Un limpiabotas contra Hitler
Bernardo Jerochim lucha para recuperar la nacionalidad alemana que perdi¨® hace 65 a?os por un decreto nazi
![Jorge Marirrodriga](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fb7d04159-fd50-4038-8148-62d7daea4e80.png?auth=acdb7ba73364da07da149cc509a4d5bf3cfac329179bb6cb4e21540d18e8488f&width=100&height=100&smart=true)
A los Jerochim no les sirvi¨® de nada llevar generaciones asentados en Prusia, ni que el cabeza de familia, Michaelis Gerson Jerochim, hubiera combatido en la I Guerra Mundial, que hubiera sido herido en cuatro ocasiones y que el emperador le hubiera concedido la Cruz de Hierro. Los Jerochim viv¨ªan en Berl¨ªn, donde hab¨ªa nacido el 16 de enero de 1925 Bernard, pero eran jud¨ªos, y eso le bastaba al r¨¦gimen de Hitler para considerarlos inferiores, como qued¨® plasmado en las leyes de 1935. Las cosas se pusieron muy dif¨ªciles y un polic¨ªa advirti¨® a Michaelis de que a¨²n estar¨ªan peor.
"La verdad es que no recuerdo nada de aquel d¨ªa, uno ya tiene edad y las cosas se entremezclan", se?ala Bernard, hoy Bernardo, un limpiabotas que trabaja en el centro de Buenos Aires. No recuerda, pero explica c¨®mo una ma?ana de junio de 1938 la familia hizo las maletas, viaj¨® hasta Hamburgo y desde all¨ª se traslad¨® en barco hasta Buenos Aires. Hab¨ªan perdido todo, pero tuvieron suerte; salvaron por poco la vida. El 23 de julio, el Gobierno nazi ordenaba a los jud¨ªos residentes en Alemania inscribirse obligatoriamente en un registro.
"Quiero que mis tres hijos sean alemanes", dice Bernardo mientras aguarda a alg¨²n cliente
"Nunca me hice argentino", dice Bernardo mientras busca clientes en un caf¨¦. Pero legalmente dej¨® de ser alem¨¢n. Los nazis proclamaron en noviembre de 1941 que los jud¨ªos alemanes dejaban de ser alemanes y esa disposici¨®n nunca fue derogada. Bernardo, privado pronto de padre y colegio, estaba demasiado ocupado manteniendo a su madre y a sus cinco hermanos. "Luego me cas¨¦ y tuve tres hijos". Sin nacionalidad, en 1975 comenz¨® los tr¨¢mites para solicitar que le fuera restituida la alemana, pero la burocracia se mostr¨® implacable. Para complicar m¨¢s las cosas, Michaelis, el hombre considerado un h¨¦roe por el II Reich y un apestado por el III Reich, hab¨ªa nacido en Schneidemuhl, en Prusia, ya para entonces Pila, territorio polaco. Conseguir documentos que demostraran que su padre era alem¨¢n era muy complicado.
Con 79 a?os, Bernardo ya no trabaja 12 horas cada jornada -"s¨®lo hago ocho, de nueve de la ma?ana a cinco de la tarde; viene a buscarme un hijo en el coche"- y prefiere no permanecer mucho tiempo en la calle. Visita empresas y despachos donde tiene clientes asegurados. En uno de ellos conoci¨® hace tres a?os a Alejandro Cardioti, un abogado que se interes¨® por su caso. "Bernardo se pasaba por los despachos diciendo: lustre, lustre". "Un d¨ªa le coment¨¦ que yo hab¨ªa vivido en Alemania de peque?o y ¨¦l me dijo que era de Berl¨ªn", recuerda Cardioti.
El abogado se interes¨® cada vez m¨¢s en el caso del limpiabotas, le ayud¨® a recopilar material y a realizar gestiones ante el consulado alem¨¢n en Buenos Aires y ante la alcald¨ªa de Berl¨ªn. Pero, a pesar del trato correcto, el tema de la nacionalidad segu¨ªa empantanado, hasta que una conversaci¨®n cambi¨® los acontecimientos. El padre de Alejandro, Enrique Cardioti, a la saz¨®n embajador de Argentina en Alemania, sac¨® el caso de Bernardo durante una charla con Baruj Tenembaum, presidente de la Fundaci¨®n Ra¨²l Wallenberg, una organizaci¨®n que lleva el nombre del diplom¨¢tico sueco que salv¨® la vida a miles de jud¨ªos durante la II Guerra Mundial y que desapareci¨® tras las filas sovi¨¦ticas. "La cuesti¨®n es: si hubo un decreto que priv¨® a los jud¨ªos de ciudadan¨ªa, ?por qu¨¦ no hubo otro para anularlo?", apunta Tenembaum, para quien la existencia de casos como el del limpiabotas "puede ser malinterpretado, y eso a pesar de la buena disposici¨®n del Gobierno alem¨¢n".
"Tengo tres hijos y quiero que sean alemanes", se?ala Bernardo mientras aguarda a alg¨²n cliente en una cafeter¨ªa. Finalmente, para el pr¨®ximo junio la tramitaci¨®n de su expediente estar¨¢ terminada y habr¨¢ recuperado la ciudadan¨ªa que le quitaron las leyes de Hitler. Hace mucho que no ve a gran parte de su familia. Escap¨® por poco a la muerte, y por poco no vio a su hermano Werner, que falleci¨® esta semana en Berl¨ªn.
![Bernardo Jerochim, en Buenos Aires.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/O6XFOIIZIHQTVXEB54V4OSBRJE.jpg?auth=aa8ea8f0ebba2f98b186996521bcdc2c50f32ae7cdc30eb065538ff48824a021&width=414)
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