"Disfrutar¨¦"
Koeman, t¨¦cnico del club portugu¨¦s, regresa al Camp Nou
El m¨®vil de Ronald Koeman no dej¨® de sonar ayer. Muchas de las llamadas fueron de Barcelona. "Amigos, empleados del club, periodistas... Es agradable", cont¨® el entrenador del Benfica. El autor del gol que dio al Bar?a la Copa de Europa en Wembley dijo que afronta la eliminatoria con mucha alegr¨ªa, y que su equipo "ir¨¢ al Camp Nou a disfrutar".
El t¨¦cnico holand¨¦s y ex compa?ero de Rijkaard en la selecci¨®n holandesa cont¨® c¨®mo cay¨® la noticia: "Est¨¢bamos entrenando y alguien vino y dijo que eran ellos. Nos pusimos contentos porque todo el mundo hoy quiere enfrentarse al Bar?a por su enorme calidad". ?Y tiene alguna posibilidad el Benfica? "Claro que tiene. En la vida, nada es imposible".
La web del Benfica empez¨® ayer a vender las entradas del partido con este reclamo publicitario: "?Choque Ib¨¦rico!". No parece mala manera de ir calentando el c¨¦lebre infierno de La Luz, porque fue precisamente en aquellos m¨ªticos choques ib¨¦ricos de los a?os sesenta cuando se forj¨® la leyenda de seda, gloria y grandeza del Benfica.
Con Eusebio y Coluna a la cabeza, haciendo un f¨²tbol tan elegante y art¨ªstico que parec¨ªa ballet, las ¨¢guilas rojas del Benfica fueron campeonas de Europa dos a?os seguidos: en 1961 contra el Bar?a (3-2) y en 1962 contra el Madrid (5-3). Aquella fue la d¨¦cada de oro del club: el Benfica gan¨® ocho Ligas, fue subcampe¨®n de Europa tres veces (1963, 1965 y 1968) y sus figuras llevaron a Portugal al tercer puesto en el Mundial de Inglaterra.
Por desgracia para la belleza del f¨²tbol, todo eso qued¨® atr¨¢s, pero han bastado los golazos de Simao y Miccoli en la indiscutible victoria frente al Liverpool en Anfield para que la afici¨®n de La Catedral (as¨ª llaman ahora al estadio Nova Luz, con capacidad para 65.000 espectadores) haya recuperado la ilusi¨®n.
Varios de los culpables de esta renovada euforia son un pu?ado de ex cul¨¦s a los que el destino ha reunido en el Benfica. En el banquillo, Koeman y su segundo, Tonny Bruins; en el campo, Sim?o Sabrosa y Geovanni. Alrededor de esos dos extremos tan escurridizos como irregulares y que pocas veces juegan juntos, Koeman ha armado un equipo serio y rocoso, con brasile?os y portugueses al 50%, de aspecto tan fornido como el suyo y que pelea cada bal¨®n como si fuera de oro.
El portero es el brasile?o Moretto, ¨¢gil y el¨¢stico pero con recurrentes tendencias suicidas en los centros. La defensa es solvente y atl¨¦tica, con dos laterales r¨¢pidos (Nelson y Leo) y dos gigantescos centrales brasile?os (Luiz?o y Anderson). El medio campo lleva el ¨¢guila del escudo clavada en el coraz¨®n, aunque no resulta f¨¢cil encontrar un gramo de talento en una n¨®mina de trotones como el griego Karagounis, el brasile?o Beto y los nacionales Manuel Fernandes y Petit. A ellos hay que sumar el franc¨¦s Robert, un extremo zurdo, liviano, con cierta clase, y el renacido Miccoli, cedido por el Juventus, que cerr¨® el mi¨¦rcoles con media chilena de lujo el partido de Anfield.
Tirando de orden, sensatez y brega constante, el pragm¨¢tico Benfica de Koeman no da espect¨¢culo pero sigue vivo en la Liga (es tercero, a cinco puntos del Oporto) y la Copa portuguesa.
![Koeman, cuando era entrenador del Ajax, y Rijkaard se saludan en un amistoso de 2004.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3WOOYERBFDWLRR6UFTD7G32OJU.jpg?auth=51089f2e49bba6e01346c0f3b50707baf2020339ec96eac1f4cacd721a2fc120&width=414)
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