Imputado el alcalde de Bustarviejo por autorizar 400 viviendas ilegales
Las casas se levantan en una zona protegida por su valor ambiental
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El alcalde de Bustarviejo, el independiente Julio de Mateo Garc¨ªa, est¨¢ siendo investigado por la construcci¨®n de una urbanizaci¨®n de 400 chal¨¦s en las estribaciones del futuro Parque Nacional del Guadarrama, una zona altamente protegida. Ecologistas en Acci¨®n le denunci¨® por los delitos de prevaricaci¨®n, malversaci¨®n y abuso en el ejercicio de sus funciones, y ahora el Juzgado de Instrucci¨®n de Torrelaguna ha abierto diligencias previas.
El juez ha imputado a De Mateo al advertir en el caso "caracter¨ªsticas que hacen presumir la posible existencia de una posible infracci¨®n penal". El alcalde, seg¨²n la denuncia, autoriz¨® la construcci¨®n de las viviendas sin la preceptiva declaraci¨®n de impacto ambiental y renunci¨® a recuperar la propiedad de los terrenos para el Ayuntamiento, a pesar de que el retraso de las obras as¨ª se lo hubiera permitido. Ecologistas y CC OO, que apoya a varios agentes forestales que han denunciado el proyecto, acusan al Gobierno de la Comunidad de "permitir y alentar un urbanismo depredador que est¨¢ da?ando irreversiblemente la sierra".
Navalengua es una privilegiada terraza natural de unas 400 hect¨¢reas con imponentes vistas a la vertiente sur de la sierra. Apreciada por los monta?eros, tambi¨¦n es un suelo codiciado por los promotores urban¨ªsticos que ya han logrado dinamitar la zona, mover tierras y empezar la construcci¨®n de la urbanizaci¨®n.
La historia se remonta a los a?os sesenta, cuando una cooperativa de trabajadores compr¨® unos terrenos al Ayuntamiento para construir segundas residencias. "Cuando yo llegu¨¦ a la alcald¨ªa, en 1994, el proyecto se hab¨ªa convertido en un problema para el Ayuntamiento y los propietarios. Lo que yo he hecho ha sido intentar resolverlo", dice De Mateo.
Pendientes acusadas
En 1994, el Ayuntamiento comunic¨® al Gobierno regional su intenci¨®n de autorizar la construcci¨®n en los terrenos. La Comunidad, sin embargo, no consider¨® la decisi¨®n acertada por dos motivos. El primero era que la zona estaba ocupada por "afloramientos rocosos, crestas y pedrizas de granito y gneis, con pendientes acusadas, que la hacen inadecuada para desarrollos urban¨ªsticos". El segundo motivo era que la zona merec¨ªa ser considerada "suelo no urbanizable de especial protecci¨®n por su valor ecol¨®gico y paisaj¨ªstico".
Pero, a diferencia de ahora, en 1994 un informe medioambiental desfavorable no era vinculante, por lo que De Mateo sigui¨® adelante con sus planes. Un a?o m¨¢s tarde, en 1995, el Ayuntamiento modific¨® la normativa urban¨ªstica local para permitir la construcci¨®n de las viviendas.
Pese a los informes negativos de Medio Ambiente, el Gobierno regional acab¨® por autorizar la urbanizaci¨®n en 1996. La actuaci¨®n de la Comunidad fue en este punto contradictoria, porque la Comisi¨®n de Urbanismo permiti¨® a Bustarviejo seguir adelante con el proyecto incumpliendo las condiciones que la entonces Consejer¨ªa de Pol¨ªtica Territorial hab¨ªa impuesto, que era la realizaci¨®n de una nueva declaraci¨®n de impacto ambiental favorable.
Ecologistas en Acci¨®n considera que a partir de este punto "hay que dudar de la legalidad de todo el proceso, porque Ayuntamiento y Comunidad no han hecho cumplir la normativa y el alcalde, adem¨¢s, ha concedido licencias a sabiendas de que no cumpl¨ªa con lo establecido por la ley y los informes". De Mateo replica: "No hemos tomado ninguna decisi¨®n sin que Urbanismo, la autoridad competente, nos la autorizara".
El convenio firmado entre el Ayuntamiento y los propietarios establec¨ªa que, cuando estuviera completado el plan parcial de desarrollo urban¨ªstico de la zona, la cooperativa tendr¨ªa seis a?os y medio para construir las viviendas. Este plazo empez¨® a correr en marzo de 1999 y, en caso de no ser cumplido, la propiedad de los terrenos revert¨ªa al municipio. Poco despu¨¦s, la cooperativa vendi¨® los terrenos y los derechos de edificaci¨®n a una constructora, Urbapro, que no inici¨® las obras hasta 2004.
En esa fecha, sin embargo, dos cosas hab¨ªan ocurrido que, seg¨²n Ecologistas en Acci¨®n, hab¨ªan dejado la urbanizaci¨®n fuera de la ley. La primera era una sentencia del Tribunal Superior que en 2003 hab¨ªa declarado nulas las normas subsidiarias de 1995. Esta sentencia fue confirmada por el Tribunal Supremo en agosto de 2005.
La segunda fue la inclusi¨®n en 2002 de Navalengua en el Plan de Ordenaci¨®n de los Recursos Naturales (PORN) del futuro Parque Nacional del Guadarrama. Esto hac¨ªa de nuevo obligatoria la realizaci¨®n de una declaraci¨®n de impacto ambiental. De Mateo trat¨® de sortear ese requisito solicitando que se consideraran los terrenos como urbanos, algo que le fue denegado en un informe preliminar.
Dinamita contra granito
El alcalde de Bustarviejo, Julio de Mateo, considera "opinable" que sea necesaria una declaraci¨®n de impacto ambiental en la construcci¨®n de la urbanizaci¨®n, "porque las obras ya hab¨ªan empezado y el plan de ordenaci¨®n del parque del Guadarrama se refer¨ªa s¨®lo a los proyectos nuevos, no a los que ya estaban en marcha". Ecologistas en Acci¨®n niega que el proyecto estuviera entonces ya en marcha y, en cualquier caso, dice, "esto no le exim¨ªa de cumplir la normativa".
Navalengua es hoy un hervidero de m¨¢quinas que est¨¢n dando lugar a un paisaje de muros, viales y asfalto. El entorno ya es irrecuperable: toneladas de explosivos han sido utilizadas para allanar un terreno que originalmente estaba ocupado por crestas de granito. Los ecologistas piden la suspensi¨®n cautelar de las obras. El juez a¨²n no se ha pronunciado.
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