El verdadero peso de Espa?a
El desarrollo de la econom¨ªa espa?ola en Am¨¦rica no encuentra su correspondencia en los ¨¢mbitos de decisi¨®n econ¨®micos y pol¨ªticos de la esfera internacional
Latinoam¨¦rica le ha dado a Espa?a el valor a?adido que, junto a la posesi¨®n de un idioma poderoso en expansi¨®n, hace que nuestro pa¨ªs sea hoy m¨¢s que una potencia media. La inversi¨®n exterior ha hecho que Espa?a adquiera una mayor importancia institucional internacional y que las compa?¨ªas fuertemente asentadas en el mercado latinoamericano cuenten con una ventaja suplementaria en la negociaci¨®n de las alianzas y los tratos empresariales. Am¨¦rica Latina es un plus que marca diferencias y que explica la convicci¨®n, asentada en los c¨ªrculos de analistas, diplom¨¢ticos y empresarios, de que la permanencia espa?ola all¨ª debe tener car¨¢cter estrat¨¦gico y proyectarse a trav¨¦s de planes de negocio a largo plazo. En el caso de las empresas, aceptar este planteamiento implica contar con la capacidad y la disposici¨®n a asumir los riesgos derivados de unas econom¨ªas con crisis c¨ªclicas, unas sociedades marcadas por la desigualdad social y la pobreza y unos procesos pol¨ªticos convulsos.
"Si hemos aguantado el tir¨®n, no como los franceses y otros extranjeros, es porque somos parte de esto"
Esta aventura permiti¨® a Espa?a ingresar en el selecto grupo de pa¨ªses con multinacionales
Hacer valer una comunidad ling¨¹¨ªstica de 22 pa¨ªses, con 22 millones de hispanos en Estados Unidos
Latinoam¨¦rica exige que la administraci¨®n involucre al sector privado y a la sociedad civil
Ahora que el giro pol¨ªtico en Latinoam¨¦rica sume en la incertidumbre a no pocas compa?¨ªas, conviene recordar que el riesgo-regi¨®n, riesgo-pa¨ªs abri¨® en el pasado a la banca espa?ola la ventana de oportunidad que le ha permitido adquirir una posici¨®n dominante, tanto en el negocio bancario como en el de las pensiones. Y es que los bancos espa?oles entraron masivamente en Am¨¦rica Latina cuando los norteamericanos levantaban el campo, escaldados tras haber perdido en la regi¨®n como consecuencia del tequilazo, la recesi¨®n mexicana de 1994, m¨¢s de 300.000 millones de d¨®lares, seg¨²n el c¨¢lculo de algunos analistas.
Esa situaci¨®n despejada de grandes competidores facilit¨® el frenes¨ª comprador -entre 1997 y 2002, el Santander adquiri¨® 27 bancos por 12.300 millones de d¨®lares y el BBVA compr¨® 34 entidades financieras por 7.800 millones de d¨®lares- y permiti¨® el crecimiento de las compa?¨ªas. Puede decirse que el riesgo de operar en un territorio de riesgo alej¨® el peligro de ser absorbidos por la competencia. Tal y como se pone de relieve en el libro El auge de las multinacionales espa?olas, obra del profesor Mauro F. Guill¨¦n, a lo largo de esa "d¨¦cada dorada", el valor en Bolsa de estas empresas espa?olas ha aumentado m¨¢s que el de sus rivales europeos. Las grandes compa?¨ªas han dejado de ser presa f¨¢cil para cualquier est¨®mago voraz y, por el contrario, son ellas ahora las que ocasionalmente dan prueba de su apetito. "Los espa?oles nos hemos quitado el complejo; al final, resulta que no somos m¨¢s bobos que la media universal", resume el director del Servicio de Estudios Econ¨®micos del BBVA, Jos¨¦ Luis Escrib¨¢.
Frente al mito acu?ado por la prensa anglosajona de que las multinacionales espa?olas son "valientes conquistadores que, llevados por la afinidad idiom¨¢tica y sin saber muy bien d¨®nde se met¨ªan, han tenido la fortuna de dar con una mina de oro", los especialistas espa?oles sostienen, sin minusvalorar la importancia de la lengua com¨²n, que el comportamiento empresarial espa?ol ha respondido, en realidad, a criterios racionales de necesidad y oportunidad. Seg¨²n sus an¨¢lisis, la salida internacional de las grandes empresas que, como Telef¨®nica, las el¨¦ctricas o los bancos, actuaban en r¨¦gimen de monopolio u oligopolio, fue algo as¨ª como una huida hacia delante provocada por la saturaci¨®n del mercado nacional, por la creaci¨®n del mercado ¨²nico europeo y por la consecuente amenaza de la absorci¨®n si no ganaban en tama?o y en cuota de mercado. Hicieron de la necesidad virtud, pero midieron los riesgos y exploraron convenientemente el terreno. Emilio Ontiveros, consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales (AFI), recuerda, por ejemplo, que el arranque del negocio bancario fue muy prudente y empez¨® por la domiciliaci¨®n bancaria de los recibos, algo novedoso en la regi¨®n, y otras operaciones b¨¢sicas de la banca al por menor.
Como ha indicado el ex corresponsal de The Times en Madrid, William Chislets, a finales de 1999 ganar un punto de cuota de mercado bancario alem¨¢n costaba unos 2.200 millones de d¨®lares, mientras que en Argentina s¨®lo costaba 196 millones y en M¨¦xico, 205. Pero es que, adem¨¢s, los intentos espa?oles por adquirir empresas europeas han tropezado con reticencias ajenas al negocio en sentido estricto. "A las grandes empresas alemanas, francesas, italianas no les gusta que el comprador sea una empresa espa?ola, no quieren que venga un espa?olito a comprarlas", se?al¨® el presidente de Mapfre, Jos¨¦ Manuel Mart¨ªnez, al diario Cinco D¨ªas. Seg¨²n el ex gobernador del Banco de Espa?a, Luis ?ngel Rojo, esa reticencia es una de las razones que ha llevado a los bancos espa?oles a invertir en Latinoam¨¦rica.
El caso es que la "loca aventura espa?ola" ha pasado a ser considerada un alarde de sagacidad y buen hacer profesional, una haza?a que ha permitido a Espa?a ingresar en el selecto grupo de pa¨ªses con grandes multinacionales y dar un salto de gigante en la globalizaci¨®n. Sobre todo porque, para perplejidad de los analistas internacionales, particularmente aquellos que creyeron que la expansi¨®n hispana era una aventura an¨®mala y condenada al fracaso, las entidades financieras espa?olas han resistido con ¨¦xito el terremoto econ¨®mico con epicentro en Argentina que en enero de 2002 llev¨® a este pa¨ªs a la suspensi¨®n de pagos. Contra lo que vaticinaban algunos expertos, el tangazo no se llev¨® por delante a las grandes empresas espa?olas, aunque produjo un destrozo general enorme y condujo directamente a la ruina a un pu?ado de firmas. De acuerdo con los c¨¢lculos de los economistas Bl¨¢zquez y Sebasti¨¢n, el impacto de la crisis argentina le supuso a Espa?a entre 1998 y 2002 el 1,1% del PIB, porcentaje al que, seg¨²n los mismos autores, habr¨ªa que descontarle el 0,3% por la cualitativa aportaci¨®n a nuestro pa¨ªs de los inmigrantes argentinos que vinieron empujados por la recesi¨®n.
El profesor Mauro F. Guill¨¦n afirma que las empresas pudieron capear el temporal sin da?os irreversibles, gracias a la fortaleza misma de la econom¨ªa espa?ola y a las medidas de provisi¨®n anticipada de fondos auspiciada por el Banco de Espa?a. El resultado de esa crisis ha sido la "destrucci¨®n creativa" consustancial al capitalismo de la que hablaba Shumpeter, un paisaje despu¨¦s de la batalla que ofrece nuevas oportunidades a los supervivientes, que han salido de la prueba maltrechos pero cargados de experiencia y reforzados en su reputaci¨®n. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, no ha ahorrado elogios a la fortaleza del sistema bancario espa?ol, a la actitud previsora "visionaria" y "pionera" que le ha permitido resistir al desastre.
La lectura de esta experiencia anima a pensar que el riesgo, consustancial a la regi¨®n, es fuente tambi¨¦n de oportunidades; as¨ª que se tratar¨ªa de minimizarlo y no de esperar a que desaparezca de la escena. Pero, ciertamente, el panorama no invita a la euforia, puesto que el aumento de las congeladas tarifas de electricidad, agua, gas o tel¨¦fono es una medida tan impopular que dif¨ªcilmente ser¨¢ adoptada por los actuales gobernantes. Y el caso es que la rentabilidad de las inversiones en el sector servicios depende precisamente de la actualizaci¨®n de las tarifas. A la falta de costumbre de pago por los servicios b¨¢sicos se une la ausencia de sistemas reglados para la regulaci¨®n tarifaria, con lo que, frecuentemente, todo queda sujeto al arbitrio o a la arbitrariedad del poder. Los empresarios espa?oles no han olvidado que Uni¨®n Fenosa tuvo que abandonar la Rep¨²blica Dominicana con grandes p¨¦rdidas por la imposibilidad de cobrar las tarifas y ante la inhibici¨®n de las autoridades de ese pa¨ªs.
En Argentina, por ejemplo, Gas Natural ha cerrado el ¨²ltimo ejercicio con tan s¨®lo un 2% de beneficio, y Edesur, la filial de Endesa, ha terminado el a?o con p¨¦rdidas de 42 millones de pesos, 14 millones de euros, despu¨¦s de asumir a efectos contables los 53 millones de pesos en multas administrativas acumuladas desde 2001. Pese a estos resultados, el presidente de Edesur, Jos¨¦ Mar¨ªa Hidalgo, se muestra convencido del futuro de la empresa. "Hemos evitado la quiebra y seguimos ofreciendo un servicio de calidad a bajo precio. Soy optimista porque creo que Latinoam¨¦rica es nuestro natural destino inversor. Mire, si nosotros hemos podido aguantar el tir¨®n, al contrario que los franceses y otros extranjeros, es porque los espa?oles somos parte de esto. Les conocemos mucho mejor y no nos arrugamos tan f¨¢cilmente", indica.
Tampoco los dos grandes bancos espa?oles que tienen en la regi¨®n activos por valor de 140.000 millones de euros est¨¢n por tirar la toalla. "En los dos pr¨®ximos a?os, el BBVA invertir¨¢ en la regi¨®n 5.000 millones de euros", anuncia Jos¨¦ Luis Escrib¨¢. "Los datos de crecimiento, la evoluci¨®n de las exportaciones de materias primas: petr¨®leo, gas, cobre, soja, a China e India y la solidez de los sistemas financieros nos llevan a pensar que el actual periodo de bonanza econ¨®mica ser¨¢ m¨¢s largo que los anteriores", indica. El hecho de que los nuevos Gobiernos hayan llegado al poder por v¨ªas democr¨¢ticas y con mayor¨ªas fuertes constituye, en s¨ª mismo, un elemento de estabilidad que sumar al favorable panorama macroecon¨®mico.
"Tenemos por delante un intenso a?o electoral, pero estoy convencido de que, al contrario que en otros periodos similares, esta vez no va a haber una alta volatilidad [fuga de capitales] financiera, ni aumentar¨¢n significativamente las primas de riesgo-pa¨ªs", afirma. Obviamente, los grandes obst¨¢culos de ese cuadro optimista son la inseguridad jur¨ªdica, la ruptura de los contratos y la animadversi¨®n hacia las empresas espa?olas, alentada en ocasiones desde los poderes p¨²blicos. Es cierto tambi¨¦n que los excesos en las privatizaciones del agua o la electricidad y los errores de las empresas que respondieron a los impagos con la amenaza del corte del suministro, han pasado una gruesa factura a la imagen de las compa?¨ªas espa?olas en un momento en el que el evismo indigenista boliviano se suma al chavismo autoritario venezolano, al lula¨ªsmo brasile?o -la gran esperanza de la izquierda- y al consabido castrismo dictatorial cubano.
"Ch¨¢vez anda con la chequera de petrod¨®lares tratando de comprar el liderazgo regional, pero por muchas efusiones de afecto que se produzcan, en el caso de Argentina y de Brasil no creo que la cosa pase de ser una relaci¨®n instrumental, utilitaria", indica el analista del diario Clar¨ªn, Marcelo Bonelli. M¨¢s dudas suscita, desde luego, la aparente alianza Ch¨¢vez-Evo Morales-Castro, aunque en el entorno del presidente boliviano se tiene buen cuidado en marcar el espacio propio. En efecto, el movimiento indigenista tiene poco que ver culturalmente con el castrismo caribe?o y el chavismo, pero posee un gran potencial revolucionario en la medida en que trasciende las fronteras bolivianas para enlazar con las poblaciones ind¨ªgenas de Per¨², Ecuador e incluso M¨¦xico.
Como han podido comprobar las empresas espa?olas directamente afectadas, la reclamaci¨®n de la "pachamama" (la tierra madre) con todas sus riquezas, petr¨®leo, gas, coca, agua..., es el mensaje que se difunde a las comunidades ind¨ªgenas hermanas, entre las apelaciones a la bella cultura andina de Tiguanaco y al prop¨®sito de recuperar aquel Cuzco m¨ªtico que, por lo visto, irradi¨® su fuerza sobre el universo conocido. Y sin embargo, pese a la proyectada nacionalizaci¨®n de los recursos, al nombramiento como ministro de Hidrocarburos del mismo dirigente que llam¨® contrabandistas a los directivos de Repsol YPF y a la extravagante afirmaci¨®n del presidente, que ha declarado el final de 500 a?os de colonizaci¨®n, hay hombres de empresa que defienden la necesidad de apoyar a Evo Morales.
"Hay que tener en cuenta la ancestral miseria y marginaci¨®n de los ind¨ªgenas bolivianos, el abismo cultural que nos separa de ellos y el hecho mismo de que Evo Morales es el elemento moderado de ese movimiento y necesita a Espa?a para salir del aislamiento", indica. Ciertamente, los pa¨ªses latinoamericanos necesitan no s¨®lo las grandes inversiones espa?olas en infraestructuras, sino tambi¨¦n el apoyo pol¨ªtico y diplom¨¢tico que nuestro pa¨ªs puede brindarles en la esfera internacional. A su vez, Espa?a necesita hacerse ¨²til a Am¨¦rica Latina, manifiestamente ¨²til, para conformar esa comunidad hispana y ejercer un papel de mayor relevancia internacional.
Junto al grave problema de la imagen, ¨¦se es, precisamente, el tal¨®n de Aquiles de Espa?a en la actualidad, sostiene el profesor Mauro F. Guill¨¦n. "A pesar de su extraordinaria expansi¨®n econ¨®mica, Espa?a se encuentra a la zaga de los pa¨ªses verdaderamente avanzados", afirma, "porque tiene una desventaja cualitativa en cuanto a poder e influencia". En efecto, nuestro pa¨ªs est¨¢ fuera del G-8 y del G-10, carece de representaci¨®n permanente en el FMI, aunque el ex ministro Rodrigo Rato ocupe actualmente el puesto de director gerente, y tampoco es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU. Su peso econ¨®mico no tiene correspondencia en la esfera pol¨ªtica internacional, ni en los organismos financieros, y eso le impide defender adecuadamente sus intereses y asumir un liderazgo.
"Espa?a tiene que mejorar su presencia internacional en los organismos multilaterales y ser el interlocutor de Am¨¦rica Latina en el plano internacional", enfatiza Jos¨¦ Luis Curbelo, director de Inversi¨®n de Cofides. "Ser¨ªa deseable", dice, "que hubiera espa?oles en puestos destacados del Banco Interamericano de Desarrollo y que pint¨¢ramos bastante m¨¢s en el Banco Mundial".
Ejercer un liderazgo internacional requiere, desde luego, una apuesta inversora en diplomacia y acci¨®n exterior que Espa?a no ha realizado. "Necesitamos tambi¨¦n una clase pol¨ªtica m¨¢s interesada y con m¨¢s conocimientos en pol¨ªtica internacional", apunta el analista Fernando Delage. A juicio de Jos¨¦ Luis Curbelo, el caso de Latinoam¨¦rica exige que la Administraci¨®n coordine sus diversos instrumentos de acci¨®n e involucre al sector privado y a la sociedad civil, tanto espa?oles como del resto de los pa¨ªses latinoamericanos, en un nuevo tipo de lo que denomina "diplomacia p¨²blica", complementaria de la convencional.
La directora de Relaciones Econ¨®micas Internacionales, Mar¨ªa Jes¨²s Figa, asegura que el Gobierno es plenamente consciente de lo que Espa?a se est¨¢ jugando en Am¨¦rica Latina. En su opini¨®n, el establecimiento en Salamanca de la Secretar¨ªa General Permanente de las Cumbres Iberoamericanas, bajo la direcci¨®n de Enrique Iglesias, ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, es una gran apuesta por oficializar la comunidad iberoamericana. "Tenemos que hacer valer el peso de esta comunidad ling¨¹¨ªstica de 22 pa¨ªses que tiene, adem¨¢s, a 40 millones de hispanos en EE UU. Estamos trabajando mucho", dice, "en crear tejidos administrativos entre nosotros, en reforzar los puentes institucionales con Europa, en engrasar las comunicaciones entre la UE y Mercosur y en llevar a los ¨¢mbitos comunitarios los intereses latinoamericanos".
Gobierno y empresas espa?olas han acometido grandes planes de infraestructuras, como el Plan Puebla de Panam¨¢, la carretera que unir¨¢ Brasil, Bolivia y Per¨², o el tren (500 millones de euros) dise?ado para que las gentes de los suburbios de Lima accedan r¨¢pidamente al centro de la capital. Espa?a est¨¢ dispuesta a otorgar un cr¨¦dito blando al Gobierno peruano para que pueda subvencionarse el servicio, de forma que el tren de los espa?oles sea utilizado por todo el mundo. En aplicaci¨®n de los modelos de pol¨ªtica p¨²blica-privada, se dise?an f¨®rmulas creativas para la realizaci¨®n de programas integrales de carreteras, gas, electricidad, al tiempo que se ha incrementado la ayuda oficial al desarrollo hasta los 613 millones de euros anuales en un territorio declarado ¨¢mbito prioritario de actuaci¨®n.
El Observatorio para Empresas de Latinoam¨¦rica que dirige Miguel Sebasti¨¢n realiza, por su parte, un seguimiento tan minucioso como discreto de los avatares empresariales espa?oles al otro lado del oc¨¦ano y facilita los an¨¢lisis que inspiran a la acci¨®n exterior espa?ola. En paralelo a esta nueva estrategia de intervenci¨®n, el mercado internacional para valores latinoamericanos, Latibex, creado por el Gobierno espa?ol en diciembre de 1999, est¨¢ funcionando con relativo ¨¦xito, ya que en este periodo ha conseguido la participaci¨®n de una treintena de compa?¨ªas, casi una tercera parte de los valores de la regi¨®n que cotizan en la Bolsa de Nueva York. Los analistas ven ah¨ª otra se?al alentadora que puede ayudar a conformar y a desarrollar la actual comunidad de intereses.
Un objetivo mayor -por lo general, las empresas espa?olas pagan salarios m¨¢s altos que la media- ser¨ªa fomentar la creaci¨®n de las clases medias latinoamericanas, el elemento que aportar¨ªa a estos pa¨ªses la estabilidad y el progreso que tambi¨¦n precisa la inversi¨®n espa?ola. Pese a la necesidad de diversificar la inversi¨®n y a los recelos y frustraciones que suscita el panorama pol¨ªtico actual, parece claro que Espa?a ha vuelto a Am¨¦rica Latina para quedarse.
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