MIRADOR
Tres a?os despu¨¦s
Las manifestaciones contra la guerra de Irak se sucedieron ayer por ciudades de todo el mundo con motivo del tercer aniversario del comienzo de la invasi¨®n. Que en general no fueran muy numerosas -en Madrid se concentraron unas 4.000 personas- se debe muy probablemente a la terrible cotidianeidad de la violencia y la muerte que se ha instalado en aquel pa¨ªs ¨¢rabe. Si el a?o pasado se reunieron en Londres 45.000 personas en contra de la guerra y la participaci¨®n brit¨¢nica, ayer fueron 15.000.
La costumbre de leer, o¨ªr y ver sobre atentados terroristas, enfrentamientos y muertes en Irak parece haber convertido aquella guerra en un escenario tan familiar como irreal. Mientras, contin¨²a creciendo la amenaza de una guerra civil.
Tres a?os despu¨¦s, el principal responsable, el presidente norteamericano, George W. Bush, sigue obstinado en defender aquella decisi¨®n, que ya ha causado m¨¢s de 40.000 muertos. Y el secretario de Estado de Defensa, Donald Rumsfeld, dec¨ªa ayer que abandonar ahora Irak ser¨ªa como "devolver Alemania a los nazis despu¨¦s de la guerra". Una frase y una pol¨ªtica desafortunadas a las que la mayor¨ªa de los norteamericanos hace tiempo que han dado la espalda.
Farsa peligrosa
Durante la jornada electoral de ayer en Bielorrusia, el r¨¦gimen de Alesandr Lukashenko elev¨® gravemente el tono de sus amenazas a la oposici¨®n y a los observadores extranjeros que ya han denunciado numerosas irregularidades. Si la victoria del presidente es tan indudable como la estafa electoral, en los pr¨®ximos d¨ªas los temores se centran en el nivel de la represi¨®n de las protestas.
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