Sobrevivir a la derrota
Este libro, que en su origen fue un documental para TVE bajo el t¨ªtulo, Mujeres del 36, re¨²ne un mosaico de vidas que perdieron no ya la guerra, sino la paz. Adem¨¢s de la complicidad del nosotras, el t¨ªtulo adelanta la idea de que las cuatro mujeres que asoman a estas p¨¢ginas tuvieron que reconstruir su vida despu¨¦s de sufrir la represi¨®n que sucedi¨® a la Guerra Civil y al margen de la paz oficial.
Trinidad Gallego, veterana comunista cuyo principal pecado fue nacer pobre y no remontar esa carencia en su juventud a pesar de estudiar enfermer¨ªa; Rosa Crem¨®n, hija de un minero franc¨¦s que lleg¨® a Espa?a como voluntaria y fundi¨® su biograf¨ªa con la de los espa?oles, hasta el punto de que para sobrevivir a la derrota permaneci¨® en este pa¨ªs con un nombre prestado; Conchita Lia?o, viajera y cofundadora de Mujeres Libres y hoy exiliada en Venezuela, y Concha P¨¦rez, anarquista como la anterior, constituyen cuatro testimonios de supervivientes de la Espa?a vencida.
NOSOTRAS QUE PERDIMOS LA PAZ
Llum Qui?onero
Foca. Madrid, 2005
297 p¨¢ginas. 21 euros
Para las cuatro, la Rep¨²blica fue el tiempo de las oportunidades vitales, adem¨¢s del de su estricta juventud. Por ser mujeres, la Espa?a republicana represent¨® el inicio de un cambio que se anunciaba prometedor y que pronto se esfum¨®. La c¨¢rcel, la enfermedad y la dificultad de encontrar trabajo como enfermera, jalonaron la vida de Trini Gallego en la dictadura. Conchita Lia?o y Concha P¨¦rez, anarquistas y abanderadas de la t¨ªmida revoluci¨®n sexual iniciada en los a?os treinta, incorporaron los avances conseguidos en el terreno de la igualdad y la libertad sexual a su vida familiar.
La historia de Rosa Crem¨®n, que falleci¨® recientemente, es una de las m¨¢s inquietantes. Unida a un militante republicano y embarazada en los d¨ªas finales de la Guerra Civil, tuvo que dar a luz a su hija en medio de la multitud, pocas horas despu¨¦s de que los italinos de la Divisi¨®n Littorio se hicieran cargo de los derrotados que aguardaban en vano en el puerto de Alicante a que barcos de bandera internacional los sacaran fuera de la Espa?a vencedora. El puerto se convirti¨® en una trampa mortal para algunos y otros fueron detenidos y confinados: los hombres en el campo de Albateras y las mujeres en el cine Ideal.
El intimismo y la evocaci¨®n convierten este libro de historias en las que ocasionalmente flota la p¨¦rdida y la tristeza, en un canto a la esperanza. Aunque s¨®lo son cuatro historias de las muchas que ofrece el tel¨®n de fondo de la Guerra Civil, convertida ya en un fil¨®n literario e historiogr¨¢fico, el libro demuestra, cuando menos, que la vida no se detiene. Ni la guerra ni la derrota paralizaron del todo las vidas de estas cuatro republicanas ni acabaron con sus sue?os.
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