Humor de los a?os cincuenta
Estas peque?as editoriales, que ponen sus muestras en la cuneta del polvoriento camino por donde atraviesan, a exagerada velocidad, pavos reales de falso plumaje, famas que duran el paso de la caravana de los americanos de Berlanga, qu¨¦ valor le echan, y m¨¢s si adem¨¢s se especializan, tozudamente, en vivir del cuento, o sea en editarlo, y encima rescatan autores borrados, que fueron y ya no son: simplemente porque, en el mismo solar, se levanta otra casa de pisos, ni mejores ni peores, otros, m¨¢s j¨®venes, s¨ª, no siempre m¨¢s listos. Los desalojados, a la reserva india. Todo esto viene a cuento -nunca mejor dicho- por este pu?ado de relatos recuperados de Daniel Sueiro, un escritor que fue y que acab¨® en historiador del momento en la transici¨®n, fallecido hace veinte a?os, y punto. Sueiro, periodista, guionista de cine (de Saura, de Bardem: El puente, aquella pel¨ªcula de la transici¨®n estaba basada en S¨®lo de moto, una de sus historias), empez¨® con los relatos, algunas novelas (tuvo un Premio Alfaguara, la Alfaguara de Huarte, de Cela, donde premiaron a Torbado, a Vicent, a Grosso); cuentos que enviaba, y algunos regresaban galardonados, con algunas pesetas (las cobraba en las ventanillas del relato Al fondo del pozo, terrible, cruel, atroz, humor negro a paletadas, relato ¨¤ clef, para quien pueda identificarlos, a los Ruanos, a los Alc¨¢ntara, burocracia franquista-literaria, Prensa del Movimiento, juegos florales, la vendimia, la Virgen de los Remedios, unas pesetas; en fin, literatura de aqu¨¦lla). Y resulta que ahora se desempolva Los conspiradores, un buen libro de cuentos que obtuvo en 1959 el Premio Nacional de Literatura, lo que no impidi¨® que tardara en publicarse, pues sali¨® en 1964 (XXV de Paz, los m¨¢s viejos del lugar lo recordar¨¢n). Y es un libro, s¨ª, que se puede leer muy bien ahora (hasta creo que m¨¢s de un(a) joven escritor(a) podr¨ªa aprender), todo lo realsocialista que se quiera, todo lo de generaci¨®n de la berza que se quiera, pero es un buen relato el de Las siestas (con el obrero andaluz y la pareja de espa?olitos del desarrollo y una persiana bajada por medio) y es sarc¨¢stico y valiente el de Hora punta y es atrozmente divertido -Azcona, Ferreri, El cochecito, El pisito- el de Mi asiento en el tranv¨ªa: hab¨ªa que echarle valor con tanto caballero mutilado y tiene mucho de absurdo y de kafkiano la historia del viejo que espera una llamada. Y es terrible y directo el relato Viaje en bicicleta (que no s¨¦ por qu¨¦ no se incluye en la edici¨®n de Cuentos completos, de Alianza Tres, de 1988, descatalogada). Y es franquista-estalinistamente desviacionista El regreso de Frank Loureiro, una novela corta que va progresivamente encabron¨¢ndose. As¨ª que mire usted por d¨®nde Los conspiradores, de 1959-1964, nos aguanta hoy perfectamente la mirada.
LOS CONSPIRADORES
Daniel Sueiro
Menoscuarto. Palencia, 2005
250 p¨¢ginas. 15 euros
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