El Plan de Acci¨®n Territorial del Litoral. Teor¨ªa y pr¨¢cticas
Un concejal de urbanismo en un municipio costero del Pa¨ªs Valenciano explicaba el protocolo del asunto. Primero un plan con palabras tan grandilocuentes como huecas (desarrollo sostenible, calidad...) a modo de neutralizador general, despu¨¦s "dejar hacer" y "dejar pasar"; a continuaci¨®n presentar sugestivos proyectos urban¨ªsticos, por supuesto residenciales, que hagan inevitables las recalificaciones de suelo, y por ¨²ltimo observar complacidos la compra-venta de suelo sobre todo si ¨¦sta llega a cuantas m¨¢s familias de agricultores minifundistas mejor. El orden de las fases indicadas no altera el producto final, que es ofrecido por una implacable maquinaria inmobiliaria-residencial con antenas en administraciones p¨²blicas y privadas.
Ante la disyuntiva de a grandes problemas grandes remedios, el plan apuesta por dejar fluir la inercia de colmatar el litoral
Como documento analizado desde la perspectiva tur¨ªstica, el Plan de Acci¨®n Territorial del Litoral (PATL) de la Consejer¨ªa de Territorio y Vivienda podr¨ªa inscribirse en la primera fase. El PATL, recogiendo informes de ¨¢mbitos acad¨¦micos e investigadores, reconoce la importancia del turismo para la regi¨®n y se?ala sus problemas territoriales en el litoral: masiva y excesiva ocupaci¨®n del suelo; importante presi¨®n sobre los recursos naturales y destrucci¨®n del paisaje identitario; vocaci¨®n puramente inmobiliaria de las acciones edificatorias que generan densificaci¨®n y congesti¨®n, as¨ª como escaso valor a?adido restando calidad medioambiental; urbanizaci¨®n compulsiva; planeamiento inconexo y sobredimensionado;.... Puntos d¨¦biles que califica de "amenazas" sum¨¢ndose a los diagn¨®sticos fuertemente cr¨ªticos (el ¨²ltimo el informe Fourtou) con el modelo de desarrollo adoptado, que tiene como presunto fundamento el turismo en el litoral, pero que en realidad ¨¦ste no es sino una excusa para que la espiral de la operaci¨®n inmobiliaria contin¨²e a buen ritmo, como denuncian todos los empresarios propiamente tur¨ªsticos.
Los importantes problemas territoriales del turismo est¨¢n estrangulando su desarrollo como actividad socioecon¨®mica plurisectorial, transversal y positiva, por lo que se hace necesario identificar nuevas oportunidades territoriales y proponer objetivos de nuevas formas de ordenar y gestionar las zonas costeras buscando un desarrollo territorial m¨¢s sostenible, siendo respetuosos y exigentes con los proyectos e incluso reconducir situaciones all¨ª donde sea posible. Es por eso que no se entiende por qu¨¦ el PATL, participando del diagn¨®stico, opta por unos criterios restringidos y convencionales y menos a¨²n por unas estrategias contemporizadoras cuando no tradicionales y timoratas. Ante la disyuntiva de a grandes problemas grandes remedios, el PATL apuesta por dejar fluir la inercia de colmatar el litoral. No se esperaban, no es el lugar, moratorias ni desclasificaciones de suelo, pero s¨ª que alguna acci¨®n apuntara como m¨ªnimo bien a incrementar reservas de suelo en las poqu¨ªsimas ventanas costeras que quedan, bien a dise?ar alguna estrategia revisionista del modelo que, encabezada por la Generalitat a t¨ªtulo de dar ejemplo, disuadiera de la marinadorizaci¨®n que nos est¨¢ caracterizando.
Parece ser que la experimentada empresa consultora redactora del PATL, que ha trabajado en medio mundo, hasta en Tomboctou, jug¨® al ataque en una buena primera parte del partido triangulando bien las fases de an¨¢lisis y diagn¨®stico. Sin embargo, tras el descanso y con las nuevas instrucciones del entrenador, ha planteado una segunda parte a la defensiva, sin arriesgar, con proposiciones y actuaciones encaminadas a contemporizar y a aguantar el resultado.
Se comprende que el PATL tenga como uno de los grandes problemas a resolver la compatibilizaci¨®n de la actividad tur¨ªstica con el desarrollo urban¨ªstico y la implantaci¨®n territorial de ambos, pero las soluciones estrat¨¦gicas a medio plazo no pasan por seguir recetando principios del pasado a problemas acuciantes del presente. Desde la perspectiva tur¨ªstica y territorial las 26 estrategias propuestas se muestran convencionales y anticuadas, cuando no contradictorias. El programa de actuaciones es, en fin, una operaci¨®n rescate de proyectos m¨¢s o menos manejados por la Generalidad envueltos en un discurso estrat¨¦gico al uso. Ve¨¢moslo.
Algunas de las propuestas m¨¢s novedosas como la creaci¨®n de una Red de Espacios Naturales Protegidos -ENP- o la flamante V¨ªa Litoral Valenciana ya aparecen como tales en el a?ejo Cat¨¢logo de V¨ªas Pecuarias de Inter¨¦s Natural o son fotocopia del proyecto de la V¨ªa Augusta que ha pasado a la oferta tur¨ªstica regional poco m¨¢s que a t¨ªtulo de inventario. M¨¢s antigua a¨²n es la idea de usar los puertos para peque?os cruceros tur¨ªstico-recreativos-pesqueros. El estupor de los empresarios que desde hace d¨¦cadas llevan turistas en peque?os barcos a las islas valencianas o los pasean por el entorno de las grandes rocas cercanas a la costa, est¨¢ servido.
Un tanto perplejos nos deja el PATL cuando insiste una y otra vez en el t¨¦rmino "turismo ambiental" como objetivo a lograr para diversificar la oferta tur¨ªstica. Deber¨ªa explicar a qu¨¦ se refiere, ya que si se asimila al concepto m¨¢s ortodoxo en el discurso cient¨ªfico de "ecoturismo" o "turismo en la naturaleza", est¨¢ desenfocado, ya que nuestros ENP no tienen la envergadura necesaria para generar por s¨ª mismos frecuentaciones tur¨ªsticas suficientes como pueden desarrollar por ejemplo los Parques Nacionales, de los que, por cierto, carece el Pa¨ªs Valenciano. Por supuesto que crear centros de informaci¨®n en los ENP o rehabilitar patrimonio monumental en los "nodos de identidad", un tema menor y colateral, tampoco deben ser supongo todo el fundamento del "turismo ambiental", una de las claves tur¨ªsticas del PATL.
Causa sorpresa comprobar c¨®mo los proyectos Mundo Ilusi¨®n y Ruta Azul son calificados en el PATL como "modelos territoriales que mejorar¨¢n d¨¦ficits observados" y "operaciones estrat¨¦gicas que contribuir¨¢n a la proyecci¨®n internacional de la Comunidad Valenciana". Si son, ser¨¢n lo que no dicen ser: dos grandes operaciones de base inmobiliaria extensiva auspiciadas por la Generalitat que m¨¢s que recualificar y diversificar la oferta tur¨ªstica, sobre todo la primera, agudizar¨¢n los problemas territoriales que merman nuestra competitividad tur¨ªstica. Operaciones que en el fondo y en la forma, adem¨¢s, est¨¢n en contradicci¨®n con el modelo de ocupaci¨®n intensiva -modelo Benidorm- que se dice querer potenciar en el PATL, llegando a una conclusi¨®n que, por ejemplo M. Gaviria o J. M. Iribas llegaron, por caminos distintos, hace ya m¨¢s de 30 a?os.
Lejos de la novedad siguen estando tanto la actuaci¨®n para que los destinos tur¨ªsticos vacionales-residenciales de las grandes periferias urbanas hagan pol¨ªticas para transformar segundas residencias en permanentes, como que los municipios litorales se interesen por desarrollar complejos mixtos residenciales-asistenciales-ocio para la tercera edad. Para el primer caso, entre otros, los ayuntamientos de Benic¨¤ssim o Sant Joan son un buen ejemplo de incremento censal desde hace lustros; para el segundo, las ¨¢reas litorales de la Plana, la Marina o el Bajo Segura, v¨ªa complejos de salud, cuidados y belleza, ya conocen iniciativas exitosas. Un intelectual valenciano, costero, muerto en 1992, ya lo ve¨ªa venir: al final todos camareros o enfermeros.
C¨®mo no, el PATL habla de campos de golf. Diferencia entre lo que clasifica como "positivos", es decir, los propiamente tur¨ªsticos, los que anhelamos porque benefician a los profesionales del sector y al inter¨¦s general y los que califica como "menos justificables", es decir los que presentan elementos adicionales de urbanizaci¨®n incrementando las segundas residencias y que son el modelo a seguir por la pr¨¢ctica totalidad de proyectos presentados. Sin embargo, estos ¨²ltimos si acreditan recursos h¨ªdricos suficientes e integraci¨®n paisaj¨ªstica de actuaciones, se les considera igual de "aptos y deseables" no s¨®lo en los municipios litorales, sino tambi¨¦n en todos lo que est¨¢n desde la AP-7 hacia el interior. No mostrar prioridad absoluta por el primer modelo despu¨¦s de la que est¨¢ cayendo es toda una declaraci¨®n de intenciones.
En suma, el PATL no ha asumido, interioriz¨¢ndolo a todos los efectos, que el litoral del pa¨ªs es una de las costas europeas de mayor calidad y que como tal es el principal recurso sobre el que se sustenta la actividad tur¨ªstica valenciana. De forma que su productividad y competitividad, cuyo futuro se caracterizar¨¢ por un distanciamiento de las pautas marcadas por el modelo del turismo de masas, va a depender positivamente del estado de la calidad del medio ambiente litoral. Mal vamos, y no es que estemos muy bien, si no entendemos por la v¨ªa de los hechos que el litoral es un atributo del producto tur¨ªstico y a la vez un factor de producci¨®n necesario para desarrollar la propia actividad tur¨ªstica que, no lo olvidemos, se basa, ni m¨¢s ni menos, en que la costa siga siendo objeto de deseo. Todos, aunque no lo sepan, nos jugamos mucho.
Emilio M. Obiol pertenece al Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local de la Universitat de Val¨¨ncia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.