El car¨¢cter incre¨ªble de Mutola
Alguien hab¨ªa hecho correr la especie de que Mar¨ªa Mutola estaba acabada. Muchos lo creyeron. Muchos recordaron que hab¨ªa terminado la cuarta en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas y en los Campeonatos del Mundo de Helsinki. Muchos a?adieron a la combinaci¨®n sus repetidas lesiones, sus problemas musculares, sus 33 a?os... Muchos creyeron que se retirar¨ªa silenciosamente, como Kelly Holmes, una brit¨¢nica que es a la vez su amiga, su compa?era de entrenamientos y de vida en Johannesburgo (Sur¨¢frica) y, tambi¨¦n, la mujer que la derrot¨® en la ¨²ltima recta del estadio ateniense.
Pasados los Juegos, Holmes, que tambi¨¦n gan¨® el oro en los 1.500 metros, se encontr¨® sin motivaci¨®n para seguir siendo atleta. Lo ten¨ªa todo. Lo mismo podr¨ªa pensarse de su amiga Mutola, que hab¨ªa sido campeona ol¨ªmpica en Sidney y tres veces campeona mundial al aire libre y seis bajo techo.
Nadie daba un euro por Mutola. No en Mosc¨², donde la esperaba la terrible rusa Olga Kotlyarova, que arrasaba all¨ª donde corr¨ªa; la felina marroqu¨ª Hasna Benhassi, ¨¢gil y veloz. Muchos, casi todos, demostraron no conocer apenas nada a la mozambique?a, que ha dominado con pu?o de hierro la prueba de los 800 metros durante diez a?os y que ayer mostr¨®, ganando su s¨¦ptimo Mundial bajo techo, estableciendo un r¨¦cord imposible, que, pese a lo que digan, quiere seguir domin¨¢ndola.
A Mutola la conocen bien s¨®lo unas cuantas personas. Conocen su determinaci¨®n, su car¨¢cter de hierro, su ambici¨®n sin l¨ªmites... Gente como Margot Jennings, su entrenadora y amiga desde un d¨ªa de 1987 en que le lleg¨® a su club en Eugene (Oreg¨®n, Estados Unidos) una ni?a de 15 a?os que no hablaba m¨¢s que portugu¨¦s, que hab¨ªa destacado como la mejor jugadora de f¨²tbol de su colegio de Maputo y que hab¨ªa llegado a la costa norteamericana con una beca de Solidaridad Ol¨ªmpica. "En cuanto la vi correr, comprob¨¦ que era una fuerza de la naturaleza, un talento incre¨ªble que hab¨ªa que pulir", explicaba Jennings, llamada Margot en homenaje a la gran bailarina Margot Fonteyn y que antes que entrenadora de atletismo fue profesora de danza, titulada por la academia neoyorquina en que se inspir¨® la televisiva serie Fama. "Y, cuando vi que aguantaba todo un a?o con nosotros pese a no tener ni idea de ingl¨¦s, pese a que en todo Eugene s¨®lo encontramos una persona que hablara portugu¨¦s y nos ayudara, pese a que todas las explicaciones t¨¢cticas de c¨®mo ten¨ªa que correr se las ten¨ªa que dar usando fotograf¨ªas y dibujos..., cuando vi que sobreviv¨ªa, comprend¨ª que ten¨ªa un car¨¢cter ¨²nico".
El resto del mundo, los esc¨¦pticos, incr¨¦dulos y apresurados, comprob¨® el car¨¢cter incre¨ªble de Mutola cuando admir¨® ayer su actuaci¨®n de poco menos de dos minutos, de 1m 58,90s exactamente, en la pista del Palacio Ol¨ªmpico de Mosc¨². La mozambique?a aceler¨® desde la calle 3 nada m¨¢s o¨ªr el disparo de salida. Llegada a la calle libre, se puso la primera, agarr¨® la cuerda y en ella se qued¨®, desafiando a quien la quisiera desbordar. Muchas lo intentaron. Kotlyarova se quem¨® en la segunda calle intentando superarla. Otras desistieron. Mutola, una roca, inamovible, no perdi¨® ni una d¨¦cima la cabeza. Fue, una vez m¨¢s, insuperable.
Oficialmente, as¨ª lo pone en su licencia, Mutola, que dej¨® Eugene hace siete a?os agobiada por las alergias, vive en Johannesburgo, a 45 minutos en avi¨®n, a cuatro horas en coche, de su Maputo, de su barrio de chabolas de Machanculo, uno m¨¢s de la capital mozambique?a a la que ha donado una pista de atletismo, en la que mantiene una fundaci¨®n. Pero todo el mundo sabe que su casa est¨¢ realmente donde se encuentra su maleta y que ¨¦sta no est¨¢ nunca lejos de donde haya una pista, una competici¨®n de atletismo. El avi¨®n que la aleje hoy de Mosc¨² no tiene como destino ni Sur¨¢frica ni Mozambique ni Estados Unidos, sino Melbourne, la ciudad australiana en donde competir¨¢ en los Juegos de la Commonwealth, al aire libre, al calor del verano austral.
"El s¨¦ptimo Mundial ha sido algo muy especial", dijo; "me ha dado una nueva motivaci¨®n para continuar mi carrera".
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