"Espero haber tenido una buena influencia sobre el oficio de compositor"
En el espejo mientras el tiempo vuela, / huellas de un futuro perdido / sobre un rostro que sol¨ªas conocer...", retratan los versos de This Old Road. El corte abre y titula el nuevo disco de Kris Kristofferson, su primer trabajo en 11 a?os con canciones in¨¦ditas. "Es un tema que suena mejor cuanto m¨¢s viejo eres", argumenta entre risas el cantante y compositor tejano, a punto de cumplir los 70, para justificar la inclusi¨®n en su obra reciente de algo escrito y ya grabado hace un par de d¨¦cadas. "Y he tardado tanto en meterme en un estudio porque no hab¨ªa nadie que comercializara mis discos", a?ade Kristofferson desde su domicilio en Hawai. Su lamento no desprende acritud. Quiz¨¢ tampoco eche de menos el ritmo casi leonino marcado por Monument Records en los tiempos ¨¢lgidos de su carrera: "Ten¨ªa un contrato por diez discos y sacaba m¨¢s o menos uno al a?o".
Antes de alcanzar ese frene-
s¨ª en los a?os setenta, el entonces aspirante a compositor hab¨ªa optado por abandonar una trayectoria reglada, entre becas de literatura en Oxford y el ingreso en el Ej¨¦rcito, para instalarse en Nashville. Esa apuesta incomprendida (su padre era capit¨¢n general de las Fuerzas A¨¦reas estadounidenses) le llev¨® a escribir The Burden of Freedom, reflexi¨®n sobre la libertad (uno de sus leitmotiv) tambi¨¦n repescada ahora. El resto, las nueve canciones in¨¦ditas de This Old Road (New West/Dock), tiene car¨¢cter confesional y apariencia espartana: "Estuve de gira en solitario los dos ¨²ltimos a?os, s¨®lo guitarra y arm¨®nica. Enfrentarme as¨ª a miles de personas, como hice en Irlanda, me daba un poco de miedo, pero result¨® muy interesante, m¨¢s centrado en las canciones y con una comunicaci¨®n distinta con el p¨²blico. E intentamos reflejar eso en el disco". El enfoque desnudo y al grano lo dirige Don Was como productor, responsable de su anterior A moment of forever (1995), apreciable esfuerzo maltratado por la mercadotecnia. Was toca tambi¨¦n el bajo ac¨²stico y algo de piano en This Old Road. Junto a ¨¦l, Jim Keltner a la bater¨ªa y el guitarrista Stephen Bruton, viejo aliado de Kristofferson: "Ya estaba en mi banda en la ¨¦poca de Nashville. Le llam¨¢bamos el beb¨¦ del grupo".
Familia, carrera, ideas pol¨ªticas, justicia, libertad y trayecto vital: todo cabe en This Old Road. "Sigo intentando dar sentido a lo que experimento", resume un Kris firmante aqu¨ª, por ejemplo, de una tierna humorada contra las tendencias autodestructivas: Chase the feeling. "El humor es un amortiguador mientras puedas recurrir a ¨¦l. Est¨¢ escrita a partir de mis propias experiencias -hace lustros super¨® los problemas con el alcohol que hundieron su matrimonio con la cantante Rita Coolidge- y las de gente de mi alrededor como Johnny o Janis". Janis Joplin antes de su triste sobredosis fue int¨¦rprete inmortal de Me and Bobby McGee, su n¨²mero uno p¨®stumo de 1971, compuesta por Kris y previamente registrada por ¨¦ste en Kristofferson, el deb¨² del tejano. Johnny Cash ejerci¨® de mentor cuando Kris s¨®lo so?aba con escribir para otros y sobreviv¨ªa como conserje en los estudios Columbia de Nashville mientras Bob Dylan grababa all¨ª Blonde on blonde. Bueno, Kristofferson tambi¨¦n pilotaba helic¨®pteros en la Guardia Nacional: "Es cierto que un d¨ªa aterric¨¦ en el c¨¦sped de la casa de Johnny para llamar su atenci¨®n, aunque la leyenda no es exacta. En realidad no era la primera vez que nos ve¨ªamos. Hab¨ªamos hablado durante a?os y le hab¨ªa mostrado cada canci¨®n que escrib¨ªa". Aquella estrategia surti¨® efecto y Cash pas¨® de llevarse un susto mientras tomaba el sol junto a su piscina a registrar la gloriosa Sunday mornin' comin' down, cr¨®nica de resaca y soledad. Le echo mucho de menos -Cash falleci¨® en 2003-. Realmente atesoro el tiempo que compartimos en la carretera". Kristofferson se refiere a su etapa en The Highwaymen, supergrupo formado a mediados de los ochenta por ¨¦l y Cash junto a Waylon Jennings y Willie Nelson. Al ¨²ltimo le piropea en el nuevo disco. Es uno de los artistas comprometidos nombrados en Wild American. Los otros: Merle Haggard, Steve Earle y John Trudell. Kris acaba de participar en un documental sobre Trudell, activista del American Indian Movement, adem¨¢s de compositor y poeta. "Hace a?os le dediqu¨¦ Johnny Lobo. Quem¨® una bandera sobre las escaleras de la sede del FBI, y a las pocas horas, en la reserva donde viv¨ªa, alguien prendi¨® fuego a su casa con su mujer y sus hijos dentro".
In the news es el otro corte
con claro contenido pol¨ªtico y antibelicista. Y entronca con la reedici¨®n de dos discos, Repossessed y Third world warrior, en los que Kris a finales de los ochenta disert¨® sobre Nicaragua, El Salvador o Nelson Mandela. "Quiz¨¢ el momento actual sea el m¨¢s peligroso desde que empec¨¦ a tocar. Me horrorizan las guerras santas, vengan de donde vengan. ?Matar en nombre de Dios!".
Kris reside con su tercera esposa y parte de sus ocho hijos (ellos le inspiraron las nuevas Holly creation y Thank you for a life) en Maui, lejos del mundo. "No es algo accidental. Willie Nelson vive al otro lado de la calle, junto al campo de golf. Jugamos todos los d¨ªas". Y el cantautor aguarda satisfecho un inminente disco de tributo, The Pilgrim: "Espero haber tenido una buena influencia sobre el oficio de compositor. Estoy contento por continuar haciendo lo que amo y porque los que fueron mis h¨¦roes sean ahora mis amigos. Como Dylan, responsable de que ¨¦ste se convirtiera en un modo realmente atractivo de ganarse la vida".
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