Rosa Torres-Pardo desnuda de artificios la 'Iberia' de Alb¨¦niz
La int¨¦rprete presenta la grabaci¨®n de la 'suite' para piano del compositor espa?ol
Es una obra que puede arrojar a cualquier int¨¦rprete hacia el manierismo, a la floritura o al folclorismo mal entendido. Por eso, Rosa Torres-Pardo, que lleva lidiando con la suite Iberia, de Alb¨¦niz, muchos a?os, ha decidido desnudar esa cumbre del piano espa?ol para acercarse m¨¢s a su esencia. "He querido descubrir el coraz¨®n de la Iberia para poder poner el m¨ªo", asegura la pianista, que acaba de presentar la obra en un disco.
Los peligros de Iberia siempre est¨¢n al acecho. "Para Messiaen era la obra pian¨ªstica m¨¢s importante jam¨¢s escrita", afirma Rosa Torres-Pardo. As¨ª que meterse en ella requiere el mismo grado de preparaci¨®n que de aventura. "Puede resultar un aut¨¦ntico galimat¨ªas: despierta la admiraci¨®n de los virtuosos, pero no se puede llegar al fondo si eres fr¨ªvolo o efectista", advierte la pianista.
Se empieza a cumplir este a?o el centenario de Iberia, compuesta por Alb¨¦niz entre 1906 y 1909. Tres a?os tard¨® el compositor en desarrollar este aut¨¦ntico compendio del alma hisp¨¢nica, dividido en cuatro cuadernos -la obra dura en torno a 90 minutos- y creada con el mismo grado de melancol¨ªa que de audacia inventiva en plena ¨¦poca del impresionismo, donde reinaban creadores como Debussy o Faur¨¦, admiradores de la obra de Alb¨¦niz.
"El impresionismo est¨¢ presente en Iberia. Muchas veces parece un cuadro de Monet", afirma la pianista. Un cuadro de Monet que se enreda en sus propios colores. "Y en sus ritmos, sus coplas, sus notas. No las he contado, ni pienso, pero algunos music¨®logos dicen que en Triana hay unas mil notas y muy pocos compases". Como para no perderse. Muy dif¨ªcil tambi¨¦n encontrar el camino de la esencia. "Lo fundamental es desprenderse de la obsesi¨®n por las notas y dirigirse hacia adentro, buscar la verdad de la obra", explica Torres-Pardo.
Y buscar la verdad en una creaci¨®n de Alb¨¦niz a veces es complicado, porque se trata de un personaje fantasioso, desconcertante, con una tremenda imaginaci¨®n para contar cosas de su propia biograf¨ªa. "S¨ª, pero tambi¨¦n era generoso, abierto, extravertido; a veces exagerado, s¨ª, pero con un lado ¨ªntimo muy atractivo", cree la int¨¦rprete.
Le ha servido para su versi¨®n el merodear por lugares fundamentales en la vida del artista, como la casa donde naci¨®, en Camprod¨®n (Girona), el lugar en el que se ha grabado el disco y donde la pianista ha interpretado parte de la obra. O en Cambo-les-Baines, en Francia, donde muri¨® en mayo de 1909 en un exilio voluntario. "Ha sido inspirador ver sus objetos, los mon¨®culos, los bastones, el piano de su hija, un Bechstein que todav¨ªa suena muy bien y que ¨¦l tocaba a menudo", asegura.
Torres-Pardo huye de los personalismos y de las tentaciones que tienen muchos de adue?arse de su obra. "Ser¨¢ m¨¢s grande cuanto m¨¢s personas la interpretemos. Me parece estupendo que alguien como Barenboim haya decidido hacerlo, por ejemplo, porque as¨ª se da m¨¢s a conocer fuera", afirma.
Tampoco cree que deba tratarse Iberia con caspa purista. Por eso, adem¨¢s de haber grabado las canciones del compositor hace tres a?os junto a Marina Pardo y con ella misma cant¨¢ndolas con aire de jazz, impuls¨® al lado de Carlos Saura proyectos como el de su pel¨ªcula Iberia. Y por eso tambi¨¦n est¨¢ preparando ahora una versi¨®n esc¨¦nica que se estrenar¨¢ en Granada junto a la bailaora Lola Greco, el director de escena Jos¨¦ Luis G¨®mez y el pintor Eduardo Arroyo, que har¨¢ los decorados. "Iberia es demasiado grande como para dejarla en manos de unos pocos", dice.
Babelia
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