Arturo P¨¦rez-Reverte traza el horror de la guerra en un mural
El escritor presenta su novela 'El pintor de batallas' con Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Ron
El p¨²blico les recibi¨® con un fuerte aplauso apenas hab¨ªan traspasado el umbral de la puerta del auditorio del Museo Reina Sof¨ªa de Madrid Arturo P¨¦rez-Reverte y Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Ron. El escritor y el cient¨ªfico, acad¨¦micos ambos, sorprendidos por la espontaneidad del p¨²blico, se dirigieron al escenario donde estaba prevista la presentaci¨®n de El pintor de batallas (Alfaguara), la nueva novela del escritor cartagenero. Arropados por las obras de Ucello, Goya y Brueghel, hablaron de la vida, de los cuadros y de la guerra, los tres ejes en los que se articula la novela.
Media hora antes del comienzo del acto, m¨¢s de un centenar de personas hac¨ªa cola bajo la cubierta dise?ada por Jean Nouvel para asistir a la presentaci¨®n de El pintor de batallas. En el flamante y abarrotado auditorio del Reina Sof¨ªa, con capacidad para m¨¢s de 400 personas, compartieron butaca el director y el vicedirector de la Real Academia Espa?ola, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, respectivamente; Emiliano Mart¨ªnez, presidente del Grupo Santillana; la editora Amaya Elezcano; los escritores Javier Mar¨ªas y Ray Loriga; los cineastas Pedro Olea y Agust¨ªn D¨ªaz-Yanes y el fot¨®grafo Gervasio S¨¢nchez.
Empezaron en broma disculp¨¢ndose por llevar corbata. P¨¦rez-Reverte, para defender su reputaci¨®n, y S¨¢nchez Ron, para disculparse porque iba a hablar de algo a lo que no est¨¢ acostumbrado, de literatura. Lo de la broma estuvo bien porque la cosa se puso seria nada m¨¢s arrancar el di¨¢logo que sostuvieron con algunas de las obras que se citan en la novela como testigos reflejados en una pantalla. El triunfo de la muerte, de Brueghel, fue el primero de los cuadros que sali¨® a colaci¨®n para hablar del horror. "El cuadro refleja el n¨²cleo central de la novela, donde no queda resquicio para la esperanza", empez¨® S¨¢nchez Ron. Del lienzo cont¨® luego P¨¦rez-Reverte que era uno de los grabados que ten¨ªa su abuelo guardados en la biblioteca de su casa. "Me impresionaba el paisaje desolado del primer plano, pero con el tiempo empec¨¦ a fijarme en el fondo del cuadro, en los incendios, la torre junto a la playa, y descubr¨ª que all¨ª se encontraba la clave del horror", asegur¨®. Despu¨¦s se hizo corresponsal de guerra y decidi¨® conocer directamente todo lo que representaba la imagen reflejada en la pintura. "Mi vida ha sido un viaje por ese cuadro. Ahora entiendo lo que pasa en primer plano; lo que cuando era ni?o eran pesadillas ahora se han convertido en fantasmas. La guerra es el s¨ªmbolo de la vida, nunca he visto all¨ª m¨¢s horror o sufrimiento que no haya visto aqu¨ª", a?adi¨® el escritor.
De la pintura pasaron a la fotograf¨ªa y a los art¨ªculos period¨ªsticos. "El mundo est¨¢ lleno de malditas fotos", asegura el protagonista de la novela, y P¨¦rez-Reverte parece estar de acuerdo con esa opini¨®n. ?l lo argumenta as¨ª: "Ahora ves un ni?o destripado en Angola y puede tratarse de un anuncio de moda o de las fuerzas armadas, ¨¦stas que se han inventado ahora. Yo no pretendo hacer justicia ni que el mundo sea mejor, lo que pretendo es desahogarme". Al hilo de esta reflexi¨®n, el escritor expres¨® su desprecio por los cobardes, los que callan y los que acaban convirti¨¦ndose en c¨®mplices de lo que ocurre. Para finalizar, los dos acad¨¦micos hablaron sobre el papel del hombre y las reglas implacables que sostienen la vida y la guerra. Como cient¨ªfico, S¨¢nchez Ron parece tener una visi¨®n menos desesperanzadora que P¨¦rez-Reverte.
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