Las mujeres dan el salto
Bronce de Beitia en altura y cuarta plaza de Montaner en longitud
Veinte atletas compon¨ªan el equipo espa?ol en los Mundiales de Mosc¨², trece hombres y siete mujeres. Espa?a ha terminado la competici¨®n con una medalla de plata -Glory Alozie, mujer-, una de bronce -Ruth Beitia, mujer-, un cuarto puesto -Concha Montaner, mujer- y un r¨¦cord batido -Naroa Agirre, mujer-. As¨ª que, visto esto y habiendo comprobado que todas las mujeres con ¨¦xito incluyen el salto en su disciplina, es una obviedad escribir que las mujeres dan el salto. Obvio, pero necesario. Y m¨¢s necesario, adem¨¢s, para dar m¨¢s valor a sus logros relatar la peripecia vital que llev¨®, por ejemplo, a dos espa?olas en su plenitud atl¨¦tica a consolidarse entre la ¨¦lite: a Ruth Beitia, de 26 a?os, a su primer metal mundial, un bronce en salto de altura; a Concha Montaner, de 25, a un cuarto puesto en longitud.
Las saltadoras, incluidas Glory Alozie y Naroa Agirre, lo mejor de Espa?a
Muchas ma?anas de invierno c¨¢ntabro, de niebla, borrasca y lluvia, de fr¨ªo y humedad, entren¨¢ndose al aire libre, ha recordado Ruth Beitia, una larguirucha santanderina, c¨®mo le hirvi¨® la sangre durante los Mundiales de Helsinki al contemplar c¨®mo la sueca Emma Green, una saltadora con peor marca personal que ella, obten¨ªa la medalla de bronce en una final en la que ella no estaba por haber sido eliminada la v¨ªspera, una tarde lluviosa en Finlandia. Le herv¨ªa la sangre, se convenc¨ªa de que eso nunca la volver¨ªa a ocurrir y, al mismo tiempo, intentaba, junto a su entrenador, Ram¨®n Torralbo, no mirar al lado, no dejarse deslumbrar por el espejismo de un flamante m¨®dulo cubierto ya construido en la pista de La Albericia, a¨²n inutilizado por falta de equipamiento. Se trataba de eso, de temblar de fr¨ªo, de patinar al saltar, de padecer o de dejarlo. "Pero no, dejarlo, nunca. He trabajado mucho y duro y merezco estar aqu¨ª", dice Beitia, quien echa de menos a su lado a Torralbo. Pero ¨¦ste apenas viaja con su atleta. No puede ser entrenador full-time y trabaja como profesor de magisterio para completar el sueldo. "Y estoy muy orgullosa de que seamos las saltadoras espa?olas las que peleemos tan bien por Espa?a".
Pelear, pelear, Beitia lleva a?os peleando. Gracias a eso y a su calidad, su flexibilidad, su coordinaci¨®n, se convirti¨® el a?o pasado en la primera saltadora espa?ola en superar los dos metros. Y por ello poco despu¨¦s gan¨® la plata en los Europeos en pista cubierta de Madrid. Y por eso ayer estaba all¨ª, en el viejo palacio ol¨ªmpico moscovita, bati¨¦ndose el cobre con algunas de las mejores saltadoras mundiales. Con la rusa Slesarenko, por ejemplo, que es la campeona ol¨ªmpica, que ha saltado 2,06 metros, que ya hab¨ªa sido tambi¨¦n campeona mundial bajo techo. Con la croata Blanka Vlasic, tambi¨¦n, que este invierno hab¨ªa saltado 2,05 metros. O con la norteamericana Chaunte Howard, la subcampeona de Helsinki, o la ucraniana Vita Stiopina, que salta 2,02 metros. A todas ellas las mir¨® a la cara y a todas desafi¨®. Ninguna la asust¨®. Y, llegadas a 1,98 metros, la altura que har¨ªa la gran criba, s¨®lo ella, Vlasic y Slesarenko estaban all¨ª sin un solo nulo. Y la cuarta que hab¨ªa superado la altura, la rusa Savchenko, nunca hab¨ªa saltado tan alto. La medalla era cosa hecha, aunque no pudiera con los dos metros. No pudo. S¨®lo necesitaba que Savchenko, que saltaba tras ella, fallara tambi¨¦n su tercer intento para colgarse el bronce. Y all¨ª, mientras Vlasic y Slesarenko, las que pasaron los dos metros, se recuperaban, trataban de recobrar el pulso, ella contempl¨® con el coraz¨®n en el pu?o el ¨²ltimo salto de Savchenko. Cuando fall¨® la rusa, Beitia dio una patada en el suelo, dos palmadas y se sinti¨® plena. "No sab¨ªa cu¨¢l era mi puesto realmente", dijo; "pero no quer¨ªa dejar pasar la oportunidad otra vez. Y una medalla en unos Mundiales ya suena bien, ?no?".
Una medalla en unos Mundiales, y de plata nada menos, la tuvo colgada virtualmente Concha Montaner durante dos incre¨ªbles minutos. Fue tras su sexto salto, que la llev¨® hasta 6,76 metros, una marca muy cercana a su mejor vuelo en pista cubierta. Y la consegu¨ªa en una final, y en el ¨²ltimo intento, y en una competici¨®n en la que no ten¨ªa pensado tomar parte, y tras un invierno en el que hab¨ªa trabajado m¨¢s t¨¦cnica y fuerza que velocidad, un invierno incompleto. Todo sonaba a extraordinario, y m¨¢s teniendo en cuenta el historial de grandes promesas y grandes decepciones protagonizado por la saltadora valenciana. "Pero ya soy una mujer madura", declar¨® la atleta de L'Eliana. Y ya lo demostr¨® tras su primer salto v¨¢lido, en el segundo intento, 6,64 metros, una marca que en otras ocasiones la habr¨ªa dejado contenta, pero no ayer. "Fue un salto para asegurar", dijo; "despu¨¦s hice dos nulos muy largos y el ¨²ltimo, largu¨ªsimo. He sabido ir a m¨¢s. He demostrado mi madurez atl¨¦tica". Hace cuatro a?os, Montaner termin¨® cuarta en los Europeos de M¨²nich. Se fue llorando de la pista. Ayer sali¨® feliz con otro cuarto puesto. Y despu¨¦s de haberse cre¨ªdo segunda durante dos minutos. Pero tras el 6,76 que la dejaba segunda tras la inalcanzable rusa Kotova -siete metros en su primer intento-, salt¨® la campeona, la norteamericana Madison, que se fue hasta 6,80. Y luego la portuguesa Naide Gomes, que igual¨® su marca pero le quit¨® el bronce por tener mejor segundo salto: 6,75.
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