Una alegr¨ªa hacia adentro
La noticia del alto el fuego fue vivida en las calles del Pa¨ªs Vasco con una esperanza no exenta de escepticismo
ETA no suele dar buenas noticias. Por eso, y tambi¨¦n por car¨¢cter, los vascos celebraron el anuncio de alto el fuego hacia adentro, sin se?ales visibles de euforia, con una esperanza no exenta de escepticismo. Los l¨ªmites, por arriba y por abajo, los marcaron Od¨®n Elorza y Mar¨ªa San Gil. Al alcalde socialista de San Sebasti¨¢n le falt¨® tiempo para descorchar una botella de cava catal¨¢n y brindar con los concejales de todos los partidos. S¨®lo faltaron los del PP, que aguardaban una declaraci¨®n de intenciones de quien hasta hace poco fue su portavoz y ahora es la presidenta del partido en el Pa¨ªs Vasco. Cuando habl¨®, San Gil dej¨® claro que ella no ten¨ªa nada que celebrar: "Zapatero necesita que ETA le d¨¦ argumentos para seguir defendiendo lo que est¨¢ defendiendo y ETA necesita que Zapatero siga en La Moncloa...".
El mensaje que un juez mand¨® a un amigo lo resume todo: "Somos un poco m¨¢s libres"
La mayor¨ªa, no obstante, opt¨® por una alegr¨ªa prudente. De forma muy especial quienes todav¨ªa ayer caminaban de un lado para otro seguidos muy de cerca por sus guardaespaldas. Hace dos a?os, en v¨ªsperas de las elecciones generales, Patxi Elola, concejal socialista de Zarautz (Guip¨²zcoa) y jardinero de profesi¨®n, declar¨® a este peri¨®dico: "El d¨ªa en que todo esto acabe, yo quiero estar vivo". Lo dec¨ªa para explicar por qu¨¦ ¨¦l y tantos otros -m¨¢s de 3.000 personas en el Pa¨ªs Vasco y Navarra- aceptaban vivir en libertad vigilada, sin atreverse siquiera a bajar la basura o a comprar el pan sin la mirada protectora de sus escoltas. Ayer, Patxi Elola no ocultaba su alegr¨ªa. Se vislumbraba el final de ETA y ¨¦l segu¨ªa vivo. Quiz¨¢s este verano pueda disfrutar de la playa de Zarautz por primera vez a solas con su hijo de nueve a?os.
No todo el mundo, sin embargo, pudo ayer asociar la noticia a la palabra futuro. Desgraciadamente, para las familias de las v¨ªctimas el anuncio de ETA lleg¨® demasiado tarde. En el caso de Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundua, tres a?os tarde. O 25 a?os en el caso de Javier Urquizu, el hijo de un farmac¨¦utico asesinado en Durango en 1980. Ellos ten¨ªan ayer otra pena a?adida. Los asesinos de sus seres queridos a¨²n no han sido detenidos y temen que la paz que a ellos no les lleg¨® a tiempo s¨ª les alcance a sus verdugos.
"Durante d¨¦cadas", explic¨® Javier Urquizu, "las v¨ªctimas hemos tenido un comportamiento intachable, generoso, c¨ªvico, humano y ejemplar. Hemos respetado siempre los valores de convivencia en democracia, hemos confiado en el Estado de Derecho y aguantado -sobre todo en el Pa¨ªs Vasco- lo inimaginable. Ya no podemos dar m¨¢s sin traicionar y ofender a la memoria de tanta gente asesinada cobardemente".
No s¨®lo las v¨ªctimas, al recibir la noticia, echaron ayer la vista atr¨¢s. En lo primero que pens¨® Roberto Lertxundi, m¨¦dico y antiguo dirigente de Euskadiko Ezquerra, fue en los mil muertos de ETA. "No voy a abrir una botella de champ¨¢n porque no es un momento de euforia como cuando muri¨® Franco". Para Lertxundi, el alto el fuego, aunque esperanzador, llega demasiado tarde. "Es una victoria amarga, despu¨¦s de un tiempo muy largo, con mucho dolor y da?o. Nos coge un poco agotados. ETA tiene que pedir perd¨®n, aunque lo haga con la boca peque?a".
La ma?ana transcurri¨® entre mensajes y an¨¢lisis apresurados. Un juez, escoltado como todos sus colegas en el Pa¨ªs Vasco, escribi¨® un correo electr¨®nico a un amigo con una l¨ªnea que, a la espera de an¨¢lisis m¨¢s sesudos, resum¨ªa la sensaci¨®n de alivio general: "Hoy somos un poco m¨¢s libres".
Lo es, desde luego, un empresario que el pasado domingo mostraba en este peri¨®dico su angustia ante el acoso continuo al que le viene sometiendo ETA. Ha recibido en 10 a?os tres cartas exigi¨¦ndole el pago del llamado impuesto revolucionario. Y, hace s¨®lo unas semanas, la organizaci¨®n terrorista coloc¨® una bomba en su empresa. La noticia del alto el fuego le lleg¨® cuando valoraba muy seriamente ceder a la extorsi¨®n para comprar un poco de tranquilidad. "La verdad", dec¨ªa ayer con una alegr¨ªa sin disimulo, "es que me ha venido Dios a ver. Y no es que est¨¦ seguro de que ETA vaya a dejar de pedir el impuesto, porque no lo ha hecho en otras treguas, pero al menos s¨¦ que mi familia no va a sufrir un atentado, y eso era ¨²ltimamente lo que m¨¢s me preocupaba".
En este sentido, ayer qued¨® claro que las organizaciones empresariales vascas no las tienen todas consigo. Si bien todas mostraron su alegr¨ªa, a rengl¨®n seguido advirtieron de que la paz no ser¨¢ cre¨ªble si contin¨²an "los chantajes, las amenazas y la extorsi¨®n". De hecho, el anuncio de ETA se produce s¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s de que los empresarios denunciaran una nueva oleada de cartas amenazantes para ellos y sus familias. No obstante, las c¨¢maras de comercio vascas prefirieron ayer apostar por la esperanza: "La consecuci¨®n de la paz ser¨¢ un hito hist¨®rico de la m¨¢xima importancia econ¨®mica positiva para Euskadi y para Espa?a".
A los buenos augurios se le unieron tambi¨¦n an¨¢lisis de urgencia, intentos de ir m¨¢s all¨¢ de las escasas l¨ªneas del comunicado difundido por ETA. Un buen conocedor de ese mundo es Txema Montero, abogado, ex dirigente de Herri Batasuna y en la actualidad director de la Fundaci¨®n Sabino Arana, cercana al PNV. "Se puede ser m¨¢s optimista que en las anteriores treguas, porque no pasa desapercibida la expresi¨®n alto el fuego permanente. Es una paradoja", explic¨®, "porque el alto el fuego no tiene que ser permanente, pero ese retorcimiento ling¨¹¨ªstico indica que en el fondo est¨¢n diciendo que es algo m¨¢s, una cosa nueva".
A Montero, que fue expulsado de Herri Batasuna despu¨¦s de que criticara el atentado de Hipercor, no le pas¨® ayer por alto la preocupaci¨®n de ETA por la situaci¨®n legal de su formaci¨®n pol¨ªtica. "Si ellos vinculan el alto el fuego con la legalizaci¨®n de Batasuna parece entenderse que saben positivamente que si vuelven a las andadas Batasuna no va a ser legal o volver¨¢ a ser ilegalizad, y esto refuerza el car¨¢cter m¨¢s estable y definitivo del alto el fuego". Y se atrevi¨® a ofrecer una clave: "A ETA le interesa tener suficiente tiempo para que Batasuna sea legal en las elecciones municipales y forales de 2007 y poder gestionar pol¨ªticamente la tregua para esa cita. Y tambi¨¦n al Gobierno le interesa gestionarlo electoralmente para 2008".
Hac¨ªa muchos a?os que Estanis Amuch¨¢stegui no recib¨ªa una buena noticia en esta ¨¦poca. Los meses de febrero y marzo son especialmente malos para los socialistas vascos y muy especialmente para los que, como ¨¦l, ejercen de concejales en los pueblos de Guip¨²zcoa. Raro es el d¨ªa que no asisten al homenaje de alg¨²n compa?ero asesinado por ETA. Sin ir m¨¢s lejos, el martes pasado, los socialistas honraron la memoria de Juan Priede, asesinado en Orio (Guip¨²zcoa) hace cuatro a?os. Pese a los rumores de tregua inminente, aquel acto de homenaje fue una vez m¨¢s el vivo retrato de la vida de los concejales del PSE y del PP en Euskadi. A la vez que recordaban al amigo muerto ten¨ªan que confortar a un concejal de Renter¨ªa cuya vivienda acababa de ser atacada la madrugada anterior. "Y pensar", dec¨ªa ayer Estanis Amuch¨¢stegui, concejal de Andoain, "que todo eso puede terminar, que despu¨¦s de tanto tiempo podremos empezar a vivir como personas...".
Amuch¨¢stegui est¨¢ seguro de que la paz, cuando llegue del todo, no ser¨¢ injusta con los que ya no est¨¢n. Aunque no todo el mundo est¨¢ tan seguro. El realizador I?aki Arteta, director de dos pel¨ªculas sobre las v¨ªctimas del terrorismo, vive rodeado de personas que han sufrido en sus carnes o en las de su familia el terrorismo de ETA: "Me siento esc¨¦ptico en cuanto a que sea permanente. Lo que de verdad me habr¨ªa ilusionado es que hubieran entregado las armas f¨ªsicamente. Durante 40 a?os no han hecho m¨¢s que atemorizar. Que dejen de matar no quiere decir que dejen de actuar de forma mafiosa. Yo, m¨¢s que a la paz, aspiro a una sociedad justa y libre".
A?os atr¨¢s, cuando ETA mataba a alguien en Euskadi, muchos se sorprend¨ªan de que, al menos en apariencia, la gente siguiera haciendo su vida como si nada hubiera pasado. Ayer, sin embargo, en los bares y en los autobuses -aunque sin alharacas impropias de la tierra- no se hablaba de otra cosa. Quiz¨¢s sea esa la se?al de que el fin del miedo est¨¢ m¨¢s cerca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.