De caballeros y bellas damas

Da gusto comprobar una y otra vez que se pone el cartel de "No hay localidades" en estos ciclos de lied, y tambi¨¦n que los ausentes por el puente o por lo que sea dejan sus localidades a otras personas para que no solamente est¨¦ todo vendido sino adem¨¢s lleno. No es frecuente la programaci¨®n de un grupo de canciones como el que integra Die sch?ne Magelone. El conjunto est¨¢ m¨¢s cercano a una ¨®pera con alternancia de recitativos y arias o, si se quiere, de partes habladas y cantadas, que a un ciclo de lied. La continuidad es suministrada por el desarrollo de la historia de amor de la bella Magelone y el conde Pedro de Provenza, una historia de amor medieval llena de fantas¨ªa, encanto e ingenuidad. Las canciones ilustran los sentimientos de la pareja protagonista, de un trovador que pasa por all¨ª y de la hija de un sult¨¢n que, en cierto modo, tambi¨¦n aparece como apoyo a una an¨¦cdota de la historia. Los textos de las 15 canciones son de Ludwig Tieck y la versi¨®n en prosa sobre la que se sustenta la narraci¨®n es, casualmente, de Dieter Goerne, padre del bar¨ªtono en escena. Est¨¢ traducida al espa?ol por Rafael Ban¨²s, un acierto, y est¨¢ dicha, o declamada, por Jordi Dauder, un actor que pone mayor acento en la sobriedad del texto que en la seducci¨®n del cuento, o, dicho de otra forma, en la lectura a palo seco que en la teatralizaci¨®n.

La pareja musical que forman Matthias Goerne y Elisabeth Leonskaja es de ensue?o. ?l es el cantante fetiche de estos ciclos, el que m¨¢s veces ha intervenido en ellos (para la eternidad fue su versi¨®n de La bella molinera, de Schubert: qu¨¦ casualidad, otra bella, otra sch?ne). Ella debuta en estos ciclos, pero no en la obra de Brahms, que incluso ha grabado con Brigitte Fassbaender. La compenetraci¨®n entre bar¨ªtono y pianista es fabulosa. Los dos nos regalan a manos llenas una cascada de sugerencias po¨¦ticas, de contrastes bien medidos, de apuntes insinuantes.

Al p¨²blico le atrap¨® esta bell¨ªsima historia de amor cantada, que va desde la serenidad y dulzura de Ruhe, S¨¹bliebchen, im Schatten a la energ¨ªa de Wie froh und frisch mein Sinns ich hebt. Y la m¨²sica de Johannes Brahms, tan esencial siempre, sea lo que sea lo que se escuche.

Sensibilidad

Lo esencial. ?Qu¨¦ es lo esencial? Pues, sencillamente, lo que se pudo escuchar anteayer. Una m¨²sica interiorizada como fuente de est¨ªmulos y un criterio interpretativo a su servicio y magnificaci¨®n. Es cuesti¨®n de experiencia, pero mucho m¨¢s, si cabe, de sensibilidad. Goerne -m¨¢s delgado que en otras ocasiones, con un estilo de vestir m¨¢s moderno- es ya un consumado liederista y en esta ocasi¨®n dej¨® bien claro por qu¨¦. No es ¨²nicamente por la identificaci¨®n entre texto y m¨²sica, sino tambi¨¦n por la potenciaci¨®n de ambos. Leonskaja es punto y aparte. Tal vez porque no es una especialista y puede contemplar las cosas con un elemento de distancia, tal vez porque hasta las palabras son en ella m¨²sica.

Lo cierto es que el recital desprendi¨® una sensaci¨®n de verdad. Y a ello no es ajena la actitud de sencillez de los int¨¦rpretes. Sin aspavientos, en beneficio de la m¨²sica.XII Ciclo de Lied Die sch?ne Magelone. De Johannes Brahms. Con Matthias Goerne, bar¨ªtono; Elisabeth Leonskaja, piano y Jordi Dauder, narrador. Fundaci¨®n Caja Madrid, Teatro de La Zarzuela. Madrid, 20 de marzo.