"Una piragua con 45 hombres se parti¨® en dos ante mis ojos"
Un miembro de una ONG de ayuda a las focas relata el rescate de 'sin papeles'
Los vigilantes de la ¨²ltima colonia de foca monje que queda en el mundo se han convertido estos d¨ªas en protagonistas del pen¨²ltimo cap¨ªtulo del dram¨¢tico ¨¦xodo del continente africano, que lucha por liberarse de la pobreza intentando alcanzar suelo europeo, en este caso las costas de Canarias.
La Fundaci¨®n de origen espa?ol Conservaci¨®n Para la Biodiversidad (CBD-Habitat), dedicada a proteger y estudiar este mam¨ªfero marino casi extinguido y m¨¢s amenazado de la tierra, situ¨® hace m¨¢s de 10 a?os un campamento permanente en la costa del S¨¢hara Atl¨¢ntico, 20 kil¨®metros al norte de Nuadib¨², segunda ciudad de Mauritania, muy cerca de la frontera sur del antiguo S¨¢hara espa?ol que depende de Marruecos.
Hamdi M'Bareck, responsable de la delegaci¨®n mauritana de la fundaci¨®n, vigilaba el pasado domingo la colonia de las focas al pie del acantilado cuando un pescador les dio la voz de alarma: "Una piragua de madera con 45 personas a bordo se ha partido en dos delante de mis ojos, y necesitan ayuda". El oleaje imped¨ªa socorrerlos en el mar, as¨ª que Hamdi y sus siete compa?eros, pertrechados con todas las cuerdas, chalecos y aros salvavidas, corrieron hacia el lugar del naufragio, un par de kil¨®metros al norte del campamento. Su carrera discurr¨ªa por una zona muy peligrosa, minada durante la guerra del S¨¢hara, por lo que no pod¨ªan salirse ni un metro del sendero que minuciosamente se limpi¨® de explosivos a?os atr¨¢s para poder observar a las focas.
Cuando llegaron, seg¨²n relata Hamdi, "12 hab¨ªan salido a la playa por sus propios medios 20 hab¨ªan desaparecido; adem¨¢s, tres cad¨¢veres flotaban y las enormes olas los lanzaban contra las rocas. Afortunadamente, otros 12 hombres luchaban a¨²n contra la corriente y desde el acantilado les lanzaron aros salvavidas atados a las cuerdas y consiguieron sacarlos uno a uno. Estaban magullados, llenos de golpes, en el pecho, en las piernas, la cara... y todos muertos de fr¨ªo y sed". "Cinco d¨ªas antes hab¨ªan salido en la piragua de la localidad de Nuadib¨². Se les rompi¨® el motor, y se quedaron en alta mar con el ancla puesta, el temporal les arrastr¨® hasta la costa, a s¨®lo 25 kil¨®metros desde donde salieron", a?ade Hamdi.
En la peque?a estaci¨®n de la Costa de las Focas instalada por los bi¨®logos espa?oles, les dieron de beber t¨¦ caliente y la comida que ten¨ªan; les curaron las heridas con un botiqu¨ªn de primeros auxilios; m¨¢s tarde, avisaron a la gendarmer¨ªa local de Nuadib¨², y con el apoyo del ej¨¦rcito Mauritano les trasladaron a la comisar¨ªa de la ciudad.
Hoy los miembros de CBD-Habitat se sienten orgullosos de haber salvado la vida de estos hombres, procedentes de Mal¨ª, Guinea-Bissau, Gambia y Senegal.Pero este rescate, posiblemente, no ser¨¢ el ¨²ltimo. Las playas alrededor de Nuadib¨² se han convertido en un nuevo punto de salida de las pateras hacia Canarias.
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