El Congreso da luz verde al Estatuto

La propuesta de reforma del Estatuto de Catalu?a sali¨® ayer adelante en la Comisi¨®n Constitucional del Congreso de los Diputados tras diez jornadas de debate y con el respaldo de los socialistas, CiU, IU-ICV, el PNV y CC. Contra el proyecto votaron el PP, al que todos los dem¨¢s grupos acusaron de haberse autoexcluido por inter¨¦s partidista; los independentistas de Esquerra Republicana (ERC), que consideran insuficiente el reconocimiento de Catalu?a como naci¨®n que figura en el Pre¨¢mbulo, y EA. En nombre del primer grupo del Congreso, el PSOE, el diputado Diego L¨®pez Garrido defini¨® el nuevo Estatuto como "bueno para Catalu?a y bueno para Espa?a", porque respeta la demanda de mayor autogobierno que ven¨ªa del Parlamento catal¨¢n, y porque ha sido adaptado a la Constituci¨®n "por la v¨ªa del consenso y el di¨¢logo". Y a?adi¨®: "Es un texto impecablemente constitucional, que preserva las funciones del Estado sin lesionar la voluntad del Parlamento de Catalu?a". El siguiente paso es la aprobaci¨®n por el pleno del Congreso, el pr¨®ximo d¨ªa 30.

Carod (ERC) justifica el 'no' bas¨¢ndose en la "insuficiencia" del reconocimiento de Catalu?a, aunque admite avances

Eduardo Zaplana compara el proyecto con el 'plan Ibarretxe' y asegura que rompe el "consenso constitucional"

L¨®pez Garrido (PSOE) recrimina al PP que, desoyendo al Tribunal Constitucional, persista en el rechazo total al texto

La ¨²ltima jornada de la Comisi¨®n Constitucional, que dio luz verde al Estatuto, con la participaci¨®n de la delegaci¨®n del Parlamento catal¨¢n, tuvo la tensi¨®n pol¨ªtica de las grandes ocasiones. Pero la votaci¨®n fue la esperada: 22 votos a favor contra 17 en contra en la representaci¨®n del Congreso, y 28 votos a favor contra 10 negativos en la delegaci¨®n del Parlamento aut¨®nomo.

La ocasi¨®n propici¨® el recurso a citas del discurso de Manuel Aza?a en la aprobaci¨®n del Estatuto de 1932; de Jordi Pujol en la aprobaci¨®n del Estatuto de 1979; de Jordi Sol¨¦ Tura relativas a la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n; del ex presidente Adolfo Su¨¢rez sobre la transici¨®n... E incluso del ultraderechista Blas Pi?ar, de quien el ecosocialista Joan Saura dijo que ante el Estatuto de 1979 mantuvo posiciones m¨¢s moderadas que las expuestas ayer por el portavoz del Partido Popular, Eduardo Zaplana.

Debate sobre naci¨®n

La tensi¨®n la introdujo Zaplana ya de entrada al manifestar que el proyecto catal¨¢n "rompe el consenso constitucional" y al equipararlo con el plan Ibarretxe. Todos los grupos de la izquierda y CiU le respondieron con duras respuestas.

El meollo est¨¢, sostuvo Zaplana, en que en el pre¨¢mbulo del Estatuto, que era el apartado que ayer se debat¨ªa, "se reconoce un acto de soberan¨ªa paralela" a la de las Cortes. De un pre¨¢mbulo que reconoce la naci¨®n catalana, argument¨®, se sigue luego con el reconocimiento de los s¨ªmbolos nacionales, una relaci¨®n bilateral con el Estado, unas competencias exclusivas "insumisas" a la legislaci¨®n b¨¢sica, unas relaciones exteriores propias y una concepci¨®n de las finanzas de la Generalitat "que hace inviable la acci¨®n del Estado".

Pero el debate contuvo una gran variedad de cruces y contraposiciones, y las palabras de Zaplana no quedaron sin respuesta. El secretario general del grupo socialista, Diego L¨®pez Garrido, y Gaspar Llamazares, de Izquierda Unida, destacaron que el Tribunal Constitucional ya ha "descalificado" la tesis del PP seg¨²n la cual el Estatuto ser¨ªa una reforma encubierta de la Constituci¨®n. L¨®pez Garrido recrimin¨® al PP que, a pesar de ello, haya persistido en el rechazo total, sin realizar otras aportaciones que la demanda de retirada de todos los art¨ªculos.

La defensa que del proyecto hizo el l¨ªder de CiU, Artur Mas, se bas¨® en lo que Zaplana hab¨ªa atacado: el reconocimiento de Catalu?a como naci¨®n. Reconocimiento que, sin embargo, el presidente de ERC, Josep Llu¨ªs Carod, juzg¨® "insuficiente". "Las Cortes van a reconocer con su voto un acto del Parlamento catal¨¢n que dice que Catalu?a es una naci¨®n", proclam¨® Mas. Fue una exhibici¨®n de centrismo entre el PP y ERC. Frente a los profetas del "catastrofismo", dijo, y los profetas de la "frustraci¨®n", se ha impuesto la voluntad de los grupos que prefieren avanzar.

Llamazares puso en evidencia que la aprobaci¨®n del nuevo Estatuto catal¨¢n ha sido un fruto y una victoria de las mayor¨ªas de izquierdas existentes en Catalu?a y en Espa?a, "frente al residuo ultraconservador y la actitud neocentralista". Acus¨® al PP de estar "en rebeld¨ªa ante el Tribunal Constitucional" y de "preparar la deslegitimaci¨®n" del Congreso con la recogida de firmas contra el Estatuto que sigue llevando a cabo. Y de hacerlo, "no ante una ruptura de Espa?a", sino ante lo que es, sencillamente, "una mejora sustancial" del modelo auton¨®mico.

Carod justific¨® el no de Esquerra por la "insuficiencia" del reconocimiento nacional de Catalu?a, aunque no neg¨® los avances en otros aspectos. Para los independentistas, el asunto crucial es que, en la mejor de las coyunturas, con un presidente del Gobierno espa?ol "educado, correcto, amable y cordial", al que reconoci¨® el mejor de los talantes, "la plurinacionalidad legal no llega". Y si ahora no llega, constat¨®, "es que no puede ser, es imposible". Su conclusi¨®n fue que Espa?a, como Estado "no quiere ser plurinacional". Hizo una de sus frases contundentes: "Espa?a es un Estado, una naci¨®n, una lengua, un aeropuerto y punto". Reacio a abandonar sus esperanzas, Carod finaliz¨® su discurso aludiendo a que quiz¨¢ "lo que hoy no quieren reconocer como naci¨®n ma?ana deber¨¢n hacerlo como Estado".