Las curvas de Lobo
Exiliado en Par¨ªs en 1939, Baltasar Lobo (Cerecinos de Campos, Zamora, 1910-Par¨ªs, 1993) es, sin duda, uno de los mejores escultores espa?oles del siglo XX, aunque su carrera la realizase en Francia, donde obtuvo merecidos reconocimientos, a los que, tras la transici¨®n democr¨¢tica de nuestro pa¨ªs, se sumaron los de su patria original. De origen humilde y formaci¨®n en gran parte autodidacta, como Alberto S¨¢nchez o Miguel Hern¨¢ndez, Baltasar Lobo arrostr¨® dificultades y tragedias con estoicismo y con un empe?o art¨ªstico, que no tard¨® en florecer cuando las circunstancias le fueron m¨¢s propicias. De talante sencillo y discreto, su sobria honradez quiz¨¢ le ha perjudicado a la corta para ocupar el lugar destacado que merece su obra, pero tambi¨¦n benefici¨® la hermosa simplicidad de su escultura, que, con el tiempo, se hizo compositivamente m¨¢s compleja sin por ello dejar de acrecentar su pereza formal.
BALTASAR LOBO. UN ESPA?OL EN PAR?S
Galer¨ªa Leandro Navarro
Amor de Dios, 1. Madrid
Hasta el 12 de abril de 2006
La importancia de la exposici¨®n de Lobo que ahora presenta en Madrid est¨¢ en relaci¨®n con el n¨²mero de las esculturas, una treintena en bronce, pero, sobre todo, con el arco cronol¨®gico amplio que convierte esta muestra en una minirretrospectiva, pues en ella se abarca desde 1940 a 1991; es decir: medio siglo de su trayectoria, que es, en realidad, la de toda su vida creativa. Las influencias dominantes que se detectan en Lobo proceden de Apeles Fenosa, Manolo Hugu¨¦, Picasso y Arp, que ¨¦l asimila pl¨¢sticamente a favor de una visi¨®n sensual y org¨¢nica del cuerpo femenino y, en especial, del tema de la maternidad, donde logra acentos emotivos muy convincentes. Desde el punto de vista formal, la tendencia dominante en su evoluci¨®n fue en direcci¨®n a un tratamiento cada vez m¨¢s sint¨¦tico, pero sin perder jam¨¢s el amor por lo curvil¨ªneo, lo que le permiti¨® aunar un tipo de abstracci¨®n, que, sin embargo, no borraba la impronta palpitante de la vida. Es esta mezcla de refinamiento lineal y sensibilidad, de estilizaci¨®n y acento org¨¢nico, la que hace tan atrayente la escultura de Baltasar Lobo, un artista coherente y constante, de avezada t¨¦cnica y de una rotunda y honda sencillez humana. La llamada Escuela de Par¨ªs alcanz¨® as¨ª con ¨¦l una genuina manifestaci¨®n de la mejor ra¨ªz popular espa?ola.
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