"M¨¢s importante que construir por el planeta es crecer como arquitectos"
El estudio de Rafael Aranda (Olot, 1961), Carme Pigem (Olot, 1962) y Ram¨®n Vilalta (Vic, 1960) ocupa un segundo piso, sin ascensor, en el paseo de Blay, de Olot. Dos n¨²meros m¨¢s all¨¢ est¨¢ la casa Sol¨¤-Morales que firm¨® Dom¨¨nech i Montaner. El d¨ªa de la entrevista era jornada de mercado y, al pie del estudio, bajo la nieve y la lluvia, los comerciantes vend¨ªan salchichones y coles. Ya en el piso, los arquitectos cuentan que est¨¢n arreglando una nave cercana para trasladarse. Entre japoneses, portugueses, alemanes y espa?oles forman un equipo de veinte. Y es evidente que el actual despacho se les queda peque?o. Carme est¨¢ de baja. Acaba de tener a su segunda hija. El ambiente es el de un grupo de estudiantes. "Nos sentimos as¨ª", comenta Rafael. "El otro d¨ªa hizo 19 a?os que estamos juntos pero nos sentimos como si no hubiera pasado ese tiempo. Somos aprendices. No tenemos la sensaci¨®n de haber llegado a ning¨²n sitio. Y si lo hemos hecho, poco importa. La cuesti¨®n es que nos queda mucho por hacer", apunta.
"Hace ya muchos a?os que nos fijamos m¨¢s en la pintura que en la arquitectura. Eso nos hace pensar y evolucionar", dice Ram¨®n Vilalta
PREGUNTA. La suya es una arquitectura cosmopolita casi encerrada en una comarca. ?Qu¨¦ les aporta vivir en Olot?
RAFAEL ARANDA. Siempre decimos lo mismo: mientras podamos evolucionar no nos moveremos. Si podemos hacer la arquitectura que queremos donde vivimos, ?para qu¨¦ moverse?
RAM?N VILALTA. Es una cuesti¨®n pr¨¢ctica, nada m¨¢s. No tenemos nada en contra de trabajar en otro sitio. Nos han ofrecido dise?ar proyectos en lugares lejanos, pero no con las condiciones de tranquilidad e intensidad con las que queremos hacerlos. Para nosotros m¨¢s importante que construir por el planeta es crecer como arquitectos. Lo importante no es d¨®nde construyes si no lo que construyes. Es cierto que hay un t¨®pico que relaciona construir fuera con el ¨¦xito. Pero ¨¦sa no es nuestra idea del ¨¦xito. Hace unos a?os nos invitaron a construir en Shanghai. Lo pensamos y declinamos la oferta.
P. ?Creen que si construyen fuera perder¨¢n el control de sus proyectos?
R. V. M¨¢s que el de la obra, el de la vida. Hay que elegir. Si haces cosas en las que no crees por probar, la vida se te va.
R. A. Creemos que la arquitectura no gana con trasladarse lejos. La arquitectura m¨¢s internacional se puede hacer en el medio m¨¢s rural. Nuestros proyectos han salido de Olot publicados en las p¨¢ginas de las revistas extranjeras. Ese reconocimiento nos satisface. El de salir fuera no nos atrae. Nos interesa mantener una relaci¨®n muy estrecha con lo que hacemos. Estamos m¨¢s centrados haciendo las cosas as¨ª.
P. Ahora mismo est¨¢n terminando en Barcelona la biblioteca del barrio de Sant Antoni. ?Prefieren ir despacio?
R. V. Nos interesa mantener el control y puede que ese control lleve impl¨ªcito ir despacio. Lo que no parece tener sentido es que lo primero que hagas sea grande y lejano. Es como empezar la casa por el tejado. Reci¨¦n salidos de la escuela ganamos un concurso para construir un faro y nos ofrecieron trabajo en Tokio. Fuimos los tres e hicimos un par de anteproyectos. Aprendimos mucho. Pero s¨®lo tiene sentido salir si se dan ciertas condiciones.
P. ?Siempre est¨¢n los tres de acuerdo?
R. A. En ese punto s¨ª. Hemos hecho el camino juntos.
R. V. Vivimos la arquitectura con mucha ilusi¨®n, con intensidad, pero tambi¨¦n con distancia.
P. Adem¨¢s de la biblioteca, en Barcelona han dise?ado el parque de la Nova Mar Vella y un proyecto (realizado con MAP Arquitectos) que multiplicar¨¢ por diez la estaci¨®n de Sans. Sus trabajos levantan vuelo y ustedes est¨¢n cada vez m¨¢s replegados en el terru?o, hasta han abandonado la docencia.
R. V. S¨ª, al graduarme entr¨¦ de profesor. Primero becario, m¨¢s tarde de asociado y as¨ª hasta que decid¨ª irme. ?Por qu¨¦? Porque lo consider¨¦ una experiencia acabada, hecha. Querer mantenerlo todo es imposible. A la gente le cuesta mucho elegir, soltar lastre. Si uno empieza a dar conferencias, a hacer de jurado, a escribir en peri¨®dicos a, ?qu¨¦ tiempo le queda para pensar la arquitectura?
R. A. Todo gira sobre esta filosof¨ªa: la necesidad de elegir.
P. Siempre se han inclinado hacia lo rotundo, las geometr¨ªas puras, lo duro. ?No les han tentado otras opciones?
R. A. Nos gusta jugar con las percepciones. En el restaurante Les Cols, por ejemplo, el metal en jirones dorados, deja de parecer algo duro. Hay dureza visual y dureza real.
R. V. Pero a veces hablamos de otras posibilidades. Ahora mismo estamos haciendo una bodega enterrada que se sale un poco de la contenci¨®n habitual. A lo mejor ¨¦se es el camino: controlar las formas hasta que llega un momento en que las puedes dejar escapar. Nosotros sentimos que vamos evolucionando como arquitectos, que crecemos, y eso es lo que nos interesa. Cuando ¨¦ramos estudiantes en la escuela daban una formaci¨®n fragmentaria. Te ense?aban a hacer las fachadas y ventanas, pero no que la arquitectura es un todo. No hab¨ªa una unidad.
P. ?D¨®nde descubrieron esa unidad?
R. V. En lo que te emociona. Al principio en los maestros: Mies, Kahn. Luego en el mundo del arte. Hace ya muchos a?os que nos fijamos m¨¢s en la pintura que en la arquitectura. Eso nos hace pensar y evolucionar. Lo que buscamos es que al final los proyectos sean algo sustancial, y para eso la geometr¨ªa y el orden ayudan. Algunas de nuestras casas est¨¢n arraigadas en el mont¨ªculo, pero se presentan como un objeto claro y contundente. Esta manera de relacionarse con el entorno nos parece m¨¢s v¨¢lida que el camuflaje topogr¨¢fico. Creemos que la mano del hombre debe estar en armon¨ªa con la naturaleza pero que cada uno debe hablar con los mecanismos propios.
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