ªa ser mucho m¨¢s larga. Ahora se lamentan de la falta de movimiento. Sin embargo, para los vecinos del barrio se ha abierto la oportunidad de convertir la instalaci¨®n en un equipamiento deportivo. El distrito tambi¨¦n lo ve posible, aunque para ello tendr¨ªa que adquirir o expropiar la instalaci¨®n.
Los vecinos quieren que el Ayuntamiento se haga con la titularidad de las instalaciones
La protecci¨®n de la grader¨ªa del can¨®dromo condiciona los usos futuros
"Antes esto estaba mucho m¨¢s animado porque hab¨ªa m¨¢s movimiento. Y si no que se lo digan a los jubilados del barrio", dice Francisco, el propietario del bar situado frente al can¨®dromo. Lo que dice es cierto porque m¨¢s de un paseante entrado en a?os se acerca al can¨®dromo y se pregunta cu¨¢ndo acabar¨¢n las reformas. Eso se lee en un cartel que todav¨ªa cuelga en una de las entradas.
El cierre de la instalaci¨®n, que ha supuesto el fin de este tipo de espect¨¢culos en Barcelona y tambi¨¦n en Espa?a, ha dejado en la calle a 54 trabajadores. Tambi¨¦n ha generado no pocas c¨¢balas entre los vecinos del barrio del Congr¨¦s, de cuya memoria hist¨®rica el can¨®dromo ha formado parte. De hecho, de las edificaciones que hoy lo rodean por tres de sus cuatro costados -en el cuarto linda con las instalaciones del Club de Tenis Meridiana-, en 1962, cuando se construy¨®, s¨®lo exist¨ªan los bloques de las Viviendas del Congreso de la calle de Pardo.
"Entonces no hab¨ªa nada m¨¢s, estaban los terrenos de la mas¨ªa y la f¨¢brica de Riera de Horta", explica uno de los tertulianos del bar. El can¨®dromo se construy¨® una d¨¦cada despu¨¦s del barrio que se levant¨® con motivo del Congreso Eucar¨ªstico celebrado en 1952. La superficie que ocupa, junto con la vecina instalaci¨®n del Club de Tenis Meridiana, estaba integrado en los terrenos de la mas¨ªa del Congr¨¦s.
No era un vecino inc¨®modo. Al menos eso opinan residentes de los bloques que se asoman al can¨®dromo. "No era molesto. M¨¢s molestan los coches. Los d¨ªas laborables la mayor parte del p¨²blico eran jubilados", explica N¨²ria, desde cuyo piso se ve¨ªan las carreras casi como desde la tribuna del propio can¨®dromo. Tanto, que sus hijos hac¨ªan apuestas desde el balc¨®n de su casa. "A veces gan¨¢bamos, pero la mayor¨ªa no", suelta el chaval. Pilar, otra vecina del barrio, aseguran que los galgos y la actividad del can¨®dromo no causaban molestias: "Lo peor que puede ocurrir ahora es que quede abandonado".
Algo parecido temen en la Asociaci¨®n de Vecinos de Congr¨¦s. Porque en el distrito de Sant Andreu las ocupaciones de inmuebles y pisos est¨¢n a la orden del d¨ªa, y los problemas para resolverlas, tambi¨¦n.
Bel¨¦n Ayucar, presidenta de esa asociaci¨®n, sostiene que hacen falta equipamientos: "Hay que ver qu¨¦ demandas se plantean, pero en el barrio no hay polideportivos y tampoco centros c¨ªvicos. Ya veremos. De momento, el Ayuntamiento deber¨ªa comprar el can¨®dromo para asegurar que quede para el barrio". Esa misma idea plante¨® el grupo de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) en el pleno del distrito de Sant Andreu la semana pasada. "Hacen falta equipamientos y para eso el Ayuntamiento tiene que comprar la instalaci¨®n. Que no ocurra lo mismo que con el complejo de la f¨¢brica Folch i Torres, que acab¨® pagando m¨¢s a un grupo inmobiliario para convertirlo en equipamientos", se?ala Joan Puigdollers, portavoz de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona.
"O expropiar", opina el gerente del distrito, Ignasi Cardel¨²s. A?ade que todav¨ªa no han tenido ning¨²n contacto con la propiedad, pero que un uso futuro bastante probable es el deportivo. "Es muy pronto, pero estudiaremos las posibilidades con Urbanismo", a?ade.
El can¨®dromo se levanta en suelo calificado de equipamiento. Es una pastilla alargada de terreno que equivale a una manzana aproximadamente. Se trata de un edificio singular, y parte de la estructura, el cuerpo de las gradas que forma una visera en el lado de la calle de Riera de Horta, est¨¢ protegida por el cat¨¢logo del Patrimonio Arquitect¨®nico de Barcelona. De hecho, la ficha del cat¨¢logo apunta que la actual pista de los canes se reconvierta en una pista deportiva, toda vez que la protecci¨®n de la grada obliga en cierto modo a ello.
La instalaci¨®n fue levantada en 1962 por el arquitecto Antoni Bonet Castellana, premio FAD en 1963 y disc¨ªpulo del GATPAC. Bonet se exili¨® en Argentina al estallar la Guerra Civil y regres¨® entrada la d¨¦cada de los a?os cincuenta. De su estudio, en colaboraci¨®n con Josep Puig Torner, salieron algunos de los proyectos m¨¢s singulares de la d¨¦cada de los sesenta de Barcelona, como la torre Urquinaona. "Fue uno de los mejores exponentes de la arquitectura del movimiento moderno, tal como se le denomin¨®", se apunta en los despachos de Urbanismo del consistorio barcelon¨¦s.
Aquella arquitectura singular ha llegado a nuestros d¨ªas en un estado bastante lamentable. De hecho, lo mejor de las instalaciones -vistas desde fuera- es el c¨¦sped central que rodeaban a toda velocidad los galgos.
Una parte m¨ªnima de los 54 trabajadores van al can¨®dromo desde su cierre. De hecho, est¨¢n negociando la forma de salir lo mejor parados posible tras quedarse en la calle casi s¨²bitamente. "Llev¨¢bamos un a?o en conversaciones con la Generalitat por la deuda fiscal que arrastr¨¢bamos -de 1,68 millones de euros-, pero la decisi¨®n de subir la tasa de apuestas del 3% al 10% hac¨ªa inviable la continuidad del can¨®dromo", dice con cierto pesar el gerente del can¨®dromo, Josep Llu¨ªs Navarro.
El personal de las taquillas, los paseadores de los perros y los directores de carreras son algunos de los empleados que se ven en el paro y con imposible recolocaci¨®n en esta actividad porque el de Meridiana era el ¨²ltimo can¨®dromo de los cuatro que lleg¨® a tener simult¨¢neamente el ¨¢rea metropolitana de Barcelona. Tampoco existe ya el de Badalona. "Hay gente joven, pero hay personas a las que les faltaba poco para la jubilaci¨®n", a?ade Navarro.
No hab¨ªa que pagar entrada para acceder a las carreras y las apuestas no eran caras: 50 c¨¦ntimos una carrera de seis galgos y un euro las tripletas. "Por eso iban muchos abuelos a pasar un rato por la tarde los d¨ªas laborables y familias los domingos y otros d¨ªas de fiesta", a?ade el gerente. Navarro explica que en d¨ªas de competiciones importantes ten¨ªan mucho p¨²blico. "Algunos abuelos se gastaban 5 o 10 euros y pasaban la tarde. Otros ni eso. S¨®lo iban con sus mujeres a curiosear y a tomarse un caf¨¦", abundan en el bar. Por eso creen que del cierre del can¨®dromo se resentir¨¢, de forma especial, la gente mayor del barrio. "Bueno, bueno, que tambi¨¦n hab¨ªa algunos elementos que iban a algo diferente. Que no todo era trigo limpio", tercia otro cliente del bar.
Algunos camiones de transporte de los animales desde la perrera hasta el can¨®dromo siguen estacionados en el interior de las instalaciones y un cartel indica: "Todos los d¨ªas, grandes carreras de galgos".
Entre la jaula y la pista
El can¨®dromo no despertaba las simpat¨ªas de todos. Hace dos a?os varias protectoras de animales organizaron una manifestaci¨®n junto al can¨®dromo para protestar por el trato -o el maltrato, seg¨²n ellos- que recib¨ªan los animales. "Les obligaban a estar amontonados en jaulas y muchas horas encerrados", sostienen en las protectoras. "No es verdad, los galgos no eran maltratados", replica el gerente. Cuando ya no pod¨ªan correr, el can¨®dromo Meridiana los donaba a una protectora de animales de B¨¦lgica. "Despu¨¦s de un periodo de adaptaci¨®n viv¨ªan con familias. Eso hac¨ªamos con unos 30 o 40 galgos cada tres meses", explica Navarro. Lo que ocurre es que ahora hay que buscar soluci¨®n no para 30 o 40 perros, sino para 800.
Los animales est¨¢n en la perrera de Santa Coloma de Gramenet. "Estamos en conversaciones con protectoras de animales y tambi¨¦n tenemos una reuni¨®n con el Ayuntamiento de Santa Coloma y la Diputaci¨®n para buscar soluciones porque es complicado dar salida a tantos a la vez", a?ade el gerente.
SOS Galgos, una de las organizaciones m¨¢s cr¨ªticas con las condiciones de vida de los galgos de carreras, ha enterrado el hacha de guerra y quiere ayudar al proceso de recolocaci¨®n. Anna Clements, portavoz de la entidad, lanza todo todo un llamamiento: "Son muy dulces y f¨¢ciles de adaptarse a la vida familiar de un piso. Adquieren bien los h¨¢bitos, son cari?osos y duermen mucho. Claro que eso es despu¨¦s de pasar un periodo de adaptaci¨®n previo porque no han conocido otra vida que la jaula y la pista".
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