El 'caso Otxoa', visto para sentencia

El juicio que durante tres d¨ªas se ha desarrollado en M¨¢laga contra Sebasti¨¢n Fern¨¢ndez, el conductor del Volvo 340 que el 15 de febrero de 2001 atropell¨® mortalmente a Ricardo Otxoa y dej¨® secuelas f¨ªsicas y ps¨ªquicas permanentes a su hermano gemelo, Javier, cuando se preparaban para la Vuelta a Andaluc¨ªa en C¨¢rtama (M¨¢laga), qued¨® ayer visto para sentencia.

En sus conclusiones definitivas, el fiscal aument¨® de ocho meses a un a?o su petici¨®n de retirada del permiso de conducir a Fern¨¢ndez y mantuvo su solicitud de una multa de 60 d¨ªas a raz¨®n de 30 euros diarios, es decir 1.800 euros, por lo que considera una falta de homicidio y otra de lesiones por imprudencia leve. Por su parte, la acusaci¨®n particular, ejercida por la familia de los ciclistas, opina que lo que el fiscal ve como faltas son en realidad dos delitos. Por esta raz¨®n, reclama a Fern¨¢ndez, ex director de Deportes de la Universidad de M¨¢laga, siete a?os de c¨¢rcel, as¨ª como la privaci¨®n del derecho a conducir durante nueve a?os.

Como responsabilidad civil, los abogados solicitan para Javier Otxoa una indemnizaci¨®n de 4,2 millones, tanto por las secuelas sufridas como por los gastos sanitarios -tard¨® 296 d¨ªas en curar-, y otra de 372.000 euros para los padres de los ciclistas. Las conclusiones de la Asociaci¨®n de Ciclistas Profesionales, que se present¨® en el juicio como acusaci¨®n popular, son similares a las de la familia de los ciclistas de Berango (Vizcaya).

La vista por la muerte de Ricardo Otxoa y las lesiones de Javier correspond¨ªa al Juzgado de lo Penal n¨²mero 8 de M¨¢laga, pero por su relevancia social se ha celebrado en la sala del Jurado de la Audiencia Provincial. En una habitaci¨®n tan grande como poco iluminada y ventilada, se ha recordado lo ocurrido aquella tarde de hace cinco a?os. Y se ha rememorado con el plus de sordidez que supone la necesidad de tasar en t¨¦rminos econ¨®micos las consecuencias de un drama familiar tan absoluto y la pugna de los abogados de las aseguradoras por quitar importancia a las lesiones de Javier para que se ahorren todo el dinero que puedan.

Una de las escenas m¨¢s duras del juicio la protagoniz¨® el propio Javier Otxoa, que, en calidad de testigo, tuvo que contestar sobre su vida despu¨¦s del accidente. El que fue ganador de la etapa de Hautacam en el Tour de Francia de 2000, apenas pudo contestar a las preguntas de los letrados. Javier, que ten¨ªa 26 a?os cuando fue atropellado, nunca sale solo de casa, se pasa el d¨ªa con sus padres y no sabe, por ejemplo, cu¨¢nto dinero tiene en el banco.

Las versiones de Fern¨¢ndez y las ofrecidas por los peritos de la Guardia Civil sobre el accidente no coincidieron. Mientras que el acusado asegur¨® que el atropello se produjo en su carril y que uno de los dos ciclistas se le ech¨® encima, los miembros del instituto armado que redactaron el atestado creen que el conductor se distrajo al ver a los corredores del Kelme e invadi¨® el arc¨¦n, ya que el punto de impacto est¨¢, seg¨²n ellos, a 60 cent¨ªmetros hacia adentro del borde. Adem¨¢s, Fern¨¢ndez declar¨® que s¨®lo tiene conciencia de haber atropellado a uno de los dos hermanos. Sin embargo, las bicicletas de ambos presentaban manchas de pintura del Volvo 340.