Cerrado por defunci¨®n
El Tribunal de La Haya clausura el proceso contra Milosevic entre cr¨ªticas a la fiscal
El proceso contra Slobodan Milosevic qued¨® ayer cerrado por defunci¨®n. Patrick Robinson, presidente de la sala que le juzgaba por genocidio y cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, lament¨® que la muerte del encausado haya privado a las v¨ªctimas de las guerras de los Balcanes de una sentencia firme. Fuera del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), con sede en La Haya, arreciaron las cr¨ªticas hacia la fiscal jefe, Carla del Ponte. Se le achaca haber alargado demasiado el proceso al acumular, en un solo juicio, todos los delitos presuntamente cometidos por el fallecido en Kosovo, Bosnia y Croacia.
El cierre formal del proceso contra Milosevic dur¨® apenas unos minutos. El juez expres¨® su pesar por la defunci¨®n y sus consecuencias para el buen curso de la justicia, y levant¨® la sesi¨®n. Fue la ¨²ltima y la m¨¢s inesperada del primer juicio contra un ex jefe de Estado por genocidio. Para Del Ponte, la desaparici¨®n de Milosevic ha sido muy dura, y su actuaci¨®n est¨¢ siendo muy criticada. Ella recuerda que la obligaci¨®n del TPIY es averiguar la verdad de lo ocurrido y hacer justicia a las v¨ªctimas.
Seg¨²n sus detractores, de haberse concentrado, por ejemplo, en el sumario de Kosovo, lo habr¨ªa logrado. Como presidente yugoslavo, Milosevic orden¨® en 1998 el env¨ªo de tropas a la provincia, de mayor¨ªa albanesa. El acta de acusaci¨®n le se?alaba como responsable de deportar a 800.000 albaneses y del asesinato de centenares.
Pero la idea de Del Ponte era m¨¢s ambiciosa. Y correcta, desde el punto de vista procesal. Calific¨® todos los delitos de conexos porque sobre ellos planeaba la idea de la Gran Serbia. Una patria s¨®lo para los serbios. Por eso, recibi¨® complacida el pasado a?o la decisi¨®n de los jueces de apelaci¨®n del TPIY de que no se dictara un fallo exclusivo para el sumario de Kosovo. "La personificaci¨®n de la tenacidad", uno de los apodos de la fiscal, no ocult¨® ayer su decepci¨®n al asistir al cierre forzoso del juicio que le ha absorbido durante los ¨²ltimos cuatro a?os.
Por otra parte, las dudas acerca de las obligaciones de la ONU y de Holanda en la vigilancia de Milosevic en la c¨¢rcel del TPIY siguen sin despejarse. Naciones Unidas y La Haya firmaron en 1994 un acuerdo que fijaba la seguridad y el orden del centro penitenciario, pero la primera retiene la responsabilidad sobre la detenci¨®n. Con estrictas normas de control de los internos y de sus visitas, la posibilidad de que Milosevic hubiera tomado por su cuenta medicinas nocivas no encajar¨ªa.
El TPIY recuerda que todos los visitantes, abogados y m¨¦dicos externos incluidos, est¨¢n sujetos a las mismas revisiones de su ropa y enseres. S¨ª es verdad que los asesores legales de los internos disfrutan de confidencialidad durante sus reuniones. El ex presidente, que asum¨ªa su propia defensa, les ve¨ªa en su oficina particular a puerta cerrada, sin c¨¢maras ni altavoces. Eran tambi¨¦n los ¨²nicos que pod¨ªan darle "documentos relativos al caso que no eran le¨ªdos por nadie m¨¢s". Las conversaciones telef¨®nicas privadas tampoco se grababan.
En cuanto a los m¨¦dicos, Milosevic pod¨ªa pedir la presencia de los suyos particulares de Serbia. Las medicinas recetadas y su administraci¨®n eran controladas por el oficial m¨¦dico de la c¨¢rcel. A pesar de estas cribas, Gerard Strijards, experto en Derecho Penal Internacional, ha advertido que Holanda sigue siendo responsable de la seguridad y trato recibido por los reclusos del TPIY. "Est¨¢n en nuestro territorio", ha dicho. Y les vigilan guardas de la ONU y de la propia c¨¢rcel holandesa.
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